Sube!

CHATGPT: Primer cumpleaños

Escribe: Luis Rolando Alarcón Llontop (*)
Edición N° 1331

  comentarios   

  • Los tecnoentusiastas son más, por fortuna. Resuelven que las revoluciones tecnológicas siempre han despertado desde leves temores hasta las pesadillas más catastrofistas.

El reciente 30 de noviembre, la aplicación conocida como ChatGPT celebró su intenso e inicial año de vida. Nacido en pleno ebullir de la Era Digital, como ningún otro aplicativo, el prontamente famoso chatbot acercó al ciudadano de a pie -quizás mucho decir- las bondades de la inteligencia artificial (IA). Pero también supuso un debate ético, despertó alarmas sobre sus excesos y abrió polémicas sobre cuánto reemplazaría a los humanos en sus en labores.

De un momento a otro, a un click, el ChatGPT podía “ayudarnos”, dependiendo del necesitado, a escribir un ensayo para la universidad, diseñar a medida un plan de nutrición, planificar un proyecto de negocios, articular una sanción judicial, crear planos de construcción y hasta proponer programas informáticos. El ChatGPT puede con eso y más tras barrer con su motor de búsqueda “todo” lo disponible en la Internet y luego combinar datos de acuerdo a metas pedidas para alcanzar soluciones… aunque estas no sean correctas siempre.

Como aplicativo de IA, ChatGPT puede comprender y responder al lenguaje natural humano; eso lo convierte en un asistente virtual ideal para cubrir necesidades de escritura. Fue creado por OpenAI, compañía desarrolladora de IA. Esta define al ChatGPT como una herramienta para interactuar conversacionalmente. Su formato de diálogo hace posible que, de hecho, responda preguntas de seguimiento, pueda admitir -y aprender de- sus errores, cuestionando señales incorrectas y rechazando solicitudes inadecuadas.

Posiciones encontradas

Diversas posiciones sobre el uso del ChatGPT se han dado a partir de ello: 1) visiones tecno-entusiastas le endilgan oportunidades y prospectivas sin negar sus limitaciones y retos, de cara al desarrollo de la humanidad desde su uso en la vida diaria; 2) medios y prosumidores lo celebran sin más, difundiendo contenido sobre su eficacia en la interacción y abogando por su utilidad; 3) están las posiciones críticas que llegan hasta los neoludistas y los apocalípticos.

Los últimos no son pocos ni desentendidos. Entre ellos, destaca el filósofo e historiador Yuval Noah Harari, quien a propósito de que el ChatGPT se apropie de lo que no sólo él considere lo más humano de los seres humanos, el lenguaje, soltó en mayo pasado una advertencia aterradora: “Hablamos del posible fin de la Historia humana”. Los temores de Asimov y Bradbury sobre la rebelión de la tecnología en nuestra contra estarían bien cerca.

Humanos y las TIC

Los tecnoentusiastas son más, por fortuna, y entre ellos Bill Gates. Resuelven que las revoluciones tecnológicas siempre han despertado desde leves temores hasta las pesadillas más catastrofistas. Pero sólo eso: el ser humano se adapta a las TIC, las incorpora a su quehacer y sigue pa’ lante. Para un paper presentado en un congreso académico un docente universitario investigador me recordó que conforme pasan los años, en esta Era Digital, las TIC arremeten progresivamente favoreciendo finalmente lo académico -y otras esferas- y que ciertamente no es común reconocer de inicio los favores que permitirán a la sociedad.

Como quiera que sea, el ChatGPT irrumpió. Y el público conectado estuvo allí para recibirle bien, no más nacía. Si sólo consideraríamos números, su impacto se expresó en la velocidad con que se dio su penetración social: logró 100 millones de usuarios en dos meses; sin dudas en la aplicación no sólo de IA de mayor éxito en la historia de Internet. Hoy diferentes webs y aplicaciones lo han incorporado o han desarrollado chatbots similares acercando la IA a los internautas de una manera inédita y expectante.

------------------

(*) Colaborador y articulista.

Deja tu Comentario