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TAREA PENDIENTE: Puesta en valor de la herencia cultural

Escribe: César Maguiña Gómez (*)
Edición N° 1335

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En las páginas del libro “Lambayeque monumental, arte y tecnología”, del cual soy autor, realizo una amplia exposición del desarrollo cultural y artístico del hombre lambayecano desde su etapa formativa, virreinal, hasta llegar al siglo XIX, expresada a través de la transformación de los materiales, madera, metal, textiles, pinturas murales, lienzos, arquitectura y otros, para ser transformados en obras de arte, que hasta el día de hoy perduran, la mayoría de ellos, principalmente del periodo histórico, en malas condiciones de conservación, afectados por diversos factores de deterioro, originados por el abandono, falta de mantenimiento y factores del medio ambiente, causados por el evento de El Niño.

La finalidad de este modesto libro es la de despertar el interés ciudadano y de las autoridades responsables de la custodia de este valioso patrimonio cultural existente en el territorio lambayecano. Larga es la lista de estos bienes culturales que se encuentran en las peores condiciones, por no haber recibido la atención correspondiente y oportuna para su puesta en valor. Muchas de ellas ya no existen, solo nos queda el recuerdo y la imagen fotográfica, ni siquiera tenemos un inventario y catalogación de estas obras muebles e inmuebles desaparecidas, a pesar de haberse presentado propuestas técnicas viables para su registro y puesta en valor, que no fueron atendidas en su debida oportunidad. Al que podríamos calificarlas como desconocimiento, desidia o negligencia por no cumplir lo que la ley dispone.

Patrimonio perdido

Como son los casos que menciono, pérdida total de la colección de pinturas al pastel de Miguel Baca Rossi, que estaban en el salón consistorial de la Municipalidad de Chiclayo, ninguna inventariada técnicamente, hoy siquiera tendríamos las fichas y fotografías de esas obras. Las esculturas de madera de los siglos XVI y XVII de los antiguos conventos de Saña, las pinturas de caballete en progresivo deterioro de los Profetas que pertenecieron al ex monasterio franciscano de Chiclayo. En lo que atañe a inmuebles, abandono del centro urbano histórico de la ciudad de Lambayeque, demolición de la llamada Casa Cúneo, hito importante donde se firmó el acta de la independencia de Lambayeque. En Chiclayo, la capilla La Verónica, el Politécnico Pedro A. Labarthe, el monasterio franciscano del siglo XVI abandonado hace más de sesenta años, capilla del Hospital de las Mercedes, Teatro Dos de Mayo, y sigue una lista larga, solo para mencionar los que existen en el área urbana de Chiclayo, pero esto se replica en toda la región lambayecana, como es el caso de las casas haciendas y la estación de trenes de Puerto Eten, destruyéndose paulatinamente corroídos por el óxido a vista y paciencia de todos.

En el campo del periodo prehispánico, el avance ha sido extraordinario, con una inversión que supera los 150 millones de soles, que ha permitido el descubrimiento de importantes sitios y la edificación de varios museos de primer nivel. Pero la pregunta es, ¿y qué ha pasado con el valor cultural del periodo virreinal y republicano? Para darnos respuesta los miembros del Instituto Americano de Investigación y Conservación, en compañía del Mag. Guillermo Queirolo Sotelo, visitamos al responsable de la Dirección Desconcentrada de Cultura de la Región, precisando que en el sector arqueología les han otorgado 6 millones de soles para la protección de los sitios prehispánicos ante inminentes lluvias torrenciales producidas por El Niño próximo, solicitando información cuanto se ha destinado para la protección de los sitios de arquitectura histórica virreinal y republicana, la respuesta fue, ni un sol para esos periodos, porque la mayoría son de propiedad privada.

Total desprotección

Esa mayoría que considera la DDC cuentan con resolución que los declara Patrimonio Cultural de la Nación, un documento oficial que nos dice que dichos inmuebles deben de ser protegidos por su importancia arquitectónica y lo más importante por su valor cultural y significado como memoria testigo de un periodo de la arquitectura regional y nacional. Si generalizamos ese criterio, no existirían los centros urbanos históricos. En resumen, los bienes culturales de los citados periodos históricos, actualmente se encuentran en condiciones críticas de conservación y lo más álgido, desprotegidos ante la llegada de las lluvias anunciadas, por ejemplo Politécnico Pedro A. Labarthe, Teatro Dos de Mayo, monasterio franciscano de Chilayo, la antigua villa de Saña, y otros.

Culminamos el año 2023, tan igual como en años anteriores, el patrimonio cultural virreinal y republicano en patético abandono, y no me refiero solamente a la arquitectura histórica, patrimonio inmueble, lo mismo sucede con los bienes culturales muebles, como son las obras de arte religiosas de los siglos XVII, XVIII, XIX, esculturas, pinturas de caballete, pinturas murales, etc. etc. al que debe de incluirse las obras de arte contemporáneas creadas por el escultor extraordinario Miguel Baca Rossi, del distinguido profesor Karl Weiss, que muchos le han negado que tenga una casa museo en su antigua residencia, el paseo Yortuque, los murales de la Biblioteca Municipal, groseramente repintados. 

A pesar de este panorama nebuloso, nada halagador, continuamos con el entusiasmo, que en el año 2024, se cumplan los deseos ciudadanos de contar con su pasado histórico puesta en valor, pero con autenticidad y con un Plan Maestro integral, para mejorar la calidad de vida y contribuir al desarrollo económico de la región lambayecana.

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(*) Investigador del Instituto Americano de Investigación y Conservación.

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