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EL SIGNIFICADO DE LA NAVIDAD: ¡QUE JESÚS RENAZCA EN NUESTRO CORAZÓN!

Escribe: Semanario Expresion
Edición N° 1332

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La Navidad es una festividad cristiana que celebra el nacimiento de Jesucristo. La palabra "Navidad" proviene del latín "Nativitas", que significa "nacimiento". Aunque la fecha exacta del nacimiento de Jesús no está registrada en la Biblia, el 25 de diciembre ha sido tradicionalmente reconocido como el día para conmemorar este evento en muchas ramas del cristianismo.

Para los cristianos, la Navidad tiene un significado religioso muy importante, ya que representa el cumplimiento de la promesa divina de enviar un Salvador al mundo. La historia central se relata en los Evangelios de Mateo y Lucas en la Biblia, donde se describe el nacimiento de Jesús en Belén, su adoración por los pastores y los Reyes Magos, y el mensaje de esperanza y salvación que trae al mundo.

Sin embargo, la Navidad también tiene significados culturales y sociales que trascienden las creencias religiosas. Para muchas personas, la Navidad es un tiempo de celebración, amor, generosidad y solidaridad. Es una época en la que la gente se reúne con familiares y amigos, intercambia regalos, comparte comidas festivas y participa en diversas tradiciones y costumbres. Además, en muchas culturas, la Navidad está asociada con la alegría, la paz y la bondad.

Es importante señalar que la celebración de la Navidad puede variar en significado y prácticas entre diferentes culturas y religiones. Mientras que para algunos es principalmente un evento religioso, para otros puede ser una celebración más secular centrada en la familia y la amistad.

Significado espiritual

El Papa suele destacar la importancia de la Navidad como un tiempo para reflexionar sobre el significado más profundo de la celebración, recordando la importancia de la humildad y el amor al prójimo. También ha abordado temas contemporáneos y desafíos sociales, llamando a la solidaridad y la compasión hacia los menos afortunados.

“En esta Navidad, como le sucedió a Jesús, una humanidad insaciable de dinero, poder y placer tampoco le hace sitio a los más pequeños, a tantos niños por nacer, a los pobres, a los olvidados. Pienso sobre todo en los niños devorados por las guerras, la pobreza y la injusticia”, reflexionó en su homilía de la Navidad 2022 el papa Francisco.

“¡Cuántas guerras! En tantos lugares, también hoy, se pisotean la dignidad y la libertad. Y las principales víctimas de la voracidad humana son siempre los frágiles, los débiles”, lamentó.

“Dos milenios después del nacimiento de Jesús, después de muchas Navidades festejadas entre adornos y regalos, después de todo el consumismo que ha envuelto el misterio que celebramos, hay un riesgo: sabemos muchas cosas sobre la Navidad, pero nos olvidamos del significado”, comenzó el papa Francisco.

El pontífice se preguntó “¿cómo encontrar de nuevo el sentido de la Navidad? y, sobre todo, ¿dónde buscarlo?” y propuso regresar a las fuentes, al antiguo relato del evangelio sobre el nacimiento de Jesús. El relato “comienza con una situación parecida a la nuestra”, recordó el Papa. “Todos están ocupados, disponiendo la realización de un importante evento, el gran censo, que exigía muchos preparativos. Y en este sentido, el clima de entonces era semejante al que rodea hoy la Navidad”, lamentó.

Para centrar la atención en lo esencial de estas fiestas, propuso contemplar el elemento que se repite varias veces en el relato de la Navidad escrito por san Lucas, el pesebre. “Para encontrar de nuevo el sentido de la Navidad hay que mirar hacia allí, porque es el manifiesto con el que Cristo se presenta, el modo con el que Dios nace en la historia para hacer renacer la historia”, explicó.

Según el Papa, el pesebre simboliza que Jesús “llega para tocarnos el corazón y decirnos que la única fuerza que cambia el curso de la historia es el amor”. “Desde el pesebre te dice: “Si sientes que los acontecimientos te superan, si tu sentido de culpa y tu incapacidad te devoran, si tienes hambre de justicia, yo, Dios, estoy contigo. Sé lo que vives, lo he experimentado en el pesebre. Conozco tus miserias y tu historia. He nacido para decirte que estoy y estaré siempre cerca de ti”, insistió.

Además, el pesebre de Belén “saca a relucir las verdaderas riquezas de la vida: no el dinero y el poder, sino las relaciones y las personas”. “Estamos llamados a ser una Iglesia que adora a Jesús pobre y sirve a Jesús en los pobres”, subrayó Francisco. “Cierto, no es fácil dejar la tibia calidez de la mundanidad para abrazar la belleza agreste de la gruta de Belén, pero recordemos que no es verdaderamente Navidad sin los pobres. Sin ellos se celebra Navidad, pero no la de Jesús. En Navidad, Dios es pobre. ¡Que renazca la caridad!”.

 

El Belén

Francisco habló a continuación del pesebre, que nos recuerda cómo Dios se hizo hombre para estar cerca de cada uno. Gracias al belén, es posible entonces redescubrir la esencia de la Santa Navidad.

En su auténtica pobreza, el belén nos ayuda a redescubrir la verdadera riqueza de la Navidad, y a purificarnos de tantos aspectos que contaminan el paisaje navideño. Sencillo y familiar, el belén recuerda una Navidad diferente de aquella consumista y comercial: es otra cosa; nos recuerda lo bueno que es que apreciemos momentos de silencio y oración en nuestros días, a menudo abrumados por el frenesí. El silencio favorece la contemplación del Niño Jesús, nos ayuda a intimar con Dios, con la frágil sencillez de un pequeño recién nacido, con la mansedumbre de su estar recostado, con el tierno cariño de los pañales que lo envuelven.

El Papa invita a hacerse pequeños para ir verdaderamente al encuentro de Jesús, para descubrirlo allí donde nació. El Emanuel, el Dios con nosotros.

“Si realmente queremos celebrar la Navidad, redescubramos a través del pesebre la sorpresa y el asombro de la pequeñez, la pequeñez de Dios, que se hace pequeño, no nace en el esplendor de las apariencias, sino en la pobreza de un establo. Para encontrarse con Él hay que llegar allí, donde está; hay que rebajarse, hacerse pequeño, dejar toda la vanidad, donde está él. Y la oración es la mejor manera decir gracias ante este regalo de amor gratuito, de decir gracias a Jesús que desea entrar en nuestras casas, que desea entrar en nuestros corazones”, dijo.

 

Datos sobre Navidad

Fecha del árbol de Navidad: La tradición de decorar árboles de Navidad se remonta al siglo XVI en Alemania. La costumbre se popularizó en el siglo XIX y se extendió por todo el mundo.

Estrella en la cima del árbol: La estrella en la cima del árbol de Navidad simboliza la Estrella de Belén que, según la tradición cristiana, guió a los Reyes Magos hacia el lugar de nacimiento de Jesús.

Colores de Navidad: Los colores tradicionales de la Navidad, rojo y verde, tienen significados simbólicos. El rojo simboliza la sangre de Cristo, mientras que el verde representa la esperanza y la vida eterna.

Papá Noel alrededor del mundo: En diferentes culturas, Santa Claus o Papá Noel tiene diversas apariencias y nombres. Por ejemplo, en Holanda, es conocido como Sinterklaas, y en Italia, como Babbo Natale.

Tarjetas de Navidad: La primera tarjeta de Navidad fue creada en 1843 por Sir Henry Cole en Londres. Las tarjetas de Navidad se volvieron populares a finales del siglo XIX.

Día de los Santos Inocentes: En algunos países de habla hispana, el 28 de diciembre se celebra el Día de los Santos Inocentes, una jornada dedicada a hacer bromas y chistes.

Fiesta de la Epifanía: En muchos países, la temporada navideña culmina con la Fiesta de la Epifanía, que se celebra el 6 de enero. Representa la llegada de los Reyes Magos y la presentación de regalos al niño Jesús.

Galletas de jengibre: Las galletas de jengibre son populares en la temporada navideña. Su origen se remonta al siglo XI en Europa, y la tradición se ha extendido a muchas partes del mundo.

Luces de Navidad en la calle: La primera exhibición pública de luces de Navidad se llevó a cabo en Nueva York en 1882, cuando Thomas Edison encendió un árbol de Navidad con bombillas eléctricas.

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