A un mes de concluir el mandato de David Cornejo Chinguel en la Municipalidad Provincial de Chiclayo, el primer regidor, de acuerdo a la nómina del concejo, Guillermo Segura Díaz, hace una evaluación de lo que han sido los últimos cuatro años de gobierno, enfatizando en que se trata de tiempo perdido, pues todos los proyectos que se emprendieron para el ordenamiento de la ciudad quedaron en el olvido.
Faltan 31 días para que la gestión de David Cornejo Chinguel como alcalde de la ciudad culmine. ¿Cuál es balance que usted puede hacer sobre esta, considerando que es el primer regidor, que al principio fue un soporte importante de esta y luego decidió alejarse del entorno del saliente burgomaestre?
En la gestión de gobierno yo no he sido primer regidor. Como se sabe, desde que el alcalde anunció su simpatía y su pase a la organización política de Keiko Fujimori (elecciones presidenciales del 2016) yo marqué una distancia y pasé a ser parte de una bancada que, siendo minoría, ha cumplido con la función que le asigna la ley en materia de fiscalización.
Como consecuencia de esa fiscalización, nosotros además de haber sufrido agresiones verbales y físicas de manera permanente por la gestión de este alcalde y de su mayoría remendada de regidores, hemos cumplido con presentar una serie de denuncias no solo ante los medios de comunicación, sino también ante el Procurador Público Anticorrupción y que luego fueron presentadas al Ministerio Público para su proceso. Asimismo, presentamos otras denuncias de manera directa al Ministerio Público y a la Contraloría General de la República, llegando esta gestión municipal a tener más de 100 denuncias penales.
MUCHAS DE ELLAS ARCHIVADAS…
Sí, porque ese es el estilo de actuar de la mayor cantidad de fiscales del Ministerio Público de Lambayeque. Pero también hay denuncias que han logrado tener dictámenes, en los que se ha identificado los delitos y quiénes serían los autores de los mismos.
Esas acusaciones fiscales están pendientes de audiencias de control de acusación. Sin embargo, increíblemente han pasado meses y esas audiencias no se realizan, ya sea porque la municipalidad cambió de abogados o el fiscal se enfermó o pidió licencia o se fue de vacaciones. Lo cierto es que hay acusaciones de fiscales que hasta ahora no se ventilan en audiencia.
¿Cuál es entonces su balance de la gestión?
En eficiencia y capacidad de gobierno, esta ha sido peor que la gestión de Roberto Torres, definitivamente. En cuanto a los delitos que se hayan podido cometer, lamentablemente el Ministerio Público no ha cumplido su función hasta ahora.
¿Qué es lo que queda pendiente de las tareas que en algún momento pudo impulsar el concejo municipal?
El terrapuerto y la conformación del Comité Especial de Promoción de la Inversión – CEPRI. Se creó una CEPRI y pasó hasta por dos manos, logrando culminar con éxito una propuesta interesante sobre el terminal terrestre y lo que sucedió fue que simplemente, como se dio a conocer a través de los medios de comunicación, este alcalde no llegó a un acuerdo con la empresa que hacía la propuesta y prácticamente todo quedó frustrado.
¿Ese acuerdo se puede poner entre comillas?
Por supuesto, un acuerdo entre comillas porque no se sabe qué es lo tenía que acordar con la empresa. Como no llegó a ese acuerdo finalmente persuadió a que los regidores no votarán a favor de la iniciativa privada del terrapuerto.
Esa conducta también se vio en la iniciativa para la construcción de un depósito municipal de vehículos, que es una demanda permanente de la Policía Nacional del Perú. Cualquier autoridad que tiene dos dedos de frente sabe que parte del caos en el transporte se debe fundamentalmente a la informalidad y a la falta de un depósito para internar a los vehículos infractores. Lo que tenemos es un terreno al que un vehículo entra y al día siguiente es destartalado.
Sobre el depósito se presentó una iniciativa privada y también fue rechazada.
Respecto al ordenamiento del transporte propusimos la creación de las zonas rígidas y los paraderos de paso, la aplicación de un último reempadronamiento de los taxis a efectos de que se inicie la aplicación de restricciones de nuevas unidades para los próximos cinco años y que se avance en el ordenamiento de colectivos y combis. Eso se aprobó, pero no se aplicó por falta de responsabilidad y capacidad por parte de la parte ejecutiva del municipio.
Había la necesidad de contratar no menos de 50 inspectores de tránsito. Es increíble que Chiclayo, para tres turnos, tenga 12 inspectores, lo que indica que o no hubo voluntad o no se llegó a un acuerdo, entre comillas, entre el alcalde y los malos dirigentes del transporte.
¿En la lista ingresa también el Proyecto Chiclayo Limpio? El convenio venció hace dos años y hasta ahora no se avanza ni el 30 % de la construcción de la Planta de Transferencia.
No se pudo hacer nada con Chiclayo Limpio, al extremo que esta gestión prácticamente ha puesto en rojo este proyecto.
Ninguna de las acciones desarrolladas por ese proyecto ha sido exitosa. No hay una sola en la que se pueda decir: “Por lo menos para esto sirvió la cooperación internacional”.
¿Se va sin pena ni gloria el alcalde David Cornejo?
Creo que se va con un cargo de consciencia tremendo y seguramente con un temor muy grande de que en algún momento la limpieza y transparencia empiece a primar en el Ministerio Público y el Poder Judicial y le llegue la hora de rendir cuentas ante la justicia.
¿Cargo de consciencia siendo dos de sus características la vanidad y la falta de humildad, conforme ha quedado demostrado en su tiempo como autoridad de la provincia?
A la larga todas las personas, incluso las que les gusta violentar derechos y no cumplir con la ley, tienen cargo de consciencia porque saben lo que les espera.
¿Son cuatro años perdidos para Chiclayo?
Lamentablemente sí. Yo me he expresado abiertamente que todos los chiclayanos debemos alentar y dar buenas vibras al nuevo concejo municipal que dirigirá el alcalde Marcos Gasco.
Creo sinceramente que ha llegado la hora de poner un alto. Esperemos que los regidores que ingresen estén dispuestos a actuar no en mancha, no en banda, que estén dispuestos a actuar como profesionales, como personas que quieren a la ciudad, como ciudadanos responsables con quienes los eligieron y puedan hacer labores legislativas proponiendo soluciones al problema del transporte, de la basura, del comercio ambulatorio, y que fiscalicen, porque la corrupción no tiene nombre propio, no tiene un color político partidario.
¿Chiclayo ha tenido en esta gestión un concejo municipal con mayoría servil, sumisa, sometida al poder del alcalde?
Hemos tenido un concejo en mayoría cómplice y totalmente incapaz de poder desempeñar las funciones para las cuales los ciudadanos lo eligió. Ha sido una mayoría tan mala que ni siquiera sale bien calificada por los ciudadanos cuando se le compara con la gestión anterior. Eso no debe volver a suceder.
¿Hay un mea culpa también?
Por su puesto, por la responsabilidad que tienen los partidos políticos y en particular Alianza Para el Progreso tiene que hacer un mea culpa. Como dirigentes hemos asumido la responsabilidad, lo que creo que no nos inhabilita para marcar distancia de la gestión municipal.
¿Le pide disculpas a Chiclayo por haber apoyado a David Cornejo?
Lo he pedido en forma reiterada, porque soy consciente que nosotros no sabíamos con quiénes nos estábamos aliando. Felizmente a tiempo marcamos distancia y como Alianza Para el Progreso hemos cumplido con la función de fiscalizar y denunciar a esta gestión municipal que está plagada de actos de poca transparencia, irregulares y contarios a la ley.
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