El decano del Colegio Químico Farmacéutico de Lambayeque, Jorge Luis Ríos Ordoñez, informa que en el departamento la orden profesional cuenta con 750 asociados, de los cuales 600 están hábiles para el ejercicio, quienes no pueden cubrir la totalidad de establecimientos dedicados a la comercialización de medicamentos e insumos, por lo que señala la necesidad de que en la región se cree una Facultad de Farmacia. La más cercana funciona en la Universidad Nacional de Trujillo.
“En la orden tenemos muchos colegas que, si bien están registrados, ya no se encuentran en Lambayeque o radican en el exterior. Como colegio velamos permanentemente por el correcto desempeño de nuestros asociados en los diferentes campos de la profesión, que son muy amplios. La mayoría se identifica con la oficina farmacéutica, es decir, la atención en farmacias, boticas y centros de salud públicos y privados. Sin embargo, también estamos presentes en la industria farmacéutica, laboratorios de análisis clínicos y la toxicología forense, tanto en el Instituto Medicina Legal como en la Policía Nacional, a través de la unidad de criminalística”, comenta.
Situación laboral
Menciona que una de las principales limitaciones que enfrentan los químicos farmacéuticos es el aspecto remunerativo, pues muchas veces son condicionados a cumplir funciones administrativas en los establecimientos privados, aun cuando no es su competencia. El sueldo promedio de un químico farmacéutico en la región es de dos mil 800 soles mensuales.
“Una de nuestras obligaciones es la de coordinar y exigir a las autoridades de salud la presencia de un químico farmacéutico en todos los establecimientos u oficinas farmacéuticas existentes. Esto es necesario para evitar el intrusismo y delimitar bien las funciones que deben cumplir, por ejemplo, los técnicos en farmacia. En Lambayeque son más de mil 800 establecimientos y profesionales hábiles para el ejercicio somos 600, lo que representa una brecha bastante alta, lo que obliga a que muchas veces los colegas tengan contratos inferiores a las ocho horas diarias, a fin de poder asistir a dos y hasta tres establecimientos al día”, manifiesta el decano.
Precisa que las condiciones laborales son una permanente preocupación para el colegio, debido a que muchos establecimientos formales no respetan el horario de trabajo del profesional, debiendo realizar horas extras que no son reconocidas en la remuneración.
El marco normativo y estatutario exige la habilidad profesional para el ejercicio tanto en el sector público como privado, por lo que el año pasado se cursaron comunicaciones tanto a la Gerencia Regional de Salud como a la Red Prestacional Lambayeque de EsSalud para que se exija este requisito a sus trabajadores.
“Los colegas que ejercen en la oficina farmacéutica de las farmacias y boticas también debe ser hábiles. Lógicamente el control lo podemos ejercer sobre los establecimientos que son formales, porque en las zonas periféricas hay muchos que no lo son y ahí es imposible tener una intervención como colegio en cuanto a la habilidad profesional”, indica.
Anota que la fiscalización de establecimientos es una responsabilidad de la Dirección de Medicamentos y Drogas, que depende del Ministerio de Salud.
Formación profesional
La brecha profesional obedece a que Lambayeque no cuenta con una Facultad de Farmacia y Bioquímica, como sí existe en La Libertad, específicamente en la Universidad Nacional de Trujillo.
La única Facultad de Farmacia que existía en Lambayeque era la de la Universidad Alas Peruanas, que al no licenciarse no ha podido recibir más ingresantes y, por lo tanto, sólo está a la espera de la última promoción para cerrar sus operaciones, conforme lo ha establecido la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria – SUNEDU.
“Nosotros suscribimos un convenio con la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo – UNPRG, pero entendemos que es muy difícil implementar una facultad como la que requerimos debido a la inversión necesaria, pues no sólo se necesita de la infraestructura adecuada, sino también de laboratorios, instrumental y, sobre todo, de los insumos, pues la carrera demanda de realizar actividades de investigación permanente”, señala Ríos Ordoñez.
Precisamente para fortalecer el desempeño profesional, el colegio cumple con un amplio programa de capacitación y actualización académica.
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