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LIMBERG CHERO SENMACHE: “Una solución solamente financiera para Tumán no garantizará la sostenibilidad”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1342

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A decir del economista Limberg Chero Senmache, la solución a la crisis de la Empresa Agroindustrial Tumán no pasa únicamente por medidas financieras, que permitan hacer productivos nuevamente los campos y la fábrica. La sostenibilidad – afirma – se logrará cuando los actores estén debidamente legitimados y puedan emprender un proceso de entendimiento con los trabajadores y jubilados. 

Chero Senmache, panelista en el fórum organizado por CONREDE Lambayeque, explica que la economía está en el seno de las humanidades y las ciencias exacta, y esa dualidad es la que le permite tener una doble mirada, que cuando se aplica en el ámbito de lo privado y lo público da paso a las finanzas, pero también a la reflexión técnica.

En ese sentido, considera que para abordar el problema de Tumán, es importante tener esa doble mirada, porque al igual que muchos otros problemas que tiene el Perú y específicamente algunos que tiene Chiclayo, lo que pasa en la azucarera toca las fibras más sensibles de la sociedad.

Cambio a medias

“Aquí se ha producido un cambio de sistema económico que en realidad ha sido sólo un cambio de mirada a la hora de la aplicación, pasando de un sistema proteccionista a uno más libre, donde el mercado podía entrar a sectores que antes estaban protegidos por el Estado. Tumán ha sido parte de esa reforma, entre comillas”, afirma.

Indica que ello ha generado un buen número de controversias alrededor del tema. Algunas de ellas ideológicas, cuya discusión es vana en un análisis académico, porque las posiciones ideológicas son pasionales, “y en lo pasional nunca nadie va a tener la razón”.

“Las ideologías han generado guerras, han dividido naciones y han fracturado familias a lo largo de los cinco mil años de historia de la humanidad”, señala.

Por otro lado, menciona que está el análisis desde el punto de vista financiero. Limberg Chero indica que son más de siete mil hectáreas las que tiene Tumán, quitando las eriazas y las que están invadidas.

“Esas tierras son rentables, pero no porque se trate de una empresa en específico, sino porque en un escenario óptimo, en el que el egoísmo no sea el principal motor, habría más recursos para que, por ejemplo, las municipalidades y el gobierno regional hagan obras, sobre todo en la zona azucarera. Las excooperativas albergan a más del 30 % de la población de la provincia”, remarca.

Añade que otro aspecto es el que escapa a lo financiero, pero que es mucho más importante, es el que tiene que ver con lo racional, con un nivel moral superior. En este no entra lo político, ideológico ni pasional.

“Todo lo que se ha hecho en Tumán es una suma de errores, errores en varios sentidos. Ha habido errores desde la configuración que se quiso hacer con buena intención de un modelo económico que le dé sostenibilidad a un producto que tiene demanda internacional, como es el azúcar”, afirma.

Reconocer el problema

Chero Senmache menciona que lo primero que debe hacerse es reconocer que existe el problema y luego identificar las causas.

“Considero que aquí existen causas de diferentes tipos, pero todas están asociadas a temas éticos. La primera es la forma en la que se pasó de la cooperativa a la sociedad anónima, en un proceso casi arbitrario en el que se reconoció a unos y se desconoció a otros. Otro tema es la falta de entrenamientos y preparación que ha habido para establecer lineamiento y gobernanzas que permitan que la empresa sea viable, enfrascándose todos en luchas personales e interesadas que impiden ver la raíz del problema. El negocio azucarero es sostenible, pero hoy en día en el caso de Tumán tiene tal nivel de deuda que la solución será inmediata”, acota.

El economista considera necesario un análisis del problema sesudo, consciente, real y desataviado de intereses, reconociéndolo como tal. “Problemas hay con los trabajadores, con los jubilados, con los sembradores, y por otro lado un problema de tipo público, porque se tiene un bien que debería usarse para generar recursos que permitan luchar contra la pobreza, la anemia, la falta de salud de y educación de calidad, el acceso al saneamiento básico, entre otros”, señala.

“Las cooperativas que yo alcancé a ver en mi niñez tenían un sistema que las hacía viable. De eso no existe nada, todo está desmantelado, no se puede siquiera procesar la caña. La sostenibilidad financiera sólo se sostiene en autoridad moral y eso, en términos concretos, se traduce en legitimidad. Esa legitimidad es la que está en juego. No se puede pensar en una solución solamente financiera, porque eso no será sostenible”, enfatiza.

Limberg Chero es graduado de Economía y Finanzas. Adscrito al Basel Institute on Governance de la Universidad de Basilea (Suiza). Ha sido profesor en varios países en temas relacionados a economía y gestión pública. En el Perú ha sido profesor de la Universidad ESAN, de la Escuela Nacional de Administración Pública de SERVIR, de la Escuela Nacional de Control de la Contraloría y de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha sido consultor en el Banco Interamericano de Desarrollo, la Secretaría General de la Comunidad Andina, el Banco Central, OSIPTEL,  el Ministerio de Economía y Finanzas del Perú, y en las Naciones Unidas. Es coordinador interinstitucional del Programa GFP Subnacional de la Cooperación Suiza.

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