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OBRA DE PIEDAD PAREJA Y ALFREDO MURO: La montonera liberal del cura Chumán

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Edición N° 1363

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Los investigadores Piedad Pareja Pflücker y Alfredo Muro Flores han publicado La montonera liberal del cura Chumán, obra que revisa los acontecimientos vividos en Lambayeque, a inicios del siglo pasado, corrigiendo imprecisiones que por largo tiempo se dieron como válidas, sobre el movimiento revolucionario que se desarrolló en esta parte del país.

El libro, de 180 páginas, contiene información que había permanecido dispersa o inédita sobre lo acontecido en la primera década de 1900, que si bien tuvo como epicentro al pueblo de Ferreñafe (aún no era provincia), tuvo un impacto en toda la región y eco en otras partes del país.

El trabajo de Pareja Pflücker y Muro Flores ha considerado también testimonios de algunos de los descendientes de los protagonistas del movimiento liderado por Chumán, así como dos documentos de trascendente valor, como un mapa del departamento de Lambayeque de 1911, a todo color en tamaño A3, y un cuadro de la misma dimensión sobre la distribución de las haciendas y cultivos de Chiclayo y Lambayeque.

Montoneras y desarrollo

“Las montoneras – entendidas como grupo o pelotón o gente a caballo que intervenía como fuerza irregular en las guerras civiles de algunos países sudamericanos – se han manifestado en diferentes momentos y lugares del Perú con protagonistas imbuidos en distintas tendencias ideológicas o intereses políticos, lo que ha merecido la atención de algunos investigadores”, precisan los autores.

Estos consideran que si bien la montonera que actuó en el norte del Perú, en 1910, no cambió el curso de la historia de Lambayeque y menos del país, resulta un episodio político relevante que ha sido minimizado por la historia nacional, ocultándose su real significado.

“El evento no ha sido suficientemente explorado por los historiadores. Suele ser el destino de los acontecimientos regionales, pues buena parte de la historia de nuestra república es la del Estado peruano y sobre todo la de lo ocurrido en la capital, sede del gobierno nacional. Resulta extraño, sin embargo, que no llamara la atención de Jorge Basadre, ilustre autor de la Historia de la República del Perú, quien le dedicó sólo un par de líneas: ‘Las montoneras de Ferro y Chumán y otras llegaron a ser batidas en Lambayeque. Más peligrosa pudo ser la de David Samanez Ocampo en el sur’. Capaz el tema le resultó secundario en comparación a las tensiones en el Congreso y los conflictos internacionales del momento”, explican.

Redescubrir la historia

Es justamente ese vacío – afirman – el que hizo posible que abundaran versiones distintas, algunas antojadizas, que distorsionaron el espíritu de los montoneros lambayecanos. Lo sucedido en 1910 en estas tierras tampoco fue ajeno a la romantización, resultado del relato que pasó de boca en boca, generación en generación, hasta nuestros días.

“Reconstruir la historia de la montonera del Norte de 1910 enfrentó varias dificultades insalvables. No contamos con manifiesto que exprese sus motivos y la convoque o con pronunciamientos durante su curso ni con suficientes fuentes locales contemporáneas a los acontecimientos, pues la censura a la prensa opositora al gobierno significó la clausura de varios periódicos en el departamento de Lambayeque”, cuentan los investigadores.

La montonera tuvo desarrollo justamente cuando el lambayecano Augusto B. Leguía se encontraba en el poder, al que llegó como candidato del Partido Civil, en el que militaban los hacendados.

La obra aborda el derecho a la insurrección; la demarcación territorial, población y haciendas del departamento de Lambayeque; los tiempos de convulsión y otros aspectos, entre ellos la tesis de Augusto Durand, líder liberal, sobre el derecho a la insurrección.

“La montonera del norte de 1910 no consiguió el respaldo esperado. En cambio, fracasó en su intento de derrocar al gobierno como parte de un fallido movimiento nacional: fue sofocada por el ejército. La mayoría de sus jefes sobrevivieron a la represión. Algunos siguieron participando activamente en política. Consideramos que su derrota no la hace menos relevante. Aprendemos tanto de los éxitos como de los fracasos personales y sociales”, enfatizan los autores.

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