El microbioma se refiere tanto a los microorganismos, como a los genes que albergan. Esto incluye bacterias, virus, hongos y otros microorganismos que colonizan nuestro cuerpo, principalmente en el tracto gastrointestinal. Este término representa a una escala mayor a lo que se conoce como microbiota, referida específicamente a la comunidad de microorganismos que habitan en un determinado sitio. En los últimos años, la investigación ha demostrado que este ecosistema microbiano juega un papel fundamental en nuestro estado de salud y bienestar. Es así que el microbioma tiene un papel en constante desarrollo y cada vez más reconocido en la promoción de una vida saludable

Existen muchos factores que influyen en la salud, como la alimentación equilibrada, el ejercicio, el sueño adecuado y el cuidado médico regular. Pero precisamente este último podría ahora incluir un nuevo marcador, gracias a que nuestra comprensión del microbioma en los últimos años ha ampliado nuestro horizonte, por el desarrollo de técnicas moleculares de secuenciamiento masivo. Estas técnicas han permitido determinar que el microbioma humano está compuesto por miles de millones de bacterias de cientos de especies diferentes, las cuales habitan principalmente en el intestino, donde ayuda a procesar los alimentos, producir vitaminas, metabolizar sustancias tóxicas y facilitar la digestión. También desempeña un importante rol en el sistema inmunológico y la salud cognitiva.

Papel activo

Cuando se aborda el impacto del microbioma en la salud humana, el tracto gastrointestinal se destaca como la parte más relevante. El microbioma intestinal desempeña un papel activo en diversas funciones esenciales para mantener una buena salud. Por ejemplo, participa en la descomposición de los polisacáridos no digeribles y en la producción de ácidos grasos de cadena corta, los cuales son fundamentales para preservar la integridad de la barrera intestinal, regular la permeabilidad y suministrar energía a las células del colon. Además, tiene la capacidad de modular de manera positiva la inflamación intestinal, entre otras funciones. Existen bacterias, con nombres complejos, que participan en vías metabólicas igualmente complejas, en las cuales degradan sustratos parcialmente y generan subproductos, principalmente acetato, propionato y butirato.

El Acetato es producido a través de la fermentación de azúcares por bacterias acetogénicas como Acetobacter y Gluconobacter. El Propionato, por su parte, se genera principalmente mediante la fermentación de azúcares en las rutas del acrilato, succinato y propanediol, siendo clave la presencia de bacterias del género Propionibacterium. Además, la bacteria Akkermansia muciniphila contribuye a degradar las mucinas. En cuanto al Butirato, es generado por especies de los géneros Faecalibacterium, Eubacterium, Roseburia, Coprococcus, así como por bacterias como Clostridium butyricum y especies de Butyrivibrio. También se produce una interconversión entre los distintos ácidos grasos de cadena corta, ya que aproximadamente el 24% del acetato se convierte en butirato debido a la acción de bacterias butiratogénicas.

Las bacterias mencionadas anteriormente representan tan solo una pequeña parte de todos los microorganismos que participan en diversos procesos biológicos clave no solo en los seres humanos sino en la mayoría de organismos superiores. Entonces, dada la relevancia de estos, es evidente que existan enfermedades subyacentes que pueden surgir debido a la alteración de estas comunidades microbianas que habitan naturalmente en nuestro organismo. Estos desequilibrios, conocidos como "disbiosis", están asociados a enfermedades como la obesidad, la diabetes, los trastornos autoinmunes, el Alzheimer y el cáncer. Esto ocurre cuando las bacterias patógenas reemplazan a las bacterias beneficiosas en el intestino.

¿Cómo influir positivamente en el microbioma?

Para mantener un microbioma saludable se recomiendan hábitos como una alimentación rica en prebióticos y probióticos, ejercicio regular, estrés reducido y un sueño reparador. En la actualidad se está estudiando de manera específica como es que influyen todos estos hábitos en el desarrollo o inhibición de bacterias. Entonces, ¿los hábitos pueden influir en las bacterias que nos colonizan? ¡Pues claro!, parece evidente pero, como todo en la ciencia, requiere ser corroborado. En este sentido, un estudio publicado en 2023 por los investigadores Jichun Zhao y Nan Zhao determinaron que los hábitos alimentarios, como seguir una dieta occidental alta en grasas y azúcares, pueden tener un impacto negativo en la composición microbiana del intestino. Por otro lado, la ingesta de ciertos compuestos, como la berberina, encontrada en el agracejo europeo, el sello de oro y la curcuma, puede tener efectos beneficiosos al mejorar la disbiosis y promover la presencia de bacterias beneficiosas. Estos hallazgos resaltan la importancia de mantener una alimentación equilibrada y saludable para promover un microbioma intestinal favorable y, en última instancia, influir en la salud del individuo.

El uso excesivo de antibióticos puede tener un impacto negativo en la flora intestinal. En países como el nuestro, donde la automedicación ha estado en tasas superiores al 55 % durante más de una década, es especialmente importante investigar los efectos que esta práctica puede tener en el microbioma.

La automedicación irresponsable con antibióticos puede alterar la composición y diversidad de las bacterias intestinales, lo que puede tener consecuencias para la salud. Es necesario realizar más investigaciones para comprender completamente los efectos específicos de la automedicación con antibióticos en el microbioma y cómo esto puede afectar la salud en general.

En resumen, mantener un equilibrio saludable en el microbioma intestinal es fundamental para disfrutar de buena salud física y mental a lo largo de la vida. El estudio del microbioma representa un campo fascinante y de gran relevancia médica en la actualidad. Además, el avance tecnológico de las técnicas moleculares nos permitirá comprender cada vez más su impacto en la salud y desarrollar marcadores clínicos que nos ayuden a evaluar su estado. De esta manera, se agrega una nueva variable a la ecuación para determinar qué significa llevar una vida saludable.

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(*) Decano del Colegio de Biólogos del Perú – Consejo Regional III Lambayeque y responsable del Laboratorio de Inmunología y Virología del Hospital Regional Lambayeque.

 respuesta de Emilia Lucía Gando Gutiérrez el 2020-06-05.

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