Conforme avanza el proceso de vacunación, cada vez más personas acuden a los centros comerciales, restaurantes, cines y bares. Poco a poco las personas están volviendo a su rutina anterior a la pandemia, ignorando los riesgos que esto supone para su salud. Según el presidente de la Federación Médica de Lambayeque, Paul Larrea Alvarado, el descuido en las medidas de protección (uso de mascarilla, lavado constante de manos y distanciamiento social) podría ocasionar nuevamente contagios masivos.
“La vacuna nos protege de que el COVID-19 se desarrolle de forma grave en nuestro organismo si es que nos contagiamos, pero no reemplaza a las medidas tradicionales de protección. El virus vino para quedarse un largo tiempo hasta que deje de mutar, tiene una capacidad de mutación bastante alta, mayor a la de los virus tradicionales. En corto tiempo ha hecho un sinnúmero de mutaciones”, menciona.
Indica que hoy el Perú se encuentra en los ojos del mundo, ya que atravesó la segunda ola del COVID-19 con la aparición de la variante Lambda, la cual es muy complicada de tratar y tiene altos índices de letalidad. Hoy -sostiene- algunos expertos aseveran que en el Perú aún no ocurre una tercera ola, ya que se generaron anticuerpos bastante fuertes con la variante Lambda, los cuales le permiten hacer frente a otras mutaciones como la Mu, Delta y Delta Plus.
“Tenemos un silencio epidemiológico de tres meses, durante julio, agosto y septiembre no hemos tenido mayores casos de contagios, pero no podemos cantar victoria aun, porque la posibilidad de mutaciones está latente hasta fin de año”, comenta.
Gestión
Larrea Alvarado destaca que, si bien en las últimas semanas se ha mejorado el proceso de vacunación, Lambayeque sigue todavía rezagado frente a otros departamentos, ya que el Ministerio de Salud tomó la decisión de iniciar la vacunación en las jurisdicciones donde ya había presencia de la variante Delta, cuando esta tarde o temprano iba a alcanzar a todo el país.
“Fue una mala decisión del nivel central, porque tres o cuatro semanas de retraso hicieron que Lambayeque postergue los grupos etarios. Hoy estamos acercándonos al 50 % de vacunados con primeras dosis y al 33 % con segundas dosis. La situación debe mejorar en las próximas semanas y esperemos que ya se puedan atender otras patologías. Hay enfermedades como las anemias, la tuberculosis y las neoplasias que se han agudizado”, manifiesta.
A la fecha, el repositorio del Ministerio de Salud reporta que 658 mil personas en Lambayeque cuentan con la primera dosis y 395 mil con la segunda.
“La idea es duplicar esta cifra, creo que a fines de noviembre podemos lograrlo. Hay grupos etarios que deben incrementarse, tienen que sumarse al proceso las personas de 12 a 17 años. A nivel mundial, algunos países ya están comenzando con la vacunación de tres a 11 años (…) La ciencia está avanzando mucho, creemos que van a ser necesarias dosis de refuerzo en el futuro”, precisa.
Grafica que estas dosis de refuerzo serán prioritarias para el personal de salud, ya que está comprobado que entre el sexto y el octavo mes las defensas generadas con la vacuna disminuyen.
Permanencia
“Este virus nos va a acompañar tal como lo hizo la influenza durante los dos o tres primeros años, en los que se necesitaron dosis de refuerzo masivas. Quiero recordarle a la población que la inmunidad de rebaño que mucho promovíamos al comienzo ya cambió. Ahora con las mutaciones constantes del virus lo que se recomienda es no descuidar los principios básicos del uso de mascarilla, lavado de manos y distanciamiento social. Si nos vacunamos, no corramos a la semana siguiente a una fiesta, a reuniones familiares”, sostiene.
Apunta que el estándar mundial de avance de la vacunación oscila entre el 65 % y 70 %, pero en el caso del Perú habrá un techo sobre el cual el proceso se ralentizará, ya que por la propia geografía hay zonas de difícil acceso. Igual situación ocurre en Lambayeque con los distritos altoandinos.
Añade que se necesita desplegar mayor personal para las zonas de triaje, a fin de que la población no deba formar largas colas para recibir su vacuna, pues la espera es un factor que los desanima en la intención de inmunizarse.
“Así como cuando salimos de casa y nos percatamos que no traemos el celular nos damos media vuelta y regresamos, lo mismo tendremos que hacer con las mascarillas, pues todavía las usaremos por mucho tiempo. Hemos tenido revolución industrial y tecnológica, pero necesitamos también una revolución en salud, no solo en el Perú, sino a nivel mundial. A ningún país le conviene económicamente que haya naciones con brotes del COVID-19, pues por más pequeñas que puedan ser tienen una materia prima necesaria para el comercio”, enfatiza.
Médicos y pandemia
Por otro lado, el presidente de la Federación Médica de Lambayeque indica que a nivel nacional han fallecido hasta el momento 542 galenos a causa del COVID-19, de los cuales 19 corresponden a Lambayeque. Resalta que al inicio de la pandemia solo había 276 camas UCI a nivel nacional, mientras que hoy hay más de dos mil. Sin embargo, se necesitan cinco mil para cubrir la brecha sanitaria.
“Los colegas seguimos dando el pecho, poniendo la cara, enfrentando situaciones que no son adecuadas. La intención del médico es siempre poner lo mejor de sí, brindar una atención de salud acorde con las expectativas de la población”, afirma.
“Esta pandemia nos está trayendo oportunidades, ya que estamos probando vacunas, pautas de tratamiento, que han requerido de investigación y planificación, pero también es necesario que mejoremos los procesos en la parte administrativa, en la planificación, pues estamos expuestos a que pueda venir otra pandemia y necesitaremos mayor cantidad de recurso humano. Esta vez quizá ya no se trate de vías respiratorias, sino de otras patologías”, manifiesta.
“Debemos tener una mirada objetiva para enfrentar no solo una tercera ola, sino una posible nueva pandemia. Necesitaremos infraestructura, mejorar las plantas de oxígeno. Y aún si no hubiera una tercera ola en el corto plazo, esto no significa que debo sentarme a descansar. Por el contrario, esta es una oportunidad, el virus nos está dando una tregua que debemos aprovecharla. No debemos dormirnos en nuestros laureles, sino mejorar la planificación”, advierte.
Política
En tanto, refiere que la demora en el proceso de transición del gobierno de Francisco Sagasti al de Pedro Castillo tuvo como consecuencia el retraso en la firma del contrato de las vacunas, lo cual generó que las nuevas dotaciones de Pfizer y Sinopharm tardaran en llegar.
“A dios gracias en septiembre llegaron las 13 millones de dosis que esperábamos, eso nos ha permitido avanzar con el proceso, pero no debemos olvidar que la incertidumbre política puso en riesgo la aprobación del presupuesto para el sector Salud”, expone.
Cuestiona que el principal ofrecimiento en campaña de los candidatos que postulaban a la presidencia era poner énfasis en acelerar el proceso de vacunación, sin embargo, hoy lo que se observa es enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Legislativo.
“Hoy se habla solo de censuras y votos de confianza. Los políticos deben entender que el virus no se ha ido, simplemente se ha tomado un descanso. El riesgo de que venga otra variante es altísimo. Se postula que en los próximos cinco años vendría otra pandemia semejante a la del COVID-19. No hay tiempo para lamentos, segundas oportunidades, debemos ocuparnos en mejorar el sector Salud con presupuesto y gestores adecuados”, concluye.
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