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Violencia veneca, violencia peruana

Escribe: Luis Rolando Alarcón Llontop (*)
Edición N° 1326

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  • La violencia en una sociedad -sancionan los expertos- rara vez ocurre en una categoría, tipo o vía a espaldas de las otras. La violencia será así una confluencia.

El linchamiento ocurrió la semana pasada en Lima Un grupo de enardecidos peruanos contra venezolanos optó por “castigarles” por la escalada de violencia que desde algún tiempo se les atribuye a estos últimos. Se trata acaso de la gota que rebalsó un vaso que se preveía desbordar: la de respuestas violentas ante situaciones violentas. Precisamente, la vía que los entendidos jamás recomendarían como solución.

Unos 860,000 inmigrantes en Perú -de acuerdo a cálculos discretos-, desplazados por una crisis social que los empuja a salir de su país desde hace unos siete años ya, los venezolanos son el chivo expiatorio de un problema en el que sí tienen protagonismo -lo que podría mal entenderse como culpa- es en cuotas que claramente se han sobredimensionado.

Pero la sentencia popular es dura… y exagerada. Así, si bien existen entre los refugiados llaneros casos de mal vivir que transitan en la delincuencia (incluidos extorsionadores y sicarios), lo mismo que sucede con migrantes de otras naciones, e incluso con connacionales, no se puede arribar a una generalización que no sólo no se ha probado, sino que es más bien probablemente imposible. Y que no le hace bien a su urgente praxis de inserción social.

Escenario nacional

En paralelo, Perú vive una de las peores etapas de violencia social, después de la violencia terrorista de los años 80 y 90 del siglo pasado, que hemos de varias maneras “aceptado” y “normalizado”. Y que ha rebalsado, ninguneada, las respuestas del Estado, sumergido, entre otros factores, en crisis políticas sucesivas de las que incluso aún no salimos (presidentes legales, pero ilegítimos, ex mandatarios acusados de corrupción y presos, vacancias a la orden).

La violencia colectiva marca una de las tres categorías generales con que la Organización Mundial de la Salud (OMS), divide a la violencia, partiendo de las características de quien(es) comete(n) el acto violento. La violencia colectiva se subdivide al menos en social, política y terrorista, y cada cual puede manifestarse en vías física, sexual, psíquica y privaciones y descuidos.

La violencia en una sociedad -sancionan los expertos- rara vez ocurre en una categoría, tipo o vía a espaldas de las otras. La violencia será así una confluencia. No es raro, así, que en el Perú, se registren 225 conflictos sociales (172 activos y 53 latentes) sólo en julio pasado, según Defensoría del Pueblo, y 110 feminicidio, así como 100.000 casos de violencia familiar atendidos por los Centros de Emergencia Mujer (CEM), contabilizados a septiembre.

Entre otros peritos, el psicólogo español Luis Moya Albiol se ha preguntado qué realmente significa la violencia y que la origina, sin llegar a ningún puerto definido. “Eso sí, parece haber acuerdo en que tiene que existir intensión de causar daño, independientemente de que al final se acabe produciendo”. Y ante evidencias no exclusivas de ningún país sobre su ocurrencia, se ha interrogado también si es posible un mundo libre de violencia. Optimista, ve solución en desarrollar comportamientos prosociales y en pura educación en empatía.

Es claro que el Estado, la academia y la familia tienen que comenzar a entender cómo andar en esos caminos.

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*Colaborador y articulista.

 respuesta de Máximo Ipanaqué Pulache el 2024-05-10.

Gran cantautor Juan Kimbo Cabrejos Bermejo un orgullo para su familia y su pueblo quien mucho se le recuerda, a 02 días de recordar el 1er año de su partida al encuentro con Dios Nuestro Padre Celestial, vuela alto Juan y Q.E.P.D. ?ï¸?ï¸??â¤ï¸â€?â¤ï¸â€?

 respuesta de Alfonso Bartolomé Tello Gamsrra el 2024-05-09.

Lena muchas gracias ya me rstan llamando por el articulo. un abrazo Chocho Tello

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