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EN EL 2023: Lambayeque registró siete casos de feminicidio

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1336

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La violencia contra la mujer sigue siendo uno de los principales problemas de la sociedad peruana. De acuerdo al Programa Nacional Aurora, del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, entre enero y diciembre del año pasado se registraron 170 casos de femicidio, siete de los cuales ocurrieron en Lambayeque.

El 2023 fue el año en el que más femicidios se reportaron a nivel nacional desde el 2009. Con 170, el año que pasó superó con 40 casos más a la estadística oficial del 2022. La evolución en años previos fue en torno a los 130 casos: 131 en el 2020; 136 en el 2021 y 130 en el 2022. Otro año de significativo registro fue el 2019, con 166 feminicidios.

De lo registrado en el 2023, el 91.2 % (115 casos), fueron en contra mujeres adultas; el 6.5 % (11 casos), contra niñas y adolescentes, y 4 (2.4 %) contra mujeres adultas mayores. Octubre fue el más trágico, con 21 femicidios reportados por los Centro Emergencia Mujer – CEM.

¿Quiénes fueron los feminicidas? Del total de casos, el 54.1 % fue perpetrado por la pareja de la víctima; el 18.8 % por la expareja; el 4.7 % por un familiar; el 8.2 % por un conocido y el 14.1 % por un desconocido.

Feminicidios en regiones

Lima Metropolitana fue la región con más feminicidios, al registrar 27 en total, lo que representa el 15.9 % de casos a nivel nacional. Se sigue Arequipa con 26 (15.3 %); Junín y Huánuco con 11 casos cada una (5.2 %); Cusco con 10 (5.9 %); Puno y La Libertad con 9 cada una (5.3 %); Lambayeque y Cajamarca con 7 casos (4.1 %), seguidas de Lima Provincia, 6 casos.

Con menor proporción están Ayacucho, Ica, Tacna y Ucayali, con cinco casos cada una; Piura, San Martín y Huancavelica, con 4 casos; Loreto, con 3; Callao, Apurímac, Madre de Dios, Amazonas y Pasco, con 2 casos, y Áncash y Moquegua, con 1 caso cada una.

Tentativa de feminicidio

Estadística aparte es la de tentativa de feminicidio, que sumó 258 casos en el Perú, entre enero y diciembre pasado. De acuerdo a la estadística del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, entre el 2009 y el 2023 se han registrado tres mil 99 casos de tentativa de feminicidio a nivel nacional.

Respecto a ello, Lambayeque, junto a Madre de Dios, reportó 4 casos, cada una. Las regiones con más casos fueron: Lima Metropolitana (80); Ica y Junín (17 cada una); Lima Provincias (14); Cusco y Huánuco (13 cada una); Áncash (12); Arequipa y San Martín (10 cada una), y Piura, 9 casos.

En las tentativas, el principal agresor fue la expareja (47.7 %), en segundo lugar la pareja (38.8 %) y en tercer lugar algún conocido de la víctima (5.8 %). El 94.2 % de víctimas fueron mujeres adultas.

Violencia sexual

Una de las cifras más altas de violencia en el Perú es la referida a la violencia sexual. Sólo entre enero y diciembre del año pasado se contabilizaron 30 mil 837 casos, de los cuales 28 mil 991; es decir, el 94 %, correspondió a mujeres.

Un total de 20 mil 279 de las mujeres víctimas tenían entre 0 y 17 años de edad; ocho mil 537, entre 18 y 59 años, y 175 más de 60 años. Otras características preocupantes es que 837 víctimas tenían alguna discapacidad física, visual, auditiva, psicosocial, intelectual, eran sordociegas o mudas.

Además, se identificaron 868 casos de reincidencia y mil 18 casos de mujeres que fueron agredidas sexualmente estando embarazadas.

El 40.6 % de casos; es decir, 12 mil 524, fueron de violación; mil 683 actos contra el pudor y 438 hostigamiento sexual.

A nivel de regiones, la mayor cantidad se registró en Lima Metropolitana, seguida de Arequipa, La Libertad, Cusco, Lima Provincias, Junín e Ica. Lambayeque se ubica entre las regiones con menor número de casos denunciados y registrados.

Violencia física

Respecto a violencia física, el año pasado los casos fueron 63 mil 726 denunciados ante los Centro Emergencia Mujer – CEM, de los cuales el 54 mil 383 tuvo como víctimas a mujeres.

En 38 mil 58 casos, el agresor mantenía una relación de pareja con la víctima; en 15 mil 425, un vínculo familiar y en 900 casos sin ningún tipo de vínculo. El 24.3 % de las víctimas tenía como mínimo secundaria completa; el 65.5 % no trabajaban y 68.4 % tenían entre 18 y 59 años de edad.

Asimismo, mil 309 víctimas tenían algún tipo de discapacidad; 87 pertenecían a las comunidades LGTBI; mil 548 estaban embarazadas y sólo la mitad de casos, 36 mil 265, fueron derivados por la Policía Nacional.

En este tipo de violencia, nuevamente se considera a Lambayeque como unas de las regiones con menos casos en comparación con Lima Metropolitana (13 mil 495 casos), Arequipa (cinco mil 711), Cusco (cuatro mil 14 casos) y La Libertad (tres mil 431 casos).

En América Latina

La violencia contra la mujer en América Latina es un fenómeno preocupante que persiste a pesar de los esfuerzos por erradicarlo. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región experimenta una tasa alarmante de feminicidios, con un promedio de 9,6 asesinatos por cada 100,000 mujeres en 2019. Estas cifras reflejan la magnitud del problema y la necesidad urgente de abordarlo.

Además de los feminicidios, otras formas de violencia de género afectan a las mujeres en América Latina. Según el informe "Violencia contra las mujeres: Femicidio en América Latina y el Caribe" de la CEPAL, se estima que el 29 % de las mujeres en la región han experimentado violencia física o sexual por parte de su pareja en algún momento de sus vidas. Este dato revela una realidad angustiante que afecta a un gran porcentaje de la población femenina.

La discriminación de género también se manifiesta en el ámbito laboral. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las mujeres en América Latina ganan en promedio un 17 % menos que los hombres, lo que evidencia una brecha salarial persistente. Esta disparidad económica puede contribuir a la vulnerabilidad de las mujeres frente a la violencia, ya que la dependencia económica a menudo dificulta la búsqueda de ayuda y escape.

Los desafíos legales y de acceso a la justicia también contribuyen a la perpetuación de la violencia contra la mujer en la región. A pesar de los avances en la legislación, la implementación efectiva de leyes y políticas dirigidas a prevenir y castigar la violencia de género sigue siendo un desafío. La impunidad y la falta de recursos suficientes destinados a la protección de las mujeres perpetúan un entorno donde los agresores no enfrentan consecuencias significativas por sus acciones.

La violencia contra la mujer también se ve exacerbada por la persistencia de normas culturales y estereotipos de género arraigados en la sociedad latinoamericana. La cosificación y objetivación de las mujeres, junto con la tolerancia a conductas machistas, contribuyen a la normalización de la violencia de género. Romper con estos patrones culturales es esencial para generar un cambio real en la percepción y tratamiento de las mujeres en la región.

La falta de educación y conciencia sobre los derechos de las mujeres también contribuye a la perpetuación de la violencia de género. Según la UNESCO, en algunos países latinoamericanos, las tasas de analfabetismo son más altas entre las mujeres, lo que limita su capacidad para empoderarse y buscar ayuda en situaciones de violencia. La promoción de la educación de las mujeres es clave para romper con este ciclo y fomentar una sociedad más igualitaria.

La pandemia de COVID-19 agravó aún más la situación, con un aumento alarmante de los casos de violencia doméstica. El confinamiento y las tensiones económicas asociadas a la crisis han creado un caldo de cultivo propicio para la violencia de género. Organizaciones como ONU Mujeres advierten sobre la urgencia de abordar este problema y garantizar el acceso de las mujeres a servicios de apoyo y protección durante la pandemia.

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