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Diálogo para salir de la crisis

Escrito Rosa Amelia Chambergo Montejo (*)
Edición N° 1285

En circunstancias difíciles para el Perú, Expresión regresa de vacaciones para informar a ustedes de los diferentes sucesos que acontecen en nuestra patria y en particular en Lambayeque, nuestra jurisdicción en la que aparecimos desde hace casi tres décadas. Desde el pasado 7 de diciembre vivimos una innegable crisis política y social en la que un sector de peruanos no acepta dialogar y protesta con actos vandálicos, que tienen paralizado a medio país por la toma de carreteras y movilizaciones continuas al ejecutar la llamada “toma de Lima”.

Hoy estamos viendo lo advertido por Aníbal Torres, cuando decía que si el gobierno de Pedro Castillo caía, correrían ríos de sangre. No era pues un simple dicho, era un azuzamiento a la población, a sus seguidores y producto de ello hoy 56 vidas se han perdido en esta lucha, cuyo mensaje se refleja en el rechazo a la gestión del Congreso de la República, la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el rechazo a su gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones generales y una asamblea constituyente.

La crisis comenzó con la vacancia y detención de Pedro Castillo el pasado 7 de diciembre. Y si cito el 7 de diciembre es porque en esa fecha se marca una crisis política con el fallido intento de golpe de estado, al anunciar el establecimiento de un gobierno de excepción y la intervención de las instituciones constitucionales.

Sin duda, nuestra democracia está en peligro. Sin embargo desde aquí considero que este sistema imperfecto no puede demostrar debilidad. Estamos obligados a cuidar y conservar nuestra democracia, que permite vivir en libertad. La insania subversiva y la delincuencia no pueden someter al Estado de Derecho y la ley.

La ola de protestas en el Perú está dejando millones de soles y dólares en pérdidas, no habíamos visto incidentes tan intensos y violentos como los que se han producido en los últimos días, donde se ha confirmado la muerte de 56 peruanos y más de mil ciudadanos heridos.

La convocatoria a "la toma de Lima", lanzada por las diversas organizaciones y colectivos que exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y elecciones generales, ha derivado en protestas con violencia, falta de respeto, destrucción de la propiedad privada y estatal que no podemos aceptar. Estos actos son hechos subversivos, no son formas de protesta para arrancar los anhelos sociales.

Se ha puesto en riesgo la vida y salud de miles de peruanos en diversos departamentos del sur, donde el bloqueo de carreteras impide que lleguen medicamentos, alimentos y profesionales de diversas especialidades para atender a la población. Hay quienes con razón o sin ella, reclaman la presencia del Ejército para cuidar y devolver el orden y la paz, que se ha perdido en el sur del país.

Vemos a través de la pantalla chica como si fuera una película de acción el despliegue policial en la capital, que viene siendo muy extenso e intenso con 11 mil 800 agentes para controlar los disturbios, así como otra logística que permita menguar estos enfrentamientos de dejan heridos de ambos lados

En los departamentos de Arequipa, Puno y Cusco, vimos cómo centenares de manifestantes intentaron acceder por la fuerza a los aeropuertos causando zozobra entre los pobladores de estas jurisdicciones, lo que ha perjudicado ampliamente el turismo en general.

Al cierre de edición la presidenta Dina Boluarte instó a los "países amigos" a que apoyen la propuesta para adelantar las elecciones y lograr una salida "pacífica" a la crisis en la que se halla inmerso el Perú.

"Ayuden al Perú a encaminar su destino a través de elecciones libres", solicitó la mandataria en una intervención virtual ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos - OEA, con sede en Washington, que celebró una sesión protocolaria para escuchar su retrato de la situación en el país.

Recordemos que la presidenta ha manifestado que no renunciará a su cargo, como se pide en las protestas en su contra, y sostuvo que su salida en estos momentos solo agravaría la crisis política. Ella ha solicitado una “tregua nacional”, "No me voy a cansar de llamarlos al diálogo", sostuvo. Descartó una vez más su dimisión. "Me iré cuando hayamos convocado las elecciones generales”, de manera rotunda refirió.

Finalmente, es importante destacar que la Comisión de Constitución del Parlamento, que es presidida por el congresista Hernando Guerra García (Fuerza Popular), aprobó con 15 votos a favor y 9 en contra adelantar el inicio de la próxima legislatura para el 15 de febrero. A partir de esta fecha, la Mesa Directiva podrá poner a votación la ratificación de la reforma constitucional para el adelanto de las elecciones generales para abril de 2024. Entre tanto corresponde a todos los peruanos contribuir al diálogo y a la paz que tanto estamos necesitando para volver a encaminar nuestro desarrollo y crecimiento como país, porque esta situación sin duda ha recrudecido nuevamente los índices de pobreza y extrema pobreza.

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