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RESPONDE A CINCO ACTIVIDADES SECTORIALES: USAT PRESENTA AGENDA DE INVESTIGACIÓN

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1113

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  • Documento recoge alrededor de 400 proyectos.
  • Casa de estudios busca aterrizar esta iniciativa en beneficios para la comunidad.

 

En concordancia con el licenciamiento concedido por la Superintendencia Nacional de Educación – SUNEDU, en marzo del 2018, cuya condición básica es la formulación de líneas de investigación, la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo – USAT, pone en marcha la ‘Agenda de Investigación’, documento que contiene aproximadamente 400 proyectos ligados al desarrollo científico y tecnológico.

 

Al respecto, la vicerrectora de Investigación, Elizabeth Silvestre Espinoza, señala que esta agenda implementa 20 líneas de investigación multidisciplinaria que han sido discutidas por los docentes de las diferentes facultades en talleres participativos, cuyas investigaciones, al igual que las de los estudiantes de pregrado, estarán alineadas a estos parámetros.

Manifiesta que los 400 proyectos están alimentados por más de mil temas de investigación, cuyas líneas se enmarcan en los Objetivos del Desarrollo Sostenible – ODS. “En el tema ambiental, por ejemplo, el Perú no llega a mil 500 publicaciones científicas anuales. Si nosotros resolviéramos esta agenda llegaríamos prácticamente a esa cifra con solo una universidad”, sostiene.

 

PRIORIDADES DE CONCYTEC

Apunta que este documento marco responde a cinco actividades sectoriales: salud, emprendimiento e innovación, ingeniería y arquitectura sostenible, derecho y orden social, y educación y comunicación. Todas estas, afirma, están acorde a las prioridades establecidas por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología – CONCYTEC.

Anota que son cuatro líneas de investigación las que atienden cada actividad sectorial, la cuales tienen proyectos plasmados en la agenda. “Este documento es una herramienta de gestión, puesto que nos ayuda a identificar cuáles de los indicadores del Plan Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación – CTI, del CONCYTEC, están bien implementados en la universidad”, expresa.

Explica que dos de los indicadores de CTI son, por ejemplo, la masa crítica calificada; es decir, con cuántos investigadores cuenta la universidad y cuántos laboratorios de investigación tiene determinada institución.  

 

TRIPLE HÉLICE

Por otro lado, Silvestre Espinoza indica que la agenda de investigación promueve una “triple hélice”, lo cual constituye el trabajo conjunto entre la academia, el gobierno y la empresa, a fin de promover y generar desarrollo en la región.

Revela que para armar este documento conversaron con representantes del gobierno regional, a fin de que les expliquen cuál es la visión que tienen de Lambayeque. “Chiclayo hace 20 años fue declarada como una ciudad sostenible, creo que es posible volver a serlo”, asevera.

Añade que existe una necesidad de promover la diversidad productiva en el país, por lo cual hay ocho líneas de investigación que están directamente relacionadas a la variable empresa. Además, menciona el desarrollo ecológico y ambiental.

Asimismo, señala que esta agenda es una fuente para establecer redes nacionales e internacionales, toda vez que la idea es que sea replicada por otras universidades locales, siempre en alianza con casas de estudios extranjeras.

“Esta agenda será actualizada cada dos años, no precisamente en su contenido, pero sí iremos introduciendo algunos parámetros de acuerdo a las exigencias venideras. Es por ahora un documento digital, pero esperamos que para el aniversario de nuestra casa de estudios, en octubre, tengamos la versión física”, señala.

 

DIMENSIÓN AMBIENTAL

De otro lado, dado que dentro de las prioridades sectoriales y las líneas en las que se enmarca la Agenda de Investigación se contempla la dimensión ambiental, el jefe de la Dirección General de Educación, Cultura y Ciudadanía Ambiental del Ministerio del Ambiente - MINAM, Gunther Merzthal Yupari, manifiesta que desde esta cartera se trabajan bajo cinco pilares con las universidades, a fin de lograr que la dimensión sea transversal a la labor académica.

Señala que el primer pilar es el institucional, el cual consiste en que la universidad a través de sus instrumentos de gestión incorpore la dimensión ambiental, mediante acciones como la conformación de comités ambientales y la formulación de planes y proyectos para la reducción de algunos bienes de uso masivo como el papel o el plástico.

“Una de las iniciativa del MINAM es el ‘Premio Nacional Ambiental Antonio Brack Egg’, el cual se entrega todos los años a las instituciones públicas ecoeficientes, las cuales reciben este reconocimiento si cumplen una serie de medidas que son evaluadas en base a indicadores como cuánto ahorran en el consumo de papel, el uso eficiente del agua y la energía a través de paneles solares, técnicas de construcción sostenible, entre otros”, asevera.

El segundo pilar es la formación, el cual está vinculado a cerrar brechas de recursos humanos en algunos temas claves como el cambio climático y la remediación ambiental en zonas contaminadas por la minería. Para eso, afirma, es necesario que en las universidades se impulse una transición de la economía lineal que se enseña a una economía circular, la cual consiste en cambiar la gestión de recursos para aprovecharlos al máximo y evitar que se desechen, dándoles así una segunda utilidad.

“El MINAM desarrolla diversos cursos de cambio climático, químicos, residuos sólidos, los cuales pueden ser tomados por las universidades como modelos para ser replicados con sus estudiantes. Como ministerio estamos llanos a brindarles apoyo con nuestros profesionales para el dictado de estos cursos, pues la idea es que lo trabajado no se quede solo en el organismo, sino que vaya hacia afuera”, asevera.

El tercer pilar es la investigación, sobre la cual manifiesta que no sirve de nada si esta se queda archivada en la “literatura gris”. Por el contrario, debe ser un instrumento que permita generar políticas ambientales.

El cuarto pilar es la extensión cultural y la proyección social, el cual consiste en la conformación de voluntarios ambientales (en la USAT son 178 a la fecha), quienes trabajen en proyectos que impacten en las comunidades que rodean el campus universitario.

“¿Qué pasa si planificamos en aulas un sistema de residuos sólidos fantástico, pero cuando intentamos aplicarlo nos damos cuenta que en el entorno las casas son multifamiliares y no pueden albergar los residuos al interior, sino que los colocan en la vía pública? Por eso es sumamente importante conocer la realidad y no quedarnos solamente con lo recibido en clases”, explica.

El quinto pilar son los cambios en la gestión ambiental interna, es decir, que los estudiantes ya no traigan botellas, sino tomatodos; que se instalen islas de reciclaje para la segregación de los residuos sólidos; la disminución de sorbetes, entre otros.

 

APOYO A LA INVESTIGACIÓN ACADÉMICA

Merzthal Yupari afirma que desde el MINAM trabajan bajo tres criterios para la promoción de la investigación del conocimiento. El primero es la gestión del conocimiento ambiental ya generado, pues existen distintos estudios que hasta ahora no han sido difundidos, siquiera a escala local, toda vez que los municipios distritales no articulan con las universidades.

“¿Conoce realmente el Gobierno Regional de Lambayeque y las municipalidades provinciales y distritales las investigaciones que se han hecho en las casas superiores de estudios? Quizá la solución se encuentre en estos estudios y no lo sabemos”, afirma.

El segundo criterio es la generación de nuevo conocimiento, parámetro bajo el cual se enmarca la Agenda de Investigación elaborada por la USAT; mientras que el tercero es la incidencia económica, a fin de que haya fondos que se destinen al financiamiento de los estudios.

Apunta que uno de los retos del ministerio en cuanto a los investigadores es orientarlos para que sus investigaciones no estén solamente elaboradas para ser publicadas en una revista, sino que lleven consigo la recomendación de una política pública que sirva como un instrumento de gestión. Para dicha labor, apunta, hace falta gestores de la investigación.

“Tenemos investigadores, pero necesitamos también gestores de la investigación que sirvan de vínculo entre la academia y las necesidades que tienen los municipios y gobiernos regionales por cubrir”, sostiene.

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