A pocos días de que las autoridades elegidas por voto popular dejen el cargo, paradójicamente, en vez de que nuestra región Lambayeque haya avanzado, hoy en día sentimos que su decrecimiento se ha convertido en una forma sostenida y normalizada de gobernar, todo ello producto de los errores, falta de capacidad y honestidad por parte de las gestiones para administrar los recursos asignados a esta parte del país, los cuales, por años, vienen siendo vilipendiados con total naturalidad e impunidad.
Los ratios estadísticos que miden el crecimiento de la región son negativos. Esta medición matemática que involucra elementos constitutivos básicos como componentes para obtener un resultado favorable, en la mayoría de los casos son nulos y, los que quedan, son precarios y poco influyentes para alcanzar mínimamente un nivel aceptable que demuestre que Lambayeque ha crecido y mejorado como región.
Por lo tanto, desde hace buen tiempo nuestra caída libre es más acelerada y proclive a dañar lo poco bueno que hasta hoy podemos mantener enla región, producto del trastoque de las normas y los valores fundamentales, cada vez más sumidos en la precariedad y el desprecio por parte de las autoridades, como si todo fuera normal.
¿Por qué Lambayeque no crece?
La respuesta se cae de madura. La primera y la más preponderante barricada para impedir que Lambayeque crezca como región, es la endémica corrupción instrumentalizada que impera en la mayoría de entidades estatales, entre ellas, fundamentalmente en los gobiernos municipales y la gobernación regional con sus unidades ejecutoras, adscritas a este gobierno sub nacional, donde el arrebato de los dineros del Estado, trasladados a estos entes públicos, son manejados con malas mañas y con total impunidad.
Por ello, es que nuestra región Lambayeque está considerada como una de las más corruptas del país, donde no solamente esta lacra llamada corrupción crece cada vez más, sino que los modos y las formas de apropiarse de lo ajeno, son más finas que las demás.
¿Qué esperamos de las nuevas autoridades?
Esperamos, por lo menos mucha honestidad y transparencia en sus acciones y decisiones. Luego capacidad de gestión y un adecuado propósito de manejar la cosa pública encomendada, de la manera que sea eficiente y eficaz en los objetivos que se persigue, fundamentalmente en lo que atañe a gestar proyectos de inversión a favor de la población que los eligió, teniendo presente siempre que el ojo público siempre estará vigilante de su buen andar para poner en realce lo bien hecho, pero también tendrán que asumir, que cuando se hayan que licitar obras públicas en su jurisdicción, estas tendrán que ser realizadas con apego irrestricto a las normas que las regulan. De no ser así, el rigor ciudadano, hoy más que nunca, será preponderante cuanto se tenga que denunciar acciones lindantes con lo delictivo, producto del direccionamiento de los procesos al mejor postor.
La lucha continúa
Por nuestra parte, asumimos el reto como todos los años, de seguir en la línea correcta de resaltar lo bien hecho y cuestionar, poniendo en el tapete lo que se hizo mal, como siempre, guardando las formas, respetando a las personas y no manchando honras; luchando con tecnicismo puro y evidencias claras sobre aquellos que asumen un cargo para lucrar y echar andar la maquinaria pesada de la corrupción que, si nos proponemos y persistimos, lograremos por lo menos reducirla a su mínima expresión, evitando el gran robo normalizado en esta parte de la patria.
Por hoy, me despido hasta el próximo año sí los directivos de este medio periodístico así lo deciden. Debo agradecer a la directora de este decano Semanario Expresión. Aprendí de él y lo seguiré haciendo con mucho tesón y ánimo superlativo de informar bien, como todo el staff periodístico lo sabe hacer y dar a conocer semana tras semana durante los casi treinta años próximos a cumplir. Mi reconocimiento sincero, mi aprecio imperecedero y mi admiración. A la lectoría, gracias por su preferencia y sus buenos comentarios, que nos comprometen a seguir creciendo como medio de expresión e información. ¡Feliz Año 2023!
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(*) Especialista en Contrataciones del Estado.
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