Durante su participación en el conversatorio virtual ‘Diálogos por Chiclayo: Gestión ambiental y manejo de residuos sólidos’, Roger Santa Cruz Carranza, politólogo e investigador en políticas municipales para la gestión ambiental, señaló que es necesario cambiar la mirada que se tiene sobre la basura, toda vez que ésta puede convertirse en fuente de recursos para el gobierno local.
Santa Cruz Carranza sostuvo que la situación de los residuos sólidos en Chiclayo es bastante crítica, principalmente por factores que son de índole cultural, pero también por la falta de liderazgo político, que hasta el momento ha sido insuficiente para cubrir las demandas de la ciudadanía.
“Hay en los usuarios del servicio de limpieza pública una alta insatisfacción, sobre todo en el casco urbano. Ha habido algunos avances en algunas municipalidades como lo que se está logrando en José Leonardo Ortiz, no todo es malo, pero en el manejo general hemos tenido un serio retroceso. El año pasado, por ejemplo, con el incendio de la celda transitoria se afectó la poca infraestructura que tiene la ciudad para la disposición. La última etapa del procesamiento de residuos sólidos ha fracasado. Lo que esperamos es que haya decisión política para enfrentar el problema y esté acompañada de las acciones correspondientes”, manifestó.
Santa Cruz Carranza indicó que hay muchos micro procesos que deben ser abordados para solucionar este problema. Uno de ellos es el manejo de la información. Mencionó que la municipalidad no actúa eficientemente porque no puede recoger información en tiempo real. “El municipio nunca se ha tomado el trabajo de conversar directamente con los usuarios para conocer sus aportes y críticas a fin de mejorar el servicio”, dijo.
FUENTE DE INGRESOS
Explicó que los municipios asumen la gestión de los residuos sólidos aplicando una economía lineal, que – en su opinión - es un concepto anticuado, pues se baja en la producción, el consumo y el desecho.
“En un estudio realizado con el apoyo del Instituto Cultural Peruano Norteamericano – ICPNA, se llegó a la conclusión que si la segregación de residuos fuera adecuada, la ciudad obtendría, en el escenario más reducido, un millón 200 mil soles al año, dinero que podría ser reinvertido en maquinaria y logística. Es importante cambiar el chip en las municipalidades de que la gestión de residuos sólidos se limita a un presupuesto establecido, cuando esta se puede convertir en fuente de recursos. La basura no puede seguir siendo vista como un desecho, debe asumirse como una materia prima. Si hubiera una adecuada política de gestión, sería el municipio quien formalice a los recicladores y establezca alianzas con el sector privado para la reutilización de los residuos”, explicó.
Anotó que el mal manejo de residuos afecta la salud pública y aleja las inversiones.
“Nadie querría ir a comer a un restaurante sabiendo que en la esquina hay un montículo de basura. La falta de limpieza merma la decisión de los visitantes de llegar a Chiclayo y eso es grave, porque esta es una ciudad de comercio, servicios y con una oferta turística muy grande, que debe ser aprovechada. El cuidado pasa también por la visión que deben tener los ciudadanos sobre la ciudad. Nadie va a cuidar algo que no siente propio, que no quiere como su casa. Abrir ese enfoque podría ayudar a sensibilizar a la gente sobre el cuidado ambiental. Adicionalmente, es muy importante profundizar en el manejo de la información”, remarcó.
INFORMACIÓN A LA MANO
Roger Santa Cruz precisó que actualmente el manejo de datos es vital para tomar decisiones. Sin embargo, muchas municipalidades aún tienen estudios de caracterización de la basura que son muy antiguos, que no reflejan la realidad actual y eso hace que se tomen decisiones inadecuadas.
“Siendo la información importante, estamos trabajando en un aplicativo móvil que ayude a identificar dónde están los botes de basura y enseñarle a la gente cómo reducir la emisión de residuos. Podemos apoyarnos en la tecnología para reducir el problema. La pedagogía ambiental es fundamental y para ello se debe convocar a una serie de instituciones y, por supuesto, al sector privado. Se puede implementar estímulos, por ejemplo, premiando al vecino que segrega sus residuos con la reducción de los arbitrios municipales”, expuso.
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