La Red Integridad Lambayeque es un espacio generado desde la sociedad civil que con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional – USAID, trabaja en la prevención de actos de corrupción en las contrataciones públicas, promoviendo la veeduría, participación y fiscalización ciudadana.
En Lambayeque, el secretario técnico de la red, Carlos Balarezo Mesones, comenta que lo sucedido esta semana con la exalcaldesa de Mórrope, Janet Morales Pasache, y sus exfuncionarios, capturados por presuntamente integrar una red de corrupción, evidencia el serio problema al que la sociedad se enfrenta día a día.
“Lo sucedido esta semana nos deja muy consternado, muy mortificados. La corrupción, de acuerdo a las últimas encuestas, conjuntamente con la inseguridad ciudadana, se ha convertido en el principal flagelo que afecta a los peruanos. Si el país atraviesa una situación grave, Lambayeque tiene una situación sumamente delicada. En los últimos años se han visto casos de corrupción muy graves, sobre todo a nivel de la Municipalidad Provincial de Chiclayo, donde tenemos a dos exalcaldes que están presos y a otro que está en procesos judiciales, igual que exfuncionarios públicos. Esto nos preocupa”, menciona.
Perjuicio y democracia
Balarezo Mesones indica que las pérdidas por corrupción son mayores cada año, lo que afecta principalmente a los más pobres.
“Vemos los informes de Contraloría sobre cuánto afecta la corrupción o cuántas obras hay paralizadas. Las pérdidas el año pasado superaron los 20 mil millones de soles y ni nos imaginamos cuánto se hubiera podido hacer con ese dinero, cuántas brechas se hubieran podido cerrar en educación, transporte, salud y otros problemas que afectan a la población. Todos los esfuerzos que se vienen haciendo desde el Estado no dan resultado. Creo que esto pasa porque no hay funcionarios de alto rango que den el ejemplo. Dicen: ‘Lucha frontal contra la corrupción’, y ellos terminan involucrados en ella. No estamos siendo coherentes entre lo que se dice y lo que se hace, y eso es percibido por la población”, manifiesta.
Añade que el problema genera impactos también sobre la democracia, pues ante el avance de la corrupción cada vez más peruanos se inclinan por regímenes autoritarios.
“Dos de cada cinco peruanos consideran que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno. Sin embargo, uno de cada cuatro peruanos, el 25 % de la población, indica que en algunas circunstancias un gobierno autoritario es preferible si es que se compromete a luchar contra la corrupción y la delincuencia. Esto es sumamente delicado, porque puede afectar la democracia que tanto nos ha costado recuperar. El ciudadano de a pie se siente defraudado de las autoridades”, precisa.
Malos políticos
Carlos Balarezo indica que es necesario mirar también sobre la responsabilidad que las organizaciones políticas tienen en el avance de la corrupción en el país.
“Habría que hacer una retrospectiva hasta la elección de los candidatos para cualquier cargo por parte de los partidos políticos. Yo creo que ahí está empezando el problema, porque no es el mejor ciudadano, miembro de un partido político, el que postula para ser congresista de la república, gobernador regional, consejero, alcalde o regidor. Aquí se mueven presupuestos millonarios y se elige no al mejor vecino, sino al que ha puesto más dinero. Luego vienen las campañas, que en el Perú son realmente millonarias”, asevera.
Anota que existen candidatos que invierten cifras millonarias, se endeudan y luego están viendo cómo recuperar lo que han gastado en las campañas, siendo ese el punto de partida para los actos delictivos.
“Todo esto se relaciona con la integridad, que es la práctica de ser una persona honesta, respetuosa, con valores y en la que se puede confiar. No digo con esto que no existan en el Perú buenos ciudadanos o buenos funcionarios, pero muchos de ellos no quieren ingresar a la política o postular a cargos de elección popular en cualquier nivel de gobierno, porque pueden ser objeto de denuncias y se mantienen al margen aún trabajando dentro del sector público”, afirma.
Cargos y resultados
Para el representante de la Red de Integridad Lambayeque también es corrupción aceptar un cargo para el que no se está capacitado.
“Todos sabemos que en las campañas se arman bolsas financiadas por empresarios, entre comillas, para los candidatos y una vez que estos ganan pasan la factura. Se empiezan a direccionar los procesos, empiezan a correr las coimas y eso da como resultado obras de mala calidad, trabajos paralizados y temas de corrupción. Por otro lado, hay un temor totalmente fundado en reconocidos profesionales, personas de conocida trayectoria y mucha experiencia, quienes se resisten a asumir un cargo público por la existencia de la corrupción. Un funcionario público íntegro toma decisiones positivas incluso cuando nadie lo está mirando y ese es un mensaje que cala”, asevera.
Balarezo Mesones comenta que lo acontecido en Mórrope es sumamente reprochable no sólo por lo señalado por la fiscalía anticorrupción respecto de la gestión de Morales Pasache, sino porque el distrito es uno de los más pobres de Lambayeque y del país.
“No es posible, es inaudito, es inaceptable, una deshonestidad total que pueda haber actos de corrupción en un distrito con tantas brechas por cerrar. Desde la Red Integridad Lambayeque hemos participado en diversas intervenciones, procesos en los que hemos ido acompañados por la Contraloría. Estamos gestionado una cita con el gerente regional de control para conocer qué está pasando con las recomendaciones e indicaciones de los informes de control, que son altamente costosos, pero no pasan al Ministerio Público para que se formalicen las denuncias”, indica.
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