En los cuatro años de la gestión municipal del alcalde Marcos Gasco Arrobas, poco más de 200 millones de soles no han sido invertidos en obras de mejoramiento y de desarrollo público, que bien hubieran mejorado la calidad de vida de los chiclayanos. Si se hubieran ejecutado, hoy la ciudad tuviera una mejor cara frente a las urbes vecinos como Piura y Trujillo. Así lo reveló el regidor Andrés Puell Varas, quien lamenta no haber podido hacer más como parte de la oposición.
Como un mea culpa por no haber podido actuar -por ser parte de la minoría-, tal y como lo dispone el artículo 10 de la Legislación de Municipalidades – Ley 27972-, el concejal edil señala que la gestión Gasco y su equipo de técnicos, apenas se han dedicado a tapar algunos huecos y darle una “lavada de cara” a algunas vías, las que a los pocos días vuelven a su estado de deterioro original. En el caso de los pueblos jóvenes, la historia sigue siendo la misma, sin pistas, sin veredas, sin servicios básicos adecuados.
Planificación
Para el regidor, la gestión Gasco se ha caracterizado no solamente por no escuchar propuestas y atropellar derechos de los chiclayanos bajo la modalidad de fiscalización, también por no haber tenido planificación y mucho menos experiencia y manejo técnico profesional, a pesar que ha tenido cuatro años para buscar, evaluar y seleccionar buenos profesionales y con ganas de trabajar por Chiclayo, que puedan llevar adelante procesos de selección y calificar de manera transparente las contrataciones y entregas de buena pro.
Señaló que, a pocos días de culminar la gestión, tampoco se deja un documento de planeamiento de acondicionamiento territorial que toda ciudad necesita para desarrollar obras y proyectos. “No hay un plan de desarrollo metropolitano que a las nuevas gestiones les pueda servir”, mencionó.
¿Y los presupuestos de año?
En más de una oportunidad –refirió- se hicieron observaciones de riesgo a los presupuestos de año, los que de no ser utilizados o invertidos en obras para la ciudad corrían el riesgo de ser revertidos, pero las advertencias nunca fueron tomadas en cuenta.
En el 2019 se tuvo un presupuesto de 37 millones de soles; en el 2020 fueron 44 millones; en el 2021 han sido 69 millones y en el año que está culminado la gestión Gasco ha tenido un poco más de 60 millones de soles, los que también corren el riesgo de no ejecutarse en su totalidad y devolverse.
Puell Varas afirma que a lo largo de la gestión del alcalde Marcos Gasco Arrobas y su equipo técnico, ha recibido más de 200 millones de soles, los que no han sido invertidos en las necesidades de la ciudad y de la ciudadanía.
Los fiscalizadores
Menciona también que durante la gestión de Marcos Gasco se han atropellando derechos de los administrados, sin que exista algún tipo de protección o auxilio a los chiclayanos.
Señala que, ante las denuncias de excesos y actuaciones abusivas, en varias oportunidades ha salido al frente para poner y encontrar un freno, presentando observaciones a las medidas adoptadas por la gestión municipal, las que solamente buscaban obtener dinero bajo la modalidad de multas, retenciones y “secuestros” de bienes. Sin embargo, como concejal nunca fue escuchado, llevando a que la autoridad municipal y sus funcionarios actúen de manera abusiva y de espaldas a los ciudadanos.
“El alcalde nunca permitió que a través de propuestas los regidores de minoría lleguemos a un mejor entendimiento con la población. Nuestras propuestas u observaciones, siempre fueron desaprobadas o bloqueadas por todos los lados donde las hacíamos llegar”, sostuvo.
En estos momentos, la municipalidad cuenta con un nuevo reglamento interno del concejo, porque con el que se venía trabajando data de hace 15 años. Sin embargo, pese a estar aprobado, este no es publicado para que surta los efectos legales.
Desnaturalización de contratos
Igualmente, la gestión del alcalde Marcos Gasco se ha caracterizado por la excesiva contratación de personal. Muchos de los contratos se han desnaturalizado, significando que la nueva gestión municipal que asume funciones a partir del primero de enero del año 2023, recibirá una municipalidad con sobrecarga laboral, y con una planilla millonaria que deberá cubrir.
“Existe una ley, aprobada en 1984, que indica que si un trabajador permanece un año trabajando en una misma entidad de manera interrumpida se convierte en necesidad del mercado laboral, y automáticamente pasa a ser un trabajador con contrato indeterminado”, detalló.
Agrega, que sí en las últimas horas de su gestión, al alcalde Marco Gasco y su equipo técnico se les ocurre despedir a los trabajadores estos simplemente acudirán a la vía judicial y por derecho regresarán a sus puestos como personal permanente.
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