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TOMÁS SERQUÉN MONTEHERMOZO: “Triste y sombría es la situación de Tumán”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1349

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  • Docente de la UNPRG señala que es lamentable que empresa azucarera se encuentre sumida en el abandono y la falta de autoridad después de décadas de prosperidad.

“La crisis económica y social que en la actualidad se vive en el distrito azucarero de Tumán se debe a los errores locales. Nos hemos acostumbrado a que otros trabajen e inviertan por nosotros, y de eso ahora tenemos las consecuencias”, sostuvo Tomás Serquén Montehermozo, docente de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo – UNPRG, y director de la Institución Educativa Amancio Verona.

Tomás Serquén señala que la actual situación en Tumán puede ser descrita como triste y sombría, con campos abandonados y la presencia de personas ajenas invadiendo los terrenos de la empresa azucarera, lo que contrasta con su historia, habiendo sido conocida como el gran ingenio del norte.

“Parece haber falta de autoridades para hacer frente a esta problemática. La situación en Tumán es realmente preocupante y compleja. Después de décadas de prosperidad, es lamentable que hoy se encuentre sumida en el abandono y la falta de autoridad”, sostuvo.

Triste realidad

El profesional es testigo de la imagen desoladora que presentan los campos abandonados e invadidos por personas ajenas. Estos campos -señala- alguna vez fueron fuente de trabajo y sustento para la comunidad. Sin embargo, la crisis económica y productiva que atraviesa la empresa Tumán ha llevado a este escenario de desolación.

Otro aspecto, anota, es la ausencia de autoridades que puedan hacerse cargo de la gobernanza y liderazgo para encontrar una solución a la problemática, requiriendo urgentemente una intervención coordinada de las autoridades locales, regionales y nacionales para abordar esta crisis.

“Es irónico y desgarrador que, en el Día del Trabajador, fecha en la que debería celebrarse los logros de los trabajadores, en Tumán no haya nada que festejar. Esto refleja la profunda crisis social y económica que afecta a la comunidad”, resaltó.

Afirma que la mano de obra de Tumán busca trabajo en otros lugares y en otras empresas, dedicándose a la recolección de uva y otros productos de agroexportación, cuando en Tumán se tenía el mejor y más grande ingenio del norte del país.

Solamente recuerdos

Comenta que, en el pasado, Tumán era conocido por tener una fábrica muy activa y con campos verdes y prósperos. También contaba con un estadio hermoso y colegios que proveían de cuadernos, útiles y uniformes a los estudiantes. Todo ello representaba una época de bonanza en la zona.

“En el pasado, Tumán gozaba de una próspera economía y una alta calidad de vida. Tener una fábrica muy activa reflejaba una fuerte presencia industrial que generaba empleos y recursos económicos. Además, se contaba con un distrito floreciente y fértil”, sostuvo.

Con 47 años viviendo en el distrito de Tumán, Tomás Serquén describe a una ciudad con mucha bonanza, prosperidad económica y bienestar social. Situación favorable que se debió a la combinación de factores como una industria sólida, una agricultura productiva y políticas públicas que priorizaban el desarrollo de la comunidad.

“Hemos tenido radio, un club deportivo, plaza de toros, escuela, atención médica, bonos, entre otras cosas, y para que eso vuelva todos tenemos que trabajar, pero con un solo objetivo: reflotar la empresa para seguir construyendo y escribiendo la historia”, enfatiza.

¿De quién es la culpa?

Para Thomás Serquén, el problema principal de Tumán radica en una mala gestión administrativa y falta de responsabilidad por parte de los líderes de la comunidad y la empresa, así como en el despilfarro de recursos, la falta de reinversión y el engaño en compras, lo que ha llevado a la decadencia de la empresa.

“Cuando los líderes no ejercen su rol con responsabilidad, se generan consecuencias negativas como la pérdida de competitividad, la disminución de la calidad de productos y servicios, y el desaprovechamiento de oportunidades de negocio. Además, se crea un ambiente de desconfianza y desmotivación en los empleados, lo que afecta su desempeño y productividad”, afirma.

Es fundamental – añade- que en una empresa exista una gestión administrativa sólida, basada en la responsabilidad social empresarial, lo que implica operar de manera ética, cumpliendo con la ley, respetando a los trabajadores y al medioambiente, y buscando el desarrollo sostenible.

“El propio tumaneño le ha hecho daño a la empresa al marcar su ingreso a laborar y no culminar con la labor del día, llegar en estado etílico a laborar y lejos de cumplir con su labor, dormir, afectando y debilitando el crecimiento y desarrollo de la empresa. El tumaneño no ha estado a la expectativa de la sostenibilidad de su empresa”, dijo.

La destrucción de la empresa Tumán -advierte- ha tenido un impacto multidimensional en la vida de los tumañenos, afectando no solo su economía, sino también su tejido social, su identidad colectiva y la calidad de vida en general.

¿Y los dirigentes?

La desaparición de la empresa Tumán, una de las principales agroindustrias azucareras del norte de Perú, ha dejado profundas secuelas en la vida de las familias que dependían de ella. Esta situación no sólo ha afectado la economía local, sino también ha tenido un impacto significativo en la realidad sociológica de los habitantes.

Por un lado, la pérdida de empleos ha provocado una crisis económica en los hogares, dificultando el acceso a servicios básicos y reduciendo el poder adquisitivo. Esto ha llevado a muchas familias a enfrentar situaciones de pobreza y escasez, lo que a su vez puede generar tensiones y conflictos sociales, así como desmembración de las familias por migración a otros lugares en busca de trabajo.

Señala que es necesario que los dirigentes y los líderes asuman su responsabilidad y reflexionen sobre las acciones pasadas cuyas propuestas se ven hoy reflejadas en resultados negativos contra la empresa y los tumaneños.

“Las acciones de los dirigentes y líderes no sólo han impactado en la organización, sino también en las familias. Ahora no se ‘pelea’ por trabajo en la empresa que ya no existe, sino que ello nos ha llevado a una lucha contra la delincuencia y la drogadicción”, señaló.

Refiere que el liderazgo implica tomar decisiones basadas en principios morales y valores como la integridad, la responsabilidad y el respeto, y para ello los líderes deben considerar las consecuencias de sus acciones y priorizar el bienestar de todos los involucrados, incluyendo la comunidad.

“Tumán es una tierra muy prometedora, con una gran historia. Aquí hay algo muy importante, la comunicación es muy trascendental, pero esta tiene que ser empática y asertiva. Los dirigentes y líderes tienen que entender que, para sentarse a dialogar y buscar la mejor forma de salir de esta crisis terrible, hay que entender de comunicación”, resaltó.

Comunicación asertiva

Menciona que los dirigentes y trabajadores tienen que ser conscientes y respetar a los inversionistas que ponen y exponen su capital, pues actualmente nadie tiene garantías de recuperar su inversión ante la agitación de gente con intereses personalistas.   

“Los medios de comunicación pueden ser utilizados por algunas personas para generar caos social o difundir rumores negativos con la intención de afectar a otros. Es importante promover una comunicación clara y asertiva para contrarrestar estos efectos negativos”, explicó.

“El fenómeno de las fake news se ha potenciado en las redes sociales, creando un círculo de desinformación peligroso que algunos tumañenos lo utilizan para fomentar el caos, el desorden, la desinformación, con el único objetivo de seguir manteniendo la crisis en que vivimos”, recalcó.

Trabajo del alcalde

A 15 meses de gestión edil, señala que la falta de ejecución de obras es otro de los problemas que afronta Tumán, debiéndose presuntamente a que no se cuenta con el presupuesto necesario.

“Es lamentable la situación en cuanto al acceso al agua potable ante la limitada disponibilidad de recursos financieros. Sin embargo, con el esfuerzo conjunto y coordinado entre la comunidad, las empresas prestadoras de servicios y las autoridades locales y regionales podemos mejorar nuestra calidad de vida”, añade.

Cuestiona que en Tumán no existe cultura de pago responsable y una gestión eficiente de los recursos para garantizar un suministro de agua adecuado y sostenible para todos los ciudadanos.

+NOTICIAS

  • La Empresa Agroindustrial Tumán tenía tres mil 500 trabajadores y su facturación oscilaba en los 210 millones de soles al año.

 

  • Actualmente, la empresa tiene adeudos de 300 millones de soles a la AFP, EsSalud y ONP, 200 millones por adeudos laborales y una fuerte deuda tributaria.
  • La situación de crisis se originó con las administraciones judiciales que se instalaron en la empresa desde el 2015.

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