Sandro Chambergo Montejo fue un periodista lambayecano de temple, pasión y entrega, cuya trayectoria marcó a una generación entera de comunicadores. Su vida profesional fue una demostración constante de disciplina, lealtad y compromiso con la verdad, valores que lo convirtieron en un referente del periodismo regional. A un año de su fallecimiento, este es nuestro homenaje a su memoria.
Nacido en una familia trabajadora y solidaria, fue hijo de don Raimundo y doña Manuela, quienes le inculcaron desde pequeño la fortaleza y el sentido del deber que lo acompañaron siempre. Su formación en el Colegio Nacional Nicolás La Torre de José Leonardo Ortiz fue el inicio de un camino guiado por la perseverancia. Su espíritu inquieto y participativo se manifestaba en cada desfile, en cada actividad, en cada desafío asumido con entusiasmo.
En su juventud, además del periodismo, cultivó otra de sus pasiones: el fútbol. Quienes lo conocieron recuerdan su carácter competitivo y su energía inagotable en la cancha, donde dejaba el alma junto a sus compañeros y amigos.
Labor periodística
Su carrera periodística comenzó en el Semanario Expresión, donde dio sus primeros pasos en la redacción y aprendió los rigores del oficio. Pronto su talento lo llevó a nuevos horizontes: trabajó en Correo, fue corresponsal de CPN y luego integró el Grupo El Comercio, donde durante más de una década formó parte del equipo macrorregional del diario Trome. Desde allí, se consolidó como un periodista ágil, preciso y siempre en busca de la noticia.
Su especialidad fueron las coberturas policiales. Sandro tenía un olfato particular para hallar la información antes que nadie, dominar los detalles de los casos más complejos y mantener la objetividad incluso en los escenarios más difíciles. Su ética profesional y su constancia le valieron el respeto de colegas y autoridades.
Más allá de su impecable labor, fue recordado como una persona noble, generosa y solidaria. Jamás negó ayuda a quien la necesitara y mantenía un sentido de responsabilidad inquebrantable en todo lo que hacía. Era también un hombre de familia, atento y cariñoso con sus hermanos —Rosa, Nelly, Lena, Luis y Enrique— y especialmente dedicado a su madre, con quien compartía una complicidad entrañable.
Su vida estuvo marcada por el amor al trabajo, la búsqueda del conocimiento y la superación personal. Estudió periodismo en la Universidad de Chiclayo y culminó su carrera con orgullo, obteniendo el título profesional y su incorporación al Colegio de Periodistas de Lambayeque. Ese logro representó la culminación de una etapa construida con esfuerzo y dedicación.
Sandro fue también un comunicador moderno, abierto a la innovación y a las nuevas plataformas. Su iniciativa digital La Página se convirtió en un espacio informativo con más de 130 mil seguidores, consolidando su liderazgo en el ámbito local y regional. Su estilo directo, su compromiso con la veracidad y su cercanía con la gente le ganaron el aprecio del público.
Amigo leal
Detrás del periodista había un hombre sencillo, alegre y de humor fino. Quienes compartieron con él en la redacción lo recuerdan por sus bromas, por su energía contagiosa y por su forma de animar el trabajo en equipo. Sabía corregir con firmeza, pero siempre desde el respeto y el cariño.
Su partida, el 26 de octubre de 2024, dejó un vacío profundo en la comunidad periodística lambayecana.
El recuerdo de Sandro Chambergo Montejo trasciende el tiempo. Fue un hombre que honró su profesión y que supo, desde su sencillez, construir un camino de coherencia, servicio y amor por la verdad. Su vida enseña que el periodismo, más que un oficio, es una vocación que se ejerce con el corazón.
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