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WALTER ALVA ALVA: “Impulsamos la construcción de un museo para el valle Zaña”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1325

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  • Reconocido arqueólogo y actual consejero regional pide la puesta en valor del exconvento de Santa María y del Teatro Dos de Mayo de Chiclayo.

Los reconocidos investigadores Walter Alva Alva e Ignacio Alva Meneses trabajan en la producción del libro titulado “Pomalca: 5000 años de historia”, obra con la que buscan resumir, de manera didáctica e ilustrativa, el patrimonio histórico que existe en el espacio de influencia de la Azucarera Pomalca. Expresión dialogó con el doctor Walter Alva, respetado arqueólogo que alcanzó fama mundial tras el descubrimiento de la tumba del Señor de Sipán, ocurrido en julio de 1987.

¿Cómo nació la idea de producir un libro sobre la historia condensada en el territorio de Pomalca?

Este es un proyecto que ha sido acogido con mucho entusiasmo por la empresa Pomalca, con la idea de una publicación que sirva al gran público. No pretendemos hacer una cosa académica o para especialistas, sino para que la gente que vive en Pomalca, trabajadores, jubilados y la comunidad lambayecana conozca el patrimonio que alberga este territorio.

El área en la que se ubica la azucarera Pomalca ha sido escenario de 5000 años de historia, casi la parte más importante de la margen sur del valle de Lambayeque.

En este espacio se han dado los primeros brotes de civilización con Ventarrón, el desarrollo formativo con influencia de la cultura Cupisnique, luego Chavín, el descubrimiento de la metalurgia y la cultura Mochica. De hecho, el hallazgo arqueológico de Sipán está ubicado en terrenos que pertenecen a la empresa y lo que necesitamos es que las personas que viven en torno a los monumentos sientan orgullo.

Que se afiance la identidad local en torno a la riqueza histórica y patrimonial que hay en la zona…

Así es, que sepan que sus ancestros fueron personas que supieron vencer al desierto y crear un territorio altamente productivo.

¿La decisión de la empresa de apoyar en la producción de este libro se puede asumir como un ejemplo de compromiso con la cultura?

Sí, yo creo que es un ejemplo y debe ser imitado por muchas empresas, porque con proyectos de este tipo es posible sustentar nuestra identidad. Los pueblos que surgen y desarrollan guardan sus raíces, mantienen sus tradiciones y se proyectan al mundo. Eso es lo que debemos lograr en nuestra población.

¿Un pueblo que no conoce su historia está condenado al subdesarrollo?

Es así. Creo que el descubrimiento de Sipán encarna el desarrollo y esplendor de una cultura y ha ayudado mucho a Lambayeque. Tenemos que ser optimistas, las cosas ahora han cambiado y gran parte de la población se siente orgullosa de descender de los mochicas, contrario a lo que pasaba antes, cuando ser nativo o cholo generaba desaliento o se asumía con vergüenza.

Hoy sentimos orgullo, pues sabemos que los blancos que vinieron de España a conquistar nuestras tierras tenían menos cultura que nosotros.

¿Con quién se puede comparar la grandeza que tuvo el Señor de Sipán en su tiempo?

Cuando se produjo el descubrimiento se habló mucho de que era similar al de Tutankamón. Sin embargo, no creo que las comparaciones sean posibles, pues Egipto era un territorio muy grande mientras que Sipán era un pequeño valle. Sin embargo, pese a la corta extensión del territorio que gobernó el Señor de Sipán se demuestra el gran avance que tuvo, comparado con otras civilizaciones del mundo.

Esa grandeza también se evidencia en la existencia, en nuestro tiempo, de muchos de los productos que los antiguos mochicas utilizaban para alimentarse…

Hay una gran variedad de productos que aún están entre nosotros y caracterizan a nuestra comida como el loche y la lúcuma. Recordemos que en ese tiempo no existía contaminación y todo era orgánico, como el maíz, el frejol y el pescado, que eran fuente de proteínas en la época antigua. De todo eso seguimos gozando hoy nosotros.

Siendo director del Museo Arqueológico Brüning y luego del Museo Tumbas Reales de Sipán logró importantes apoyos de la cooperación internacional para la investigación y conservación del patrimonio. ¿Por qué cree que no se ha vuelto a obtener ese apoyo?

Creo que por falta de gestión. Nosotros empezamos Sipán con 500 dólares donados para el inicio de la investigación y terminamos construyendo un museo. El trabajo fue posible por un equipo pequeño, pero muy activo e identificado con el trabajo, entre los que se encontraban Luis Chero Zurita y Susana Meneses Castañeda, que entregó su vida a la investigación.

Nuestro objetivo inicial fue salvar Sipán de la destrucción y del saqueo, luego concretar el trabajo de conservación que se hizo en Alemania y luego la construcción del museo. Nada de esto se hizo con presupuesto del Estado, fue algo generado por nosotros, modelo que bien podría replicarse y servir, pero lamentablemente no se hace.

La labor realizada fue muchas veces incomprendida y varios se oponían, por ejemplo, a las exposiciones internacionales que realizamos cuyo único objetivo era el de generar ingresos para continuar con el proyecto e iniciar la construcción del museo. Después ya vino el apoyo del Estado y hoy es uno de los más importantes del Perú.

Al Museo Tumbas Reales han llegado todos, desde los ciudadanos que ingresan gratuitamente cada primer domingo del mes hasta personajes como el dueño de Google, periodistas, empresarios, políticos e intelectuales.

¿Cuál es su mayor satisfacción como arqueólogo?

El reconocimiento y gratitud de la gente. Es curioso cuando salgo a la calle y la gente me saluda o pide tomarse una foto conmigo y yo lo que pienso es que no se trata de mi persona, sino que están valorando a su cultura y que alguien, simbólicamente, resucitó al Señor de Sipán.

Yo sigo teniendo las dificultades de siempre, soy un jubilado con una pensión de 850 soles mensuales, que lo que reciben todos los jubilados, por eso tengo que seguir trabajando porque sigo gozando de entusiasmo y ganas de aportar a Lambayeque.

¿Ahora que viene el Fenómeno El Niño, está en riesgo el patrimonio arqueológico de Lambayeque?

Estoy alejado de los asuntos del Ministerio de Cultura, pero conozco que hay un presupuesto destinado para la protección de los monumentos y se están haciendo esos trabajos. Hay otros sitios que se han tenido que cubrir, porque al no haber una infraestructura de protección adecuada es la única manera de conservarlos.

Espero que al menos se haga lo prioritario, porque una protección completa sería muy difícil dada la envergadura de nuestra herencia cultural.

En su labor como consejero regional de Lambayeque, ¿qué propuestas ha formulado a favor de la cultura y el patrimonio?

Yo siempre he dicho que puedo aportar sobre lo que conozco. Actualmente presido la Comisión de Turismo, Cultura e Identidad y desde ese espacio estamos tratando de impulsar la conservación de nuestra herencia cultural, siendo una de nuestras preocupaciones conseguir la restauración del exconvento de Santa María, de los padres franciscanos, que está en el corazón de Chiclayo. Es un recinto histórico que está por años abandonado y debería convertirse en un proyecto emblemático para Chiclayo, como espacio cultural y de difusión.

Hace falta decisión política, había un expediente, pero falta interés. De igual modo queremos que se logre la restauración del Teatro Dos de Mayo. No puede ser que Chiclayo no tenga un teatro y no haya un espacio para los artistas. Un teatro nos da la ventaja de educar a la población.

También estamos impulsando la construcción de un museo para el valle Zaña, que es indispensable porque hay hallazgos importantísimos como el Señor de Úcupe y otras tumbas más. Ya hay material para un museo, pero hace falta el apoyo al proyecto. El Gobierno Regional de Lambayeque está haciendo la gestión respecto al terreno, para que sea transferido del Proyecto Especial Jequetepeque – Zaña, para luego elaborar el perfil y el expediente.

Dicho museo debería ser un punto de conexión de la Ruta Moche entre La Libertad y Lambayeque.

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