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LABERINTO EN EL PODER: ¿Se aleja Alberto Otárola de Dina Boluarte?

Escribe: Roger Santa Cruz Carranza (*)
Edición N° 1341

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No es la primera vez que Luis Alberto Otárola Peñaranda se encuentra en una encrucijada política. Durante el gobierno de Ollanta Humala, el fin de su período como ministro de Defensa llegó gracias a una interpelación en el Congreso producto de la Operación Libertad, un rescate de rehenes que dejó 3 efectivos muertos, 10 heridos y 2 desaparecidos. En ese entonces, como hoy, no le quedaba más remedio que dar un paso al costado.

Fue ese evento, sin embargo, el primer antecedente relacionado a pérdidas humanas que se vinculan con ex premier Otárola, un abogado especializado en Derecho humanos que paradójicamente, poco más de una década después tendría que asumir la PCM, el timón del gobierno de la presidenta con mayor desaprobación de lo que va del siglo, en medio de inmensas protestas en el sur del Perú y cuya respuesta fue, sin dudas ni murmuraciones: La represión.

Proveniente de una familia política, la primera experiencia de Alberto, el hermano menor del excongresista Freddy Otárola, fue en 1995, postulando al congreso con UPP de Pérez de Cuellar. Dieciséis años más tarde, en el 2011 volvería a tentar una curul con Fuerza Social de Susana Villarán. Finalmente, una década después, en 2021, lo intentaría nuevamente además de integrar la plancha presidencial de Ollanta Humala, como segundo vicepresidente. Todas sin éxito.

Sin embargo, no sería ello precisamente lo que despertó el interés de Dina Boluarte en contar con Otárola, sino la defensa que este realizó de la expareja presidencial Ollanta Humala y Nadine Heredia, involucrados en el caso Lava Jato, en la cual no solo lograría la excarcelación de los suscritos, sino la habilitación política para el proceso presidencial del 2021, alegando una persecución política en su contra. 

Luego de los terribles resultados obtenidos en la primera vuelta y de condenar al fujimorismo, el apoyo brindado por Otárola a la plancha que integraba Dina Boluarte, no hizo más que afianzar la relación profesional que comenzó siendo jurídica, pero que por la propia naturaleza de la defensa terminaría siendo política, al punto incluso de ser su carta en el gobierno de Castillo, en Defensa y en el suyo propio primero en la misma cartera y luego como primer ministro. El capitán del barco de su gobierno.

Llegada e influencia

Cuando Dina Boluarte recibió la noticia de que iba a ser la presidenta del Perú, tuvo que construir un gabinete en tiempo récord. Para ese momento muchas vías de comunicación se encontraban colapsadas, delegaciones enteras de población mayoritariamente quechua y aimara se embarcaban desde el sur del país hacia la capital para marchar contra el régimen y exigir adelanto de elecciones. En su afán de frenar estas movilizaciones, durante el breve paso de Pedro Angulo, Otárola, ya en Defensa, realiza sus primeras coordinaciones junto a Interior para reprimir las manifestaciones. Sin poder resistir la presión de las primeras muertes, Pedro Angulo renuncia e inicia la era Otárola.

Durante los 404 días que duró su gestión, su mejor indicador ha sido mantener a la presidenta en su puesto. Contrario a la retórica mantenida de ineptitud al gobierno anterior, los datos nos dicen que los indicadores económicos (que son los que suelen tomar como referencia en este tipo de casos) en términos comparativos son peores que las de su predecesor.

Estamos en una recesión, digamos, la más profunda desde que se aprobó la Constitución de 1993; la pobreza se incrementó en 5.5 %, el PBI se contrajo en 1 %, l déficit fiscal experimentó un descenso de 12,7 % en comparación con el mismo periodo del año previo, equivalente a S/ 10.098 millones menos.

La base de la estrategia con la que Otárola sostenía este gobierno ha sido entonces, la negociación.

Como hemos revisado, Otárola no es un buen candidato político, pero sí un actor político eficaz, un negociador. Su experiencia jurídica y en el sector Defensa, ha sido vital para asegurar los apoyos de las fuerzas armadas y los grupos de poder que han logrado brindarle al gobierno el respaldo con el que no cuenta en las calles.

Asimismo, es Otárola quien llevaba las negociaciones en el Congreso, con la coalición de partidos y grupos parlamentarios que han sostenido en mayor o menor medida hasta el momento el gobierno de Dina Boluarte con sus votos.

Salida y presencia 

Los penosos audios difundidos, con su aparente expareja Yaziré Pinedo, a quien presuntamente habría beneficiado con beneficios laborales han terminado perjudicándolo con su salida del premierato, porque para la sociedad peruana “Dios perdona el pecado, pero no el escándalo” y por tanto mantenerlo al frente del gabinete resulta insostenible. Sin embargo, esto no lo aleja de palacio. Otárola (casi como el filósofo de Patricia Benavides) guarda entre sus manos una caja de Pandora, que la presidenta sabe que de abrirse sería fatal para su gobierno. Es además una ficha importante para una gestión que cuenta con tantos flancos abiertos que a pesar de la polémica no puede darse el lujo de abrirse uno más.

Su relevo: Gustavo Adrianzén, diplomático y abogado es el mismo que reemplazó al hermano de Otárola (Freddy Otárola) en la Cartera de Justicia en 2015. Otro perfil técnico y jurídico bastante cercano a la casa, que tiene como misión principal llegar a 2026 y “ojalá” hacer gobierno y reencaminar a un país cuyas heridas no terminan de sanar.

El pueblo no olvida a sus muertos.

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(*) Politólogo |santacruzcarranza@gmail.com

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