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GUILLERMO PÉREZ SIALER: “EN LA COMUNA DE CHICLAYO NO HAY PLAN DE TRABAJO”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1151

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  • Exregidor señala que el primer año de la administración Gasco se ha caracterizado por la alta rotación de funcionarios.

 

El exregidor de Chiclayo Guillermo Pérez Sialer analiza el primer año de la gestión del alcalde Marcos Gasco Arrobas, remarcando la carencia de cuadros técnicos que esta expone. Asimismo, reflexiona sobre la crisis que atraviesa el Partido Aprista Peruano, del cual es militante.

¿Cuál es su análisis de la gestión del alcalde Marcos Gasco en la comuna de Chiclayo?

Ya cumplió un año en el que no se ha dejado notar la productividad en las diferentes áreas, sobre todo en lo que concierne al transporte, la limpieza pública y el ordenamiento de trabajadores y funcionarios en la municipalidad. Todo eso impide esperanzarnos en el breve tiempo a un mejor manejo.

La falta de experiencia, el cuestionamiento y enjuiciamiento a la gestión anterior, han distraído mucho a la gestión del alcalde Gasco. Se ha concentrado en esos temas, cuando en un estado de derecho como el que vivimos eso corresponde a las autoridades de control, llámese a la fiscalía, el Poder Judicial y la Contraloría. Las autoridades que elegimos deben solucionar los problemas que nos agobian, no distraerse. De tal manera que dados los resultados sí hay razón para preocuparse.

¿Cree que la soberbia es una de las principales características de esta gestión municipal? Los dos alcaldes anteriores se caracterizaron precisamente por eso, por cerrar las puertas, no escuchar a la sociedad civil, a los gremios o a los colegios profesionales…

La soberbia es una traba para el entendimiento que debería haber entre todos los ciudadanos y especialmente con la sociedad organizada de Chiclayo. La soberbia no es buena consejera, pero es parte del protagonismo que deslizan aquellos que son elegidos y creen que encarnan en una situación de poder absoluto y eso es falso. Cuando se nos encarga un cargo es precisamente eso: es una carga que debemos administrar y se sintetiza en el servicio que postulamos dar. No es para siempre, es pasajero y no es para perennizarnos en el cargo.

Lo que deberíamos hacer es interpretar que las elecciones en las que se nos encarga el cargo constituyen ocasiones. No digo oportunidades, sino ocasiones importantes para lograr la transcendencia.

Hemos visto personajes que han sido autoridades nuestras y que hoy al hacer mención de su memoria son bien tratados. Cómo no tener en cuenta, por ejemplo, a personajes de la talla de Glicerio García Campos, Guillermo Baca Aguinaga, Alfredo Montenegro de la Oliva y tantos otros personajes, alcaldes o presidentes. Cómo no traer a la memoria a Silva Santisteban, a Aurelio Matute Proaño o a Benigno León Escurra, que fue director de Vivienda. Son personajes que se entregaron al servicio y que cuando hacemos memoria de ellos es grato manifestar nuestra adhesión.

Pero es ingrato para aquellos que son soberbios, que se confunden y que no saben que el cargo es simplemente transitorio y que es una carga que demos administrar bien.

¿Dice mucho que la municipalidad de Chiclayo haya ejecutado solo el 31 % del presupuesto de inversiones en el 2019?

Sí, en torno a Chiclayo solo hay un 31 % del presupuesto ejecutado, lo que significa pobreza en las personas que manejan la ejecución presupuestal.

¿No hay capacidad para administrar la cosa pública?

No hay capacidad de gasto, no hay capacidad de manejo de personal, no hay una buena estrategia a nivel de funcionarios y no hay un buen entendimiento con la población que tanto espera.

Hay un vicio que he notado a través de los años y a estas alturas de mi vida puedo decirlo: no hay continuidad en la ejecución de la gestión pública, queremos ser protagonistas de lo novedoso. No, señor, lo que se deja a medias, lo que no se concluye, hay que continuarlo, porque es dinero del pueblo. Por ejemplo, aquí tenemos una obra que está frente a un hotel importante de Chiclayo, que está al inicio del paseo que lleva al Colegio Nacional de San José, y que no se culmina aún.

Ya pasaron tres gestiones y ahí está como un elefante blanco y es dinero importante de la comunidad. Si se concluyera se tendría un paseo importantísimo no solo para el ornato, sino también para el turismo.

¿En qué cree que se ha concentrado la gestión del alcalde Marcos Gasco?

Ha sido un escoger permanente de funcionarios y se ha perdido mucho tiempo en eso. Se ha perdido continuidad en la gestión y en la acción, porque cuando se saca a un gerente o un funcionario importante viene el otro y debe aprender desde cero.

¿Entonces eso revela que nunca tuvo un equipo técnico?

Eso no es novedad. La mayoría de los que han sido alcaldes no ha tenido equipo de funcionarios, ni planes de gobiernos, ni proyectos para viabilizar inmediatamente. Siempre han pronunciado un discurso demagógico, lleno de mentiras, de falsedades y en el camino han ido parchado. Han hecho una gestión tipo sastre, con puros parches.

Eso es lo que se ha visto hasta hoy, que en la comuna de Chiclayo no hay plan de trabajo.

Como militante aprista, ¿cuál es su reflexión de los resultados obtenidos en las elecciones congresales del 26 de enero?

En el partido aprista vivimos una crisis institucional. Esto no solamente atañe a un partido tan antiguo como el nuestro, que a decir de muchos siempre ha sido el más organizado, sino que atañe también a los otros partidos, de tal manera, que es una crisis que se generaliza.

¿El partido aprista perdió sintonía con la ciudadanía?

Sí, por supuesto, sería necio negar eso, de tal manera que nos ha castigado el voto de la población por las circunstancias que hemos atravesado en los últimos tiempos.

Por ejemplo, yo era una de las voces que decía que no debíamos participar en las elecciones congresales de enero y algunos compañeros me decían que no podía haber una elección nacional sin la presencia del APRA. No entendieron que veníamos lesionados, de un congreso que no ha sido exitoso, que ha sido confrontacional y que no nos fortaleció institucionalmente. Entonces, con ese desaliento participamos en una competencia y nuestra performance ha sido de lo peor.

¿Quiénes son los responsables?

Bueno, pues hay muchos, inclusive los de cerca y los de lejos. De tal manera que han sido muchos y lo que se debe hacer es emendar esas circunstancias, porque estamos a puertas de las elecciones generales del 2021.

¿Es el partido aprista una organización capturada por una camarilla de dirigentes que se resiste a los cambios generacionales?

Yo diría que el APRA está secuestrado por unos compañeros que no han entendido el concepto de alternancia.

La alternancia es una de las leyes de la política y de la democracia, hay que dar paso a las generaciones que vienen y las otras que ya cumplieron el servicio tienen que dar un paso al costado.

Aquí hubo vicios de compañeros que han estado 15 o 23 años en el Congreso y junto con ello no han dejado la dirigencia para sostenerse en este largo período como congresistas, como funcionarios, en altos cargos. De tal manera que esto tiene que acabarse y ya se acabó. Esto es parte de un proceso, espero que sea breve para orientarnos con lo que la población quiere del partido del pueblo

¿La organización aprista ha tocado fondo?

Sí y que bueno que haya tocado fondo para impulsarnos nuevamente hacia situaciones o estratos o estadios que la población espera de su partido.

El APRA permanece en la memoria, en el corazón de los ciudadanos, pero está molesta la población por estos vicios que estamos señalando.

¿Qué debe hacer el partido aprista para recuperar la confianza perdida?

Nuevos cuadros… Hay compañeros que se ha notado que están muy bien preparados para asumir la dirección del partido. En este partido no solo por fanatismo, sino por convicción y fe, decimos que nunca muere y lo hemos demostrado a lo largos de estos 96 años. Somos el único partido en el Perú de larga vida, de grandes logros sociales y de grandes líderes que hasta ahora son admirados.

¿Cree que existe una enorme deuda el partido para con la población de Lambayeque, porque durante el segundo gobierno aprista se festinó con los recursos asignados para obras como las de saneamiento y los involucrados aún se niegan a responder a la justicia, como sucede con el exalcalde Manuel Valverde?

Es una etapa negra a nivel del partido. La mayoría están denunciados, están en la fiscalía. Digamos que es una época negra, nefasta, perdida. Eso hay que superarlo.

No olvidemos que en el segundo gobierno aprista se ejecutó muchas obras para Lambayeque y podríamos mencionarlas, pero el pueblo las conoce, eso es un parte de un partido que está muy interiorizado en los peruanos, pero los peruanos están muy molestos.

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