Si bien las pronosticadas lluvias de El Niño no se concretaron este 2024 en un peligro real contra la continuidad del servicio educativo en la región (hasta ahora), problemáticas históricas no atendidas por los diferentes niveles de gobierno, en materia de infraestructura, mobiliario y otros, sí están afectando la calidad de la enseñanza de los educandos. Una realidad que golpea a un sistema público en decadencia, donde los paliativos que no sirven de mucho.
En marzo de 2023 las lluvias ocasionadas por el ciclón Yaku de inmediato encendieron las alarmas ante la posible presencia de un nuevo Niño Costero. Fue más crítico cuando las agencias meteorológicas internacionales advirtieron que las aguas del Pacífico Central presentaban un incremento de temperatura. Se confirmó un Niño Global.
El Yaku no pasó inadvertido. El colegio de Las Juntas, reconstruido e inaugurado apenas meses antes, quedó inundado por el río La Leche, que volvió a desbordarse. Una lección tardía: el proceso de reconstrucción de las escuelas no contempló la reubicación de los locales más expuestos al peligro, volviendo a construir sobre los mismos espacios.
En el distrito de Pítipo, cinco colegios se convirtieron en albergues temporales para las familias afectadas por las inundaciones. Lo mismo en Íllimo, Manuel Mesones Muro y Túcume. Otra vez los escolares fueron afectados en la continuidad de sus clases.
El inicio del año escolar 2023 se postergó y en algunas localidades del departamento fue necesario volver al poco eficiente sistema virtual. Ese mismo año, Lambayeque llegó a un récord histórico al registrar más de 37 mil casos de dengue, según el Boletín Epidemiológico 52 de la Gerencia Regional de Salud. Al fenómeno climatológico, se desprendió uno de orden sanitario. Llovía sobre mojado.
Gestiones cuestionables
Lambayeque, como sucede con el resto del país, es escenario de una serie de acciones a medias, hechos de corrupción y una alta ineficiencia de la administración pública.
En 2022, cinco años después de El Niño Costero, la Municipalidad Distrital de José Leonardo Ortiz firmó el contrato para reconstruir el colegio Mater Admirabilis. Los trabajos iniciaron, pero en octubre se paralizaron. La contratista recurrió a un arbitraje; el municipio resolvió el contrato. Más de mil 200 estudiantes se quedaron sin local educativo: hasta el momento no se termina.
Similar situación se presentó en el César Vallejo. La unidad ejecutora fue la Municipalidad Provincial de Chiclayo. El contrato se firmó en 2021, con un presupuesto de cinco millones de soles. En 2022 el proyecto quedó paralizado y este año más de 500 estudiantes han iniciado el año escolar en aulas sin terminar, sin puertas ni ventanas.
Los 800 escolares del colegio Nuestra Señora de Fátima, también de Chiclayo, han iniciado el año lectivo en aulas prefabricadas ubicadas a un lado de la Gerencia Regional de Educación. El área no tiene energía eléctrica, agua potable y mucho menos espacio sombreado.
“Las condiciones no son las adecuadas, estamos aquí desde mayo del 2023 y nunca hemos tenido fluido eléctrico. Estamos pagando las consecuencias de la mala gestión de las autoridades. Pareciera que no les interesa”, se lamenta el director Teófilo Ipanaqué.
Estado crítico
De acuerdo a la Gerencia Regional de Educación, el 70 % de las escuelas de Lambayeque no tienen condiciones básicas para el desarrollo de clases. Es decir, 1691 colegios no tienen agua, desagüe, energía eléctrica, internet ni vías de acceso. La situación más crítica está en los distritos altoandinos de Cañaris e Incahuasi y en la zona rural de Olmos, Mórrope y Salas.
La Gerencia Regional de Control ha formulado 11 informes, tras sus visitas a los diferentes locales educativos del departamento. Lo hallado es dramático. Menos de un tercio de los locales escolares públicos no ofrecen condiciones mínimas a sus ocupantes y maestros.
En los informes se evidenció la carencia de Planes de Gestión del Riesgo de Desastres vigentes, profesionales en psicología, capacitación para docentes en enfoque de género; deficiencias en infraestructura, mobiliario, protección solar, falta de señalización de puntos de reunión en caso de desastres naturales, falta de extintores, etc.
“Tales situaciones podrían limitar las acciones de seguridad, prevención de la violencia escolar y el acompañamiento cognitivo de los estudiantes, así como poner en riesgo la salud, integridad física y desarrollo integral de los estudiantes, el proceso de enseñanza-aprendizaje y el desarrollo de sus derechos en igualdad de condiciones con sus pares”, indica la Contraloría.
El año escolar inició el 11 de marzo, pero recién el Ministerio de Educación ha lanzado la convocatoria para la compra de módulos escolares, más aulas prefabricadas. En total, se piensa instalar 78 de éstas en Lambayeque, con una inversión de 15 millones de soles.
Es probable que El Niño ya no desate su furia sobre la costa norte del Perú. Sin embargo, las condiciones de riesgo en el sector Educación persisten, siendo la interrupción de las clases o su inadecuado desarrollo un factor que el Estado aún no asume con responsabilidad. ¡Vaya usted a saber!
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Pensando en lo virtual
El especialista en alfabetización mediática e informacional (AMI), Julio César Mateus, responde sobre qué hacer para enfrentar la virtualidad nuevamente desde las aulas.
Ante una eventual vuelta a clases virtuales, ¿qué necesita en general el sistema educativo escolar peruano para afrontarla con éxito?
Abordar la brecha de infraestructura material y virtual diagnosticada e informada de forma sucesiva. En caso se implemente una política de uso de plataformas virtuales de emergencia, como antes, falta atender el desarrollo de capacidades docentes con enfoque AMI así como la producción de contenido desde las regiones.
¿Cuáles son las condiciones en que se halla el país ahora para un posible retorno a la virtualidad parcial o total de un año escolar?
A pesar de las mejoras obligadas por la pandemia, la brecha de acceso está lejos de resolverse. La compra masiva de tablets no permitió dotar de acceso suficiente. Desconozco el uso que se venga dando a estos dispositivos. No hubo ni hay ninguna política pública postpandemia vinculada con el desarrollo de capacidades, ni tampoco con el desarrollo de instancias de participación y coordinación comunitarias.
¿Qué lecciones dejó en los actores involucrados en el sistema educativo escolar peruano la experiencia de la virtualidad por la pandemia de la covid-19?
Dejó varias: a) La importancia de abordar las brechas tecnológicas y de conectividad, así como la necesidad de una capacitación docente más integral en uso de TIC y en educación mediática; b) La relevancia de promover una educación mediática que fomente visión crítica y habilidades de apropiación en los estudiantes; c) La necesidad de políticas educativas que garanticen un acceso equitativo a la tecnología y promuevan una participación democrática en línea.
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“No más clases virtuales”
Mery Sánchez es una madre de familia que se conmueve por la situación de la IE no 10142. Su hijo Víctor Raúl cursa el quinto de primaria y ha comprobado que las clases virtuales no son ninguna garantía de una buena enseñanza. “El año pasado pasó lo mismo, nos prometieron que la construcción iba a estar lista antes del inicio del año escolar; pero finalmente la obra paralizó por inconvenientes con la contratista. Para este año nos dijeron lo mismo y ya vemos”, refirió.
Provista de un cartel, Sánchez protestó el día que la alcaldesa Cubas visitó la obra del colegio y exigió la culminación del plan de contingencia del colegio. “Los padres de familia no queremos más clases virtuales, no contamos con los medios tecnológicos para que nuestros hijos escuchen clases de manera adecuada”, decía en el escrito que mostró a las autoridades.
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Al borde del colapso
Una situación penosa también se vive en la IE n° 11124 “Nuestra Señora de La Paz”, ubicada en la urbanización Las Brisas, en Chiclayo. Allí 900 estudiantes reciben clases en condiciones precarias. El cerco perimétrico está a punto de colapsar, aulas con rajaduras, ventanas con vidrios rotos, techos en mal estado y mobiliario antiguo caracterizan al plantel.
"Es lamentable que no podamos tener una solución definitiva; lo que corresponde aquí es una renovación del local escolar, casi toda la infraestructura se encuentra realmente afectada. Podríamos pintar, pero sería solo maquillar”, señaló la directora Ana María Domínguez. En el sector Educación no tomaron en cuenta sus palabras, pese a sus reclamos formales.
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(*) Periodista y colaborador.
La elaboración de este reportaje se realizó con financiamiento de Save the Children. Beca para periodistas: Gestión del Riesgo de Desastres con Enfoque de Niñez.
Se agradece la colaboración operativa del periodista Daniel Vera Vera.
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