El Plan de Desarrollo Urbano – PDU de Chiclayo data de 1992, está vigente, pero ya es obsoleto. Hevert García Ramírez, decano del Colegio de Arquitectos de Lambayeque, comenta que son numerosas las veces en la que se ha pedido a la municipalidad provincial la aprobación del plan actualizado. Sin embargo, señala que falta interés por parte de la actual gestión y “del equipo humano incapacitado que la conforma”.
Chiclayo se rige bajo el mismo Plan de Desarrollo Urbano por más de 20 años, teniendo como consecuencia un crecimiento acelerado y desordenado de la ciudad. En el año 2010, dicho documento fue reevaluado y actualizado, arrojando la tendencia de crecimiento vertical de la zona urbana en vez de una expansión horizontal.
No obstante, pese a que fue aprobado por el Ministerio de Vivienda en el año 2011, debido a la desidia de la autoridad municipal anterior, Roberto Torres Gonzales, este no fue aprobado por el municipio. “A ellos les gustaba que la ciudad siguiera desordenada, tener un manejo de todas las licencias de edificación para poderlas negociar bajo la mesa”, indica el decano.
A partir del 2015, al asumir funciones el alcalde David Cornejo Chinguel, entró en debate municipal la necesidad del plan de desarrollo. Empero, la aprobación de este se ha visto postergada en razón que la comuna suscribió el año pasado un nuevo convenio con el Ministerio de Vivienda para la elaboración de un Plan de Desarrollo Metropolitano, de ahí que el Colegio de Arquitectos solicita la aprobación temporal del PDU.
“Mientras se concluya el estudio y se apruebe, habrá pasado un año más, y mientras tanto la municipalidad seguirá trabajando bajo parámetros, áreas de expansión y planes de ubicación que datan de 1992. El Colegio de Arquitectos recomienda aprobar estos planes urbanos temporalmente, hasta que el Ministerio de Vivienda entregue el Plan de Desarrollo Metropolitano”, expone con inquietud el representante de la orden profesional.
Hevert García declara que para la elaboración PDU que se mantiene encarpetado desde el 2010 se necesitaron dos años de trabajo. “Para realizarlo intervinieron recursos de la municipalidad, de los colegios de arquitectos e ingenieros, de la universidades y algunas ONG que apoyaron la iniciativa para hacer realidad el plan. Al ingresar el alcalde Cornejo este pidió cien días de tiempo para reestructuraciones y hemos estado calmados durante ese período, pero ahora vemos que no ha hecho nada aún”, arguye.
Luego de varias reuniones, los avances para la implementación del PDU siguen sin éxito. “Hemos tenido reuniones en la municipalidad, en el Colegio de Arquitectos y con el gerente de Urbanismo. Hemos hecho una exposición en la municipalidad con los regidores y se quedó en que se iba a agendar para esa aprobación temporal, pero aún no hay nada concreto”, indica.
García Ramírez considera que la consecuencia al postergar la aplicación de las herramientas técnicas es la emisión de licencias de construcción para obras que no cumplen con los parámetros urbanísticos, como es el caso del hotel ubicado en la cuadra cuatro de la calle Manuel María Izaga, cuyos propietarios realizaron construcciones en un área no autorizada en el terreno contiguo que da a la calle Torres Paz.
“Hemos pedido la información a la municipalidad respecto a las licencias del hotel. Hemos pedido numerosos documentos y hasta el momento no han tenido respuesta. Así, hemos detectando, por lo menos en el centro de Chiclayo, que en la actual gestión se dan licencias de edificación con parámetros no adecuados, lo cual llega a ser sospechoso”, apunta.
Es por ello que el decano del Colegio de Arquitectos asegura que el continuo manejo irregular de las licencias se da debido a la ausencia de los parámetros publicados en la web de la comuna, dejando la impresión de caer en las mismas faltas de la anterior gestión.
Por otro lado, los avances del Plan de Desarrollo Urbano Metropolitano se encuentran paralizados hasta la fecha. “Ellos han venido trabajando en las instalaciones del Colegio de Arquitectos, las que hemos brindado gratuitamente para ayudar y que tengan todas las comodidades, pero por razones desconocidas se ha detenido el proceso” expone.
“Si sigue paralizado la ciudad continuará a la deriva. Hasta que se evalúe, elabore y apruebe el proyecto, por lo menos deberían poner en vigencia los parámetros del plan del 2010 que fueron elaborados por un equipo altamente técnico. Lo que solicitamos con urgencia es la vigencia de este plan para marcar el crecimiento vertical de la ciudad, los anillos viales, las expansiones y edificaciones que necesita Chiclayo. Asimismo, darle seguridad y confianza al inversionista, para que pueda ver a través de la web toda la información transparente necesaria, en vez de tener la información guardada en las gavetas de los funcionarios”, resalta con preocupación.
PROBLEMAS A SOLUCIONAR
La ciudad ha ido acumulando problemas debido a la falta de organización y manejo, siendo la falta de los anillos viales uno de los problemas resaltantes. “Hay tres anillos concéntricos dentro de la ciudad de Chiclayo. Uno de ellos está a la altura del Colegio San Agustín, donde se han dado licencias de construcciones urbanas. Poco a poco han ido jalando y jalando hacia el oeste con la finalidad de dar licencias sin respetar el trazo de un anillo vial de aproximadamente 50 metros de ancho”, recalca, añadiendo que existe “manoseo y manipulación” de los planes urbanos.
“Si la municipalidad en ese momento lo hubiera aprobado, esos trazos serían ahora respetados. Como no hay aprobación, ellos negociaron las licencias y jalaron el anillo hacia el oeste, hasta llegar a Pimentel”, menciona.
Hevert García acota que de haberse implementado el PDU existente se hubiera identificado una serie de proyectos de corto, mediano y largo plazo que modernicen la ciudad. Asimismo, manifiesta que de acuerdo a estos perfiles se podría buscar inversión, pública, privada o una alianza.
Otro aspecto que se hubiera mejorado es el del comercio respecto a la distribución de las despensas de los diferentes mercados y su reubicación, asimismo, la implementación de un nuevo camal municipal y terminales de transporte apropiados.
A pesar de tener el Parque Infantil como área recreativa, a la ciudad le faltan áreas verdes de gran magnitud. “Lamentablemente Chiclayo tiene menos del 2% de áreas verdes por habitante, cuando la Organización Mundial de la Salud dice que debe de tener nueve metros cuadrados por cada uno. Las áreas verdes son los pulmones de la ciudad. Deberíamos poseer parques metropolitanos de gran extensión que se deben dejar sin que estas sean modificadas por ningún tipo de entidad”, señala.
De igual manera, el decano indica que urge el tratamiento especial del centro histórico de Chiclayo, donde el sistema de cableado deje de instalarse sobre los postes y se convierta en subterráneo. Agrega la presentación de un formato respecto a la publicidad donde se reglamente que todos los paneles publicitarios en lugar de ubicarse perpendicularmente, ocasionando impacto visual negativo a los conductores, se posicione de forma paralela en las calles o edificios.
“Este plan de desarrollo urbano da los lineamientos generales y a partir de ello nacen proyectos específicos que se deben ir desarrollando. Por ende, la Municipalidad Provincial de Chiclayo debe equiparse de una oficina técnica que tenga autoridad y que no sea politizada, porque si se da así cada alcalde pondrá a sus funcionarios y al final los proyectos seguirán inconclusos. Nosotros buscamos que la autoridad municipal dé continuidad a los planes que están trazados para el mediano y largo plazo”, recalca.
EL EFECTO DE LA CORRUPCIÓN
Durante el período municipal de Roberto Torres se vivió en Chiclayo el boom de la construcción impulsada por el sector privado. “Antes un plan urbanístico era vendido entre de 500 y mil 500 soles. En el tiempo de Roberto Torres llegaron a cobrar hasta 10 mil dólares. Se hizo todo un negocio de la expedición de certificados”, recuerda.
El mismo negociado ilícito se montó con las licencias para la publicidad externa. “Esos paneles muchas veces no tienen licencia y no están de acuerdo con los requisitos de los parámetros urbanísticos”, menciona el decano.
Asimismo, refiere que en áreas urbanas no han sido respetados los trazos de vías.
“Nosotros, como Colegio de Arquitectos, le hemos aconsejado al alcalde David Cornejo la aprobación del plan y tal parece que recién se está dando cuenta y ve qué es lo que ha pasado en su primer año de gestión. Hemos acordado tener una reunión más cercana para que él pueda tomar cartas en el asunto. Nosotros queremos ayudar a Chiclayo”, reitera.
García Ramírez precisa varios inversionistas se han ido de Chiclayo porque durante la gestión anterior les subían más las tarifas y no podían negociar sus utilidades como empresas. “Han tenido que irse a otras ciudades como Piura y Trujillo para hacer sus inversiones. Entonces, nos hemos quedado rezagados en el crecimiento económico”, afirma.
Menciona que fue así como se perdió la inversión para un segundo Real Plaza, que iba a ubicarse frente del Hospital Regional. “Ahí le cobraban un millón y medio de soles para darles la licencia y pusieron un montón de parámetros en la anterior gestión, ahuyentando al inversionista. Los inversionistas no realizaron ningún trabajo porque no había la seguridad para que sea una inversión clara. Algunos no caen en ese juego”, puntualiza.
Por ende, el decano Hevert García propone recuperar a los inversionistas a través de muestras de transparencia y objetividad, basándose en la seguridad legal, jurídica y técnica desde la municipalidad.
“Para eso debe transparentarse todo el proceso de los Planes de Desarrollo Urbano y que sean aprobados públicamente. Todo el mundo debe tener acceso a esto, siendo información de alcance y no privilegiada. De esta manera, el inversionista puede analizar, ver las zonas, plantear sus proyectos con toda la seguridad y libertad del caso. Es trabajo de la municipalidad dar muestras de apertura y transparencia”, comenta.
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