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JUAN CARLOS ÑAÑAQUE: EL ARTE COMO GRITO DE REVOLUCIÓN

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1140

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  • El creador de los murales del Paseo Yortuque realiza una exposición pictórica en el Museo Tumbas Reales de Sipán.
  • El muralista cumple 25 años de vida artística.

 

“Pintar me mantiene vivo”, afirma Juan Carlos Ñañaque Torres, artista lambayecano que desde hace 25 años pinta todos los días a las 8:00 de la mañana una serie de cuadros en los que expresa su preocupación por rescatar el legado de las culturas precolombinas y levantar la voz frente a las injusticias sociales.

 

“Soy un obrero del arte, las personas que trabajamos como manufactureros, zapateros o ceramistas siempre estamos creando. Al artista, los verdaderos secretos se los da la experiencia del día a día en el taller”, señala.

 

TRADICIÓN MOCHICA

El artista de 47 años afirma que un suceso muy importante en su influjo creativo fue el descubrimiento de la tumba del Señor de Sipán en 1987, pues por aquellos años egresaba del colegio y emprendía un viaje a Piura para estudiar dibujo y pintura profesionalmente.

Cuenta que la simbología e iconografía de las reliquias descubiertas le dieron impulso distinto a su obra, pues se dedicó a revindicar los colores y el mensaje que los artistas ancestrales dejaron.

“En mi obra no se encontrará copiado algún símbolo, pero sí su representación y la reinterpretación que le doy. Mis abuelos fueron de Ciudad Eten, mi apellido es netamente lambayecano y estoy muy agradecido de haber nacido en esta tierra porque me considero un continuador de las técnicas pictóricas de mis ancestros”, sostiene.

Indica que el arte de los mochicas tiene un gran valor, puesto que los dibujos plasmados en las cerámicas muestran una simplicidad singular para comunicar, dado que con dos o tres líneas transmiten claramente un mensaje.

“Creo que como lambayecanos no le damos el lugar a nuestros artistas ancestrales. Así como hubo buenos guerreros y pescadores, también hubo familias enteras en la sociedad Moche que se dedicaron no solo a la cerámica, sino a los murales, tejidos, etc. Debemos rescatar su aporte artístico”, asegura.

 

PREOCUPACIÓN SOCIAL

Ñañaque Torres explica que su obra ha pasado por dos momentos, el primero dedicado al estudio de las culturas precolombinas lambayecanas y un segundo por el que atraviesa ahora que está dedicado a lo social contemporáneo.

“Cuando fui en el 2000 a Buenos Aires tuve la oportunidad de ver las protestas de las Madres de Plaza de Mayo, quienes buscaban recuperar a sus hijos desaparecidos. En el Perú también vivimos una situación similar en los 80 y 90. Tuve luego la oportunidad de viajar a Ayacucho y rescatar otras experiencias que nutrieron mi arte”, menciona.

Al respecto, indica que su muestra pictórica ‘Raíces latinoamericanas’, exposición que se mantendrá hasta mediados de diciembre en el Museo Tumbas Reales de Sipán con motivo de su décimo séptimo aniversario, representa justamente la coyuntura del Perú y los países vecinos en estos meses de protestas.

“Raíces latinoamericanas es una muestra de 25 pinturas en las que retrato la convulsión que vive el continente. Si bien en mi obra no se encontrará a gente gritando ni tirando piedras o quemando instituciones, sí se verá la soledad, la angustia de ese ser humano que está esperando por saber si al llegar a casa encontrará a sus hijos”, anota.

Añade que tuvo la oportunidad de viajar a Colombia - país al que volverá para participar de la Bienal de Suba - y pudo observar el éxodo venezolano, insumo del cual también se nutre su obra.

“No sé si cuando los venezolanos llegan a su destino encuentran el mundo que se imaginaron al salir. La pintura es un elemento de revolución, pero gritar no solo es hacer bulla, hay formas más sutiles de reclamar. Si ya la sociedad está llena de violencia, para qué le vamos a dar más”, cuestiona.

 

PASEO YORTUQUE

Por otro lado, Ñañaque Torres, creador de un mural de 500 metros que acompaña al Paseo Yortuque, señala que es lamentable el estado de conservación en el que se encuentra su obra, toda vez que no se le ha dado el mantenimiento requerido.

Indica que las filtraciones de las casas que colindan con el muro han hecho que la pintura se humedezca y se levante en algunas partes.

“Una de las recomendaciones que hice por escrito al gobierno regional cuando terminé la obra fue que evite que las chorreras caigan en el muro. Hay formas de dirigir el agua de las lluvias.  Propuse también que se construyan veredas para evitar que la humedad llegue al muro. Lo que debe hacerse ahora es una limpieza y curado de la pintura. Felizmente el dibujo queda porque está grabado y la pintura puede recuperarse, pero depende de las autoridades”, asevera.

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