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TRAS EL IMPACTO DEL CICLÓN YAKU: EPSEL apunta a la reparación de 15 kilómetros de tuberías colapsadas

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1304

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  • Gerente general de la empresa señala que esta deja de facturar el 43 % del agua que produce.
  • Cartera de morosidad supera los 17 mil usuarios y bordea los 50 millones de soles.

El 17 de marzo pasado, Jorge Aspíllaga Valderrama retornó a la gerencia general de EPSEL. Eran momento de situación crítica por los efectos del ciclón Yaku. Según refiere, la primera decisión tomada en el cargo fue la de desplegar los esfuerzos de la entidad para mitigar el impacto generado por las lluvias e inundaciones en el sistema de agua y alcantarillado.

“El impacto alcanzó al sistema de agua y alcantarillado de EPSEL, que al ser una entidad prestadora de servicios tiene entre sus funciones garantizar la continuidad y calidad del suministro de agua potable, así como el tratamiento y disposición final de las aguas residuales. Sin embargo, la afectación fue a todo el sistema y la saturación por las aguas de lluvias generó consecuencias mucho mayores, sobre todo porque la población, en su desesperación, abrió los buzones para que evacúen las aguas, creyendo que el alcantarillado tiene esa función, cuando no es así. Ante el colapso de general, cargaron la responsabilidad a la empresa”, señala el gerente general.

Aspíllaga Valderrama añade que el lavado urbano producido por las lluvias llenó las redes de desagüe de lodo, sedimentos y basura, lo que originó la crisis absoluta de las redes, principalmente en Chiclayo, José Leonardo Ortiz y La Victoria.

“Se originaron colapsos y la rotura de las tuberías, que en algunos casos tienen más de 50 años y son completamente obsoletas. Al no discurrir normalmente, las aguas de lluvias se mezclaron con las aguas residuales, ocasionándose un problema de salud pública. Ante ello, la empresa tomó acciones inmediatas como la compra de equipamiento, sumergibles y contratación de mano de obra. La ciudadanía debe saber que dos emisores colapsaron de manera simultánea, generando que las aguas afloren en distintas zonas, sobre todo en sectores bajos como Miraflores, Bancarios, Los Mochicas y otros más”, anota.

Similar situación se presentó en Íllimo, donde la situación se hizo más compleja por el desborde del río La Leche. Dicho distrito – explica – no tiene un proyecto integral de saneamiento básico. El problema también fue recurrente en Túcume.

Acciones de respuesta

“Hemos procedido a realizar labores de limpieza de la red, concretamente con la contratación de máquinas de balde, pues las propias se encuentran en arbitraje, proceso que encontramos al inicio de la gestión. Con las máquinas alquiladas se está haciendo la limpieza del emisor en José Leonardo Ortiz en casi cinco kilómetros; tres kilómetros en el emisor de Chiclayo y otros cinco kilómetros en La Victoria”, comenta.

La empresa ha puesto en operatividad 11 hidrojet, maquinaria que no tenía en funcionamiento al momento de la emergencia, los mismos que se encuentran trabajando en diferentes puntos de la región realizando trabajos preventivos.

Jorge Aspíllaga refiere que aproximadamente hace 15 años no se realizan trabajos de limpieza y mantenimiento de los emisores Norte, Norte Norte y Sur.

El gerente reconoce que en algún momento se perdió la esencia operacional de EPSEL, dejando de lado la prioridad de atención a los sistemas que administra, alejándose de sus obligaciones como entidad prestadora de servicios, que son: operación, mantenimiento y administración.

“Parte de ese descuido se ha debido a las trabas y barreras burocráticas, hemos llegado a situaciones en las que ha sido más fácil comprar un escritorio que una válvula, o comprar una impresora que reparar una instalación aunque el agua se esté perdiendo. A estaciones que tenían tres bombas se le fueron quitando partes para hacer operativas otras, en cierto modo canibalizando el sistema, lo mismo que los hidrojets. También se dejó de lado la educación sanitaria, para enseñar a la población a cuidar el sistema de redes, se descuidó el mantenimiento preventivo y correctivo, y otros problemas más”, relata.

Tres ejes

Ante lo descrito, Aspíllaga Valderrama sostiene que su gestión se está enfocando en tres aspectos: la mejora permanente y continua de la prestación del servicio de agua potable y alcantarillado como esencia de la gestión; la sostenibilidad empresarial, pues EPSEL es una entidad autosostenible, por lo que es urgente recuperar el 43 % de agua no facturada lo que la afecta económicamente, y mejorar el clima laboral.

“Para tener una mejor gestión comercial y lograr el pago de las tarifas, tenemos que mejorar la prestación de servicio que ofrecemos a la ciudadanía. Por otro lado, es necesario mirar la situación de los trabajadores. Desde 1998 los sueldos de los trabajadores están congelados. Un ingeniero o un abogado que quisiera trabajar en EPSEL ganará 2720 soles. Con ese sueldo, nadie quiere venir. En un municipio, por más pequeño que este sea, los sueldos están por encima de los cinco mil soles”, menciona.

“Soy sindicalista y, por lo tanto, sé qué se siente estar en la vereda del frente y en el sillón de la gerencia, por eso creo que es necesario humanizar la gestión. Uno de los requisitos para ello es tener un personal motivado, capacitado, al que se le reconozcan sus beneficios laborales, sus remuneraciones, que se tengan muy en cuenta lo que es salud y seguridad en el trabajo, hemos implementado el área de bienestar con un psicólogo y otros aspectos que mejoran el clima interno”, añade.

Sectorización de usuarios

Indica que la empresa avanza en el proceso de sectorización, pues – anota – la empresa “produce bien” (el agua potable), pero “distribuye mal”.

“Esto pasa porque no hay una división por sectores de acuerdo a la circunscripción territorial, número de usuarios y demanda del servicio. Con la sectorización será posible saber con certeza qué caudal de agua potable se suministra a determinada zona, cuánto debe facturarse y qué aspectos deben mejorarse. Hace 15 años propusimos que se haga y ahora que hay tiempo y tenemos la confianza debida, creo que será posible hacerlo. Tenemos pendiente un gran proceso de saneamiento físico legal sobre predios con inversiones de más de 200 millones de soles que no están debidamente inscritos ante Registros Públicos. Todos estos activos deben cuidarse”, precisa.

El índice de morosidad se ha incrementado en los últimos meses, llegando aproximadamente a 50 millones de soles, monto distribuido entre 17 mil usuarios de los servicios de EPSEL que no cumplen con el pago de las tarifas.

El clandestinaje y la mejora de la micromedición son otros de los aspectos en los que – comenta – es urgente trabajar, como también el robo de medidores, tapas de buzones o el uso de las redes de alcantarillados como relleno sanitario.

“Esos son delitos contra la salud pública y la propiedad pública, que deben ser sancionados con toda la severidad del caso. Necesitamos que los actores políticos se involucren en buscar soluciones a estos problemas porque nosotros como empresa solos no lo vamos a lograr”, reconoce.

Proyecto de emisores

Aspíllaga Valderrama indica que otra preocupación es la paralización del proyecto de los emisores de Chiclayo desde noviembre del 2016. Los trabajas avanzaron al 60 % y se detuvieron por la aparición de 53 supuestos propietarios quienes reclamaron derechos sobre las servidumbres consideradas para la ejecución de la obra.

“Se ha trabajado en un nuevo trazo, consensuado con las autoridades locales, por lo que agradezco a la alcaldesa de Chiclayo, Janet Cubas; al alcalde de La Victoria, Edwin Vásquez, y al alcalde de Pimentel, Enrique Navarro. Con el nuevo trazo se espera reducir de 53 controversias por servidumbres a solo tres, lo cual es mucho más manejable”, expone, precisando que el nuevo expediente deberá ejecutarse el próximo año.

De cara al anunciado Fenómeno El Niño Costero y Fenómeno El Niño Global, la gerencia general de EPSEL ha dispuesto trabajar con énfasis en la sensibilización de los usuarios para el cuidado de las redes de agua y alcantarillado. Para ello se están destinando, inicialmente, 40 mil soles.

“Con los hidrojets estamos atendiendo a las 26 localidades que administra EPSEL, en su reparación hemos invertido más de medio millón de soles; en la limpieza de los emisores son 13 kilómetros intervenidos y estamos próximos a concursar expedientes por 44 millones de soles, los que se destinarán para la reparación de los 15 kilómetros de tubería asentada que actualmente hay en Chiclayo. Rogamos a Dios que el tiempo nos dé”, menciona.

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