El último lunes, las viviendas de la urbanización Los Pinos de la Plata, en Chiclayo, se anegaron producto del desborde del canal Yortuque. De inmediato, los reflectores se pusieron en la Comisión de Usuarios de Chiclayo, encargada de realizar el mantenimiento de los canales para el correcto flujo del agua de uso agrícola. Un trabajo conjunto entre la municipalidad y los hombres de campo permitió liberar el atoro y que las familias vuelvan a la calma. Sin embargo, lo que se extrajo del canal no fue solo grava, arena y follaje, sino madera, colchones, muebles y diferentes sólidos.
Al respecto, el vicepresidente de la Comisión de Usuarios de Chiclayo, Félix Falen Sampén, advierte que estos canales seguirán colapsando si es que las municipalidades locales no apoyan con el recojo de la basura y concientizan a los vecinos sobre el correcto uso de los canales, que a la fecha se encuentran atiborrados de basura.
“Necesitamos llegar a un acuerdo con los vecinos, pero -sobre todo- con las municipalidades, que son las que deben apoyarnos. Hacer la limpieza de los canales es costoso. Hemos hecho un recorrido por Pulen, Yortuque y Cois y están pésimos, colmatados, llenos de puros descartables, de muebles, de desperdicios de animales. Exhortamos a las municipalidades a que nos apoyen con el recojo de la basura y también con los permisos de las edificaciones, porque todo el desmonte de las construcciones lo arrojan también al canal”, refiere Falen Sampén.
Canal Yortuque
El gerente de la Comisión de Usuarios, Christian Aguirre Rojas, indica que el día del desborde el canal Yortuque tenía un aporte de agua de 300 litros por segundo (200 litros de un riego programado y 100 más correspondiente al aporte de Chéscope), caudal muy por debajo de la capacidad total del canal que es de 1500 litros por segundo.
“Cuando me avisaron del desborde me comuniqué con el comité del canal para que me informen de la situación, porque en el punto de colmatación, a unos 200 a 300 metros, culmina el canal e inician otros dos que tienen sus compuertas: Juan Odoy y Escute. Lo primero que pensé es que esas compuertas se habían cerrado. Como ese sector es muy peligroso, hay gente de mal vivir, dije seguramente se robaron las cadenas y las puertas se cerraron, ocasionando el represamiento, pero los agricultores fueron a ver y no, estaban libres”, cuenta.
Fue así que los agricultores caminaron aguas arriba, a la zona del atoro, y lo que encontraron fue un tablón de más de dos metros que estaban cruzado y detrás de este un colchón y un sillón. Esa era la real causa del atoro, sumado a tecnopor, ramas y arbustos.
“Los agricultores que estaban de turno en el riego han llegado aproximadamente una hora y media después de la alerta del desborde y, así como estaban, sin botas, se han metido al canal para hacer la limpieza. No era solo una palizada, era un atoro por sólidos ajenos a la naturaleza del canal”, explica.
Mantenimiento
Christian Aguirre afirma que el mantenimiento a los canales que hay en la jurisdicción de Chiclayo se realiza todos los años, aunque reconoce que este no es suficiente, debido al alto costo que supone (un millón 200 mil soles, aproximadamente). Apunta que este mantenimiento se hace antes de iniciar la campaña mayor de arroz y se programa desde septiembre.
“Luego de que se aprueba en el consejo directivo lo sometemos a la asamblea, que es la máxima autoridad en una Comisión de Usuarios. El costo de mantenimiento se asume de la recaudación de la tarifa de agua, que se usa para el alquiler de maquinaria con la que no contamos, pero el resto lo paga el usuario. Y es complicado porque a los usuarios hay que explicarles cuánto se gastará en el mantenimiento del canal y luego dividirlo entre la cantidad de hectáreas. En Yortuque, por ejemplo, hay un promedio de 350 hectáreas. Este año cada usuario va aportar tres jornales y medio, es decir, 175 soles”, precisa, los cuales son aparte de elementos como carretillas, herramientas para el recojo y Equipos de Protección Personal.
Sin embargo, refiere que para un canal de la magnitud de Yortuque -y con los sólidos que arroja la población-. se necesita no solo un mantenimiento antes de iniciar la campaña mayor, sino también un calaboceo (corte de follaje) en febrero o marzo y luego dos mantenimientos más durante la campaña chica. Sin embargo, eso es complicado, pues el mantenimiento está condicionado al caudal que carga el canal y la capacidad de hectáreas a irrigar.
“Por ejemplo, en campaña chica no se siembran más de 50 o 60 hectáreas de pastos, una que otra verdura, camotes. Imagínense el costo que recaería en cada usuario para hacer un mantenimiento. Se tiene que ver el equilibrio”, señala.
Refiere que tampoco se puede prevenir con certeza la ocurrencia del desborde un canal, puesto que para ello se requiere de un personal constante las 24 horas, pero el caudal que se tiene no arroja los ingresos suficientes para su contratación. Precisa que solo en la campaña grande de arroz se contratan a vigilantes que están durante todo el día haciendo seguimiento al flujo del agua.
“Ahora hay un personal por turno, que va en la mañana y verifica. Es una debilidad que tenemos, pero es netamente por la falta de presupuesto”, explica.
Municipalidades
Aún así, el gerente de la Comisión de Usuarios de Chiclayo indica que ya se iniciaron los trabajos de mantenimiento en los canales Pulen Cerro y Pulen Arenal (de tercer orden), este miércoles arrancó la limpieza en el canal Cois y el lunes 4 de noviembre se iniciará con Yortuque.
Agrega también que, si bien la Comisión de Usuarios está obligada a realizar la limpieza del canal, tampoco cuenta con las condiciones de campo para realizarlo. Esto debido a la instalación de flores a lo largo del recorrido de los canales.
“Felicitamos a la municipalidad por sembrar plantas, poner arbustos, flores, eso desde el punto de vista paisajístico del ornato se ve muy bien, pero ¿dónde vamos a depositar los residuos que sacaremos de los canales? Hablamos de ese barro negro, de la arena de río. Desde ahora les comunicamos que deben ver la forma de darnos las condiciones de acceso para ingresar a limpiar. No queremos que después nos multen o nos digan que no recogimos. La municipalidad debe entender también cómo es la operación y el mantenimiento de los canales”, señala.
Añade que otro aspecto en el que requieren del apoyo de las municipalidades, tanto de Chiclayo, José Leonardo Ortiz y La Victoria, es en la disposición del personal de serenazgo para que le den garantías a los agricultores cuando realicen la limpieza.
“Vamos a ingresar a Pulén, Chilape, Tocnope, a Cois, pero los moradores no nos van a dejar limpiar. En la Cois tenemos más de un metro de barro, de aguas negras, de aguas residuales, de basura, todo eso tenemos que sacar al pavimento, pero cuando los vecinos ven que estamos en esa labor nos dicen, no lo saquen, déjenlo allí en el canal. Necesitamos del apoyo de las propias municipalidades con su serenazgo para que nos permitan limpiar”, aduce.
Finalmente, apunta que ya empezaron las lluvias en Chota y Cutervo, por lo que el recurso hídrico llegará a los canales y es necesaria la colaboración de todos los actores (Comisión de Usuarios, vecinos y municipalidades) para que este recurso hídrico discurra por los canales sin ningún tipo de afectación a la población.
“Escuché ese día a funcionarios de la municipalidad diciendo: ‘Utilicemos los canales’, ‘Tienen que estar preparados’. Está bien, lo entiendo. Van a tener que usar los canales porque primero está la población antes que mis agricultores, pero, ¿y después? ¿quién los limpia? Es nuestra obligación limpiarlos, sí, pero cuando usan los canales los dañan, los rompen, agarran maquinaria pesada y hacen grietas para evacuar sus aguas. Pero cuando pasa las lluvias ya que se la arreglen los agricultores, que lo arregle la comisión. Y cuando hay un desborde, allí sí tiene la culpa la comisión. Pongamos en una balanza quién aporta y quién no”, concluye.
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