Durante el 2023, 391 personas se suicidaron en el Perú y 2121 lo intentaron, según el Sistema Informático Nacional de Defunciones - Sinadef. Pese a lo alarmante de estas cifras, poco realce se la ha dado aún a la salud mental dentro de las estrategias de salud pública. Al respecto, Expresión conversó con Giuliana Cañola, psicóloga y coach, quien da un panorama sobre cómo esto afecta a toda escala en la sociedad.
¿La salud mental debe ser un tema de Estado? Los suicidios se han incrementado sin distinción de edad.
Sí, debe ser prioritario. Aquí hay dos puntos importantes. Por un lado, tenemos las tasas que cada vez son más negativas y desalentadoras, las cuales indican que una parte de la población pide a gritos ayuda como son los jóvenes y adolescentes. Lo otro que debemos mirar son los factores de riesgo para suicidarse o tener intentos de suicidio. Aquí tenemos a los niños que viven en hogares disfuncionales, adolescentes embarazadas, adultos mayores descuidados, personas que durante su rutina diaria tengan mucha soledad, personas que no tengan acceso a relacionarse con otros, personas con enfermedades terminales, quienes anteriormente hayan tenido intentos de suicidio o quienes hablen con frecuencia de este tema, todos estos son indicadores de que podríamos estar frente a alguien que quiera hacer esto. Hay diferentes factores de riesgo que nos llevan a darnos cuenta que nuestra población en todos los frentes está muy desatendida. Es momento que tomemos cartas en el asunto y que cada uno desde la labor que haga pueda trabajar por esto.
Este año la Organización Panamericana de la Salud y la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio junto con las Naciones Unidas determinaron que el 10 de septiembre, que es el ‘Día Mundial de la Prevención del Suicidio’, el lema sea ‘Cambia tu narrativa’. Las palabras son muy importantes en nuestro día a día. Si desde lo que hacemos cambiamos estos mensajes, podemos comenzar a hacer cambios en nuestra población.
Faltan psicólogos, ¿qué podemos hacer para atraer a más personas a esta profesión?
Tenemos que seguir visibilizando estos temas como una problemática fundamental para que las personas que están ahora mismo ocupando cargos importantes y decisivos puedan entender que es oportuno tomar cartas y que puedan abrirse más plazas para colegas, pues en el sector educación, en los hospitales, las universidades y organizaciones faltan muchos psicólogos. En algunos lugares ni siquiera hay psicólogos y son otros profesionales los que están haciendo esas labores, incitando al intrusismo.
¿Qué está pasando con el comportamiento de las personas, sobre todo de quienes ejercen cargos públicos?
Por un lado, la formación desde casa es importante, los valores, principios, cómo nos inculcan las vivencias, experiencias y forma de comportarnos, eso se va a traducir en nuestra vida adulta. Sin, embargo, lo que acumulamos en nuestras interacciones es importante y allí es donde tenemos que apuntar, a que como personas adultas podamos cuidar en todo momento nuestra salud mental, porque si tenemos bienestar vamos a interactuar con lo que sucede a nuestro alrededor desde una perspectiva resiliente, compasiva con los demás, empática y que nos llevará a relacionarnos mucho mejor, lo cual se reflejará en cómo nuestros congresistas, gobernantes mejoren y se relacionen desde una óptica sana.
Es responsabilidad de cada uno como individuo buscar nuestras mejoras personales. Si bien es importante nuestra experiencia profesional, los títulos acumulados a lo largo de la vida, nunca nada será tan importante como lo que somos como seres humanos, eso finalmente va a impactar en nuestra convivencia, en todo lo que sucede alrededor de nosotros, en cómo está nuestra ciudad. Nos quejamos mucho, pero poco hacemos y no miramos nuestro comportamiento individual. A veces miramos a nivel macro y no vemos desde lo individual, desde cómo tratamos a nuestros hijos, adultos mayores, cómo nos desenvolvemos con nuestras amistades, que tan honestos somos en nuestros trabajos, etc. Es una mirada intrínseca que cada uno de nosotros debe hacer desde la madurez para hacer cambios.
En el caso de la vicegobernadora de Lambayeque, quien ha denunciado ser víctima de violencia y acoso político, las consejeras y autoridades mujeres no le han mostrado su respaldo. Lo tuvo que hacer desde Ica la presidenta de la Asociación de Vicegobernadoras. ¿Por qué es falta de solidaridad?
Creo que nos movemos por muchos intereses. En el ámbito político puedo quedarme callado o hablar de acuerdo a mi conveniencia. Sin embargo, entre nosotras solemos maltratarnos porque existe la mala creencia de que estamos en una competencia continua, desleal, en la que hay que denigrarnos unas a otras, indisponernos, con la finalidad de que una sobresalga, cuando más bien el mundo nos está orientando a una cultura más resiliente, compasiva, donde en vez de vernos como una competencia, podríamos mirarnos como una hermandad, ayudarnos entre nosotras, porque los talentos de una mujer son muy valiosas y posiblemente otra mujer tenga características diferentes que se complementan. No tenemos por qué ser rivales, nos podemos complementar unas a otras. Yo te enseño algo que tú no sabes y tú me enseñas algo que yo no sé y crecemos las dos y nos acompañamos. Ojalá que más mujeres entendiéramos esto porque creo que se nos abrirían más oportunidades para ocupar el lugar que hace tiempo nos merecemos, un lugar de equidad.
¿Por qué los políticos en vez de llamar a la gente con currículo limpio llaman a los que tienen denuncias, de quienes no se espera mucho de ellos?
Hablo como psicóloga y ciudadana que ama a su país. Lamentablemente, la mediocridad va a llamar a más mediocridad. Si estoy en una posición en la que oculto cosas, en la que mi comportamiento ético no es el adecuado, si soy consciente que no tengo las condiciones, yo llamaré a más personas iguales a mí para que me secunden y hacer un grupo de esta forma. No decimos equipo, sino un grupo de trabajo que solo está allí para un objetivo que posiblemente sea lucrar con los intereses de los demás y luego continuar con su camino y sus bolsillos muy bien enriquecidos.
Hay mucho trabajo por hacer desde el ser, hay capas y capas que debemos derribar y mirar al ser humano como es y trabajar en la mente. Nuestra mente es muy poderosa y nos puede ayudar a lograr todos los objetivos desde una perspectiva resiliente, positiva, compasiva, llena de valores y principios.
¿El uso de celulares en los niños desde muy temprana edad ayuda en su formación o genera dependencia a estos dispositivos tecnológicos?
Hay mucha dependencia y agresividad que podemos ver en cómo lloran, gritan y hasta golpean a sus padres cuando les quitan el dispositivo. ¿Cuál es la realidad que vivimos ahora? Niños, adolescentes en casa pasando mucho tiempo a solas, vinculándose con las redes sociales, y unos padres que están sumamente ocupados y que casi no tienen tiempo para dedicarles y conversar, mirarlos a los ojos, preguntarles cómo se sienten y estar con ellos en ese tiempo de calidad. Las redes sociales a partir de la pandemia nos han inundado y, si bien tiene un lado positivo, todo tiene que ser mesurado porque ahora hay muchos más niños y adolescentes pasando tiempo tras una pantalla y los padres contentos porque en esos momentos pueden avanzar con sus cosas, sin darse cuenta de todo el daño que les estamos haciendo. Muchas veces quedan sin supervisión y comienzan a mirar cosas que no son adecuadas para su edad y eso influye en su mente, intelecto, emociones, relacionamiento con los demás, y este es un factor de riesgo muy importante en las tasas de suicidio también.
Este tema parece ser el último que las autoridades miran, pese a que está relacionado con la inseguridad…
Con el ‘bullying’, peleas callejeras, accidentes afuera de las discotecas, personas que no saben manejar sus emociones, todo esto es salud mental. Nos apena muchísimo que tengamos que salir casi a implorar para que se tome prioridad de estos temas. La pandemia nos ha mostrado todos los problemas que guardábamos bajo la sombra, es momento de empezar a hacer cosas de manera articulada, no solo por el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, sino a diario y desde casa.
Si pudiera sugerir cinco cosas, la primera sería que nos presentemos más atención a través de nuestra escucha activa: ¿cuánto tiempo dedicamos a nuestros hijos para escucharlos sin tener un dispositivo a la mano que nos aleja? Escuchemos no solo con nuestros odios, sino con mente y corazón cuando nos están hablando, porque en estas palabras puede venir camuflado algún grito de ayuda que es importante tomar en cuenta. Como segundo punto: no juzgar. Vivimos en una sociedad que tiene a la mano el juzgar, criticar, hablar mal del otro. Uno se queda afectado cuando ponen palabras negativas acerca de cualquier cosa, eso nos lleva a sentirnos limitados en cuanto al manejo de nuestras emociones. Tercero, pedir ayuda profesional, no tengamos miedo o vergüenza de admitir que necesitamos ayuda. Pedir ayuda es un acto de amor propio, de valentía y de responsabilidad con uno mismo. El cuarto punto sería estar envueltos constantemente de nuestros seres queridos, de las personas que nos hacen bien, que nos ayuden a sentirnos mejor. Y por último, tengamos siempre espacios abiertos para hacer deporte, ejercitarnos. Si queremos tener una mente sana, tenemos que hacer actividades que conlleven a esta curación como el deporte, ejercicios, actividades al aire libre, promovamos más este tipo de actividades que nos alejan de estar encerrados en nuestra habitación. Comencemos a hacer cosas que nos lleven más hacia afuera, a respirar aire puro y convivir con otras personas desde una posición sana.
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