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PARA ATENDER A POBLACIONES VULNERABLES: MINISTERIO DE LA MUJER INSTALA MESA DE TRABAJO FRENTE AL NIÑO

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 931

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  • Viceministro recomienda acondicionar albergues para ubicar poblaciones vulnerables.

 Ante una emergencia los protocolos y sistemas de evacuación y atención a damnificados y afectados se ponen en marcha. Sin embargo, existe un grupo de habitantes que por sí mismo no puede afrontar la magnitud de desastres como el Fenómeno El Niño. Es por esta razón que desde el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables se trabaja para la conformación de mesas regionales de protección que permitan evitar pérdidas mayores.

 

El viceministro de Poblaciones Vulnerables, Fernando Bolaños Galdos, explica que la redistribución del presupuesto de las arcas regionales, admitida por decreto de urgencia, debe atender también a las poblaciones más afectadas: niños, mujeres embarazadas, personas con discapacidad y adultos mayores.

 

“Desde Poblaciones Vulnerables y también la Comisión Nacional de Vivienda – CONAVI, estamos desarrollando actividades para prepararnos. Justamente he llegado a la ciudad para instalar una mesa regional de protección, la cual considera, además de los temas de infraestructura que desarrolla el Ministerio de Agricultura – MINAGRI, un plan especial para proteger a la familia y especialmente a las poblaciones vulnerables”, detalla.

 

“Cuando se piensa en el tema de los albergues y alimentos con los que se debe contar, no siempre se considera a toda la población específica como pueden ser las adolescentes y mujeres embarazadas, que requieren ciertos implementos e insumos que deberían contener estos albergues a donde se direccionan las poblaciones damnificadas”, expone Fernando Bolaños.

 

MESA REGIONAL

Conformar una mesa regional que atienda la protección de las poblaciones vulnerables es una tarea que le compete tanto a entidades públicas como a agentes de la sociedad civil. “Esto es lo que vamos a conversar en la Mesa Regional de Protección, vamos a brindar asistencia técnica al gobierno regional y a las autoridades para que se organicen en los meses que quedan y poder proteger a todas las poblaciones vulnerables de cara al FEN”, declara el viceministro.

 

La mesa está conformada por el Gobierno Regional de Lambayeque (Gerencia de Desarrollo Social), la Defensoría del Pueblo, el Centro de Emergencia Mujer y todas las instituciones que se encuentren estrechamente vinculadas a la protección de las poblaciones. “Asimismo, esperamos que desde la sociedad civil (voluntariados y organizaciones no gubernamentales) se animen a formar parte de esta mesa”, añade Bolaños Galdos.

La idea es que esta mesa concerté reuniones cada quince días hasta finales de noviembre, de manera que para tal fecha nos encontremos en mejores condiciones para afrontar este evento climático.

 

El objetivo de la mesa es trabajar de forma especializada por cada uno de los agentes conformantes del segmento poblacional, desde los niños hasta los adultos mayores. “Si tenemos un grupo de trabajo con los niños, ellos tienen que determinar cuántos niños hay en cada ámbito, quiénes son todas las organizaciones que trabajan por los niños y contar con un plan para que en caso se presente una inundación, saber quién se va a encargar de cuantificar la población afectada en este pliego”, expone el viceministro de Poblaciones Vulnerables.

 

Cada grupo de trabajo, ya se para niños, personas con discapacidad, mujeres embarazadas o adultos mayores, desarrollará un pequeño plan. “Esto se desarrolla con todo el apoyo del Instituto de Defensa Civil – INDECI, pues son ellos quienes lideran el tema del Centro de Emergencia y vamos a coordinar con las autoridades regionales y locales”, menciona Fernando Bolaños.

 

De la misma manera, el Ministerio de la Mujer ha iniciado trabajos en la zona norte del país, que sería la más afectada por el evento climático. “Hemos iniciado con las cinco regiones del norte: Piura, Tumbes, Lambayeque, La Libertad y Cajamarca. Se nos ha anunciado que el programa del FEN va a estar en casi todo el país, trabajaremos en las 14 regiones priorizadas restantes”, comenta el representante del pliego nacional.

 

Fernando Bolaños reconoce el trabajo realizado por otros ministerios en atender la infraestructura nacional para contrarrestar los efectos del FEN; sin embargo, refiere que no hay que sacar de foco a quienes representan la principal prioridad: los pobladores. “Tenemos que ver el tema de proteger a las personas y cómo estas son afectadas de formas diferentes, hay que desarrollar planes que permitan actuar de manera adecuada para cada una de estas poblaciones”, acota.

 

ACTIVIDADES

Bolaños Galdos explica que, desde el ministerio, todas las capacitaciones a realizarse en lo que queda del año incluirán módulos de capacitación para la población. “Todas las capacitaciones que nosotros como ministerio vamos a tener en los siguientes meses van a incluir un módulo para que la gente sepa y se capacite en temas de prevención del FEN para las regiones donde se desarrolla esto”, comunica.

 

Por otro lado, se están desarrollando unas cartillas de utilidad tanto para autoridades como para las familias. “Creo que como en el caso de terremotos (otro factor del cual no estamos exentos), debemos tener un plan que inicie desde el núcleo de la población: la familia. Hay que saber cuáles son las rutas de escape, contar con una mochila equipada con insumos, alimentos, frazadas de abrigo; este tema es trabajado por el INDECI y ya se cuenta con un protocolo en ese sentido”, indica el viceministro de Poblaciones Vulnerables.

 

Para incluir a las personas discapacitadas y adultos mayores hay que considerar algunos aspectos adicionales. “Si la persona tiene baja visión y requiere de lentes, habría que considerarse contar con un par de repuesto; si existe el requerimiento de bastones de apoyo deberían incluirse en las mochilas. Hemos entregado al Gobierno Regional un conjunto de sillas de ruedas, aproximadamente mil, que se han entregado en la región para atender a las personas que las requieran o que durante el evento se encuentren damnificadas y que no puedan valerse por sí mismas para trasladarse”, subraya Fernando Bolaños.

 

Asimismo, la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria – SUNAT, ha realizado donaciones que podrían entregarse en los próximos meses a la región.

 

“Cada familia debe desarrollar su propio plan. Si yo sé que vivo cerca de un río, que la zona es propensa a inundaciones, yo como familia debo contar con un plan y los equipamientos básicos para cualquier eventualidad. Esas cosas no se hacen de la noche a la mañana y requieren de una comunicación y se deben desarrollar esfuerzos para que la gente sepa”, refiere la autoridad nacional.

 

 

PLAN DE CONTINGENCIA

Para el desarrollo del plan de contingencia regional se cuenta con el apoyo de Vilma Dávila, consultora que trabajó en el año 1998 en la zona del río La Leche. “En una emergencia encontramos que existen diferenciaciones en cada uno de los damnificados. No hay que ver las cosas desde el punto de vista pasivo, esperando a que llegue la ayuda, sino debemos ponernos las pilas y preguntarnos ¿qué podemos hacer por nuestra familia y nuestros hijos? Sí, se pueden hacer muchas cosas, hay que tener un rol activo durante la situación de emergencia”, aclara.

 

Desde la capital se recomiendan una serie de actividades a fin de preparar al departamento ante la llegada de El Niño. “Hay que elaborar un plan de actividades y en concreto un plan de contingencia que nos permita comprender cuál es el análisis de riesgo, las zonas más afectadas en la región. Una vez ubicados los escenarios de riesgos hay que establecer cuáles son las instituciones que deben intervenir en cada uno de ellos”, comenta Vilma Dávila.

 

Todas aquellas instituciones que tengan que ver con la preparación, respuesta y rehabilitación tienen que estar implicadas en este asunto.

 

En toda estrategia de un plan de contingencia hay que establecer estas tres fases antes mencionadas. “Estas no son etapas que tengan una fecha de inicio y una fecha de culminación, no es que hoy inicia la fase de preparación y esta acaba el 31 de octubre; es una mirada cíclica que nos permite prepararnos para la respuesta y luego la rehabilitación”, explica la asesora.

 

La idea es que en la respuesta no se generen mayores condiciones de riesgo, el desastre no diferencia a las personas, sino que afecta a toda la población; la diferencia está en la respuesta de la población ante este evento.

 

Los lineamientos para la fase de preparación sugeridos por la asesora Vilma Dávila consideran la conformación de mesas de protección, elaboración de protocolos y rutas de atención. Debemos de establecer un sistema de comunicación, se ha visto por televisión que ante la presencia de sismos se recomienda no utilizar el celular sino mensajes de texto o redes sociales.

 

“Hay que desarrollar el fortalecimiento de capacidades, a veces uno apoya a los demás… ¿Cómo estamos nosotros? ¿Sabemos qué tarea cumplir durante la emergencia? Es importante que la población sea instruida en este aspecto para que sean de ayuda y no entorpezcan el proceso de atención a los damnificados”, expone Vilma Dávila.

 

En razón a la fase de respuesta, más allá de los mecanismos de evacuación que se implementan con INDECI y otros organismos, hay que ver en experiencias de otros países que se pueden replicar en la forma como afrontaron una emergencia.

 

“La conformación de las brigadas blancas, por ejemplo, las personas mayores de 60 años no se quedan observando cómo se atiende a la población, sino que desde sus capacidades contribuyen y apoyan a los voluntarios y brigadas a agilizar las acciones de rescate, facilitando insumos”, comenta la especialista.

 

Posteriormente se debe realizar una evaluación de daños, porque “tras la eventualidad no es fácil distinguir cuántos adultos mayores se vieron afectados o damnificados, lo mismo sucede en el caso de mujeres embarazadas y niños (clasificación por edades)”.

 

Finalmente, la asesora recalca la importancia de los padres de familia en estos momentos de adversidad. “Los niños son como esponjas que absorben todo lo que ven y si ellos se dan cuenta que sus papás lloran o se derrumban ante la catástrofe, se genera una especie de trauma. Ya habrá tiempo para lamentarse las pérdidas, si queremos evitar que el daño sea aún mayor debemos dar el ejemplo a nuestros hijos”, culmina.

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