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LA CANTATA AL SEÑOR DE SIPÁN: Obra literaria y musical cumple 33 años de creación

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1340

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Tras el descubrimiento de la tumba intacta del Señor de Sipán, ocurrido en julio de 1987 en Huaca Rajada, por el equipo de arqueólogos liderados por Walter Alva Alva, nació en el cantautor lambayecano Edgar Dante Saavedra Zegarra la inquietud por rendir homenaje al antiguo gobernante mochica. Inicialmente pensó en una canción, pero la obra terminó por convertirse en la más importante creación musico – teatral de la región.

“Venía de una gira en el extranjero. Había tenido la oportunidad de cantar con Facundo Cabral, Silvio Rodríguez, Inti Illimani y otros destacados artistas de la trova, por lo que tenía recursos económicos para grabar mi segundo disco, en el cual quería integrar una canción de homenaje al Señor de Sipán. Fui al Museo Brüning de Lambayeque y justo salía, para suerte mía, la doctora Susana Meneses Castañeda, que había leído en la prensa sobre mi modesta gira en el extranjero. De pronto, ella le dijo a Walter Alva: ¡Él lo puede hacer, él lo puede hacer! Se miraban entre ellos, yo les dije que iba por información para componer una canción. De pronto me preguntaron si sabía quiénes fueron los mochicas”, recuerda el artista.

La pregunta de los investigadores lo dejó en una pieza. ¿Qué era aquello que Susana Meneses sugería que podía ser elaborado por Saavedra Zegarra?

Tanto Walter Alva como Susana Meneses le explicaron que los mochicas fueron una civilización, por lo que requerían una obra teatral en la cual se explicara al público la grandeza y trascendencia de los antiguo habitantes de los valles del norte del Perú. Para ello, se comprometieron a darle información, algunos libros y revistas, que le permitiesen nutrirse y en función de ello componer la obra.

Edgar Dante Saavedra, ingeniero agrónomo de profesión, tuvo sus reparos. Advirtió a sus entusiastas interlocutores que él era cantautor, mas no dramaturgo, por lo que lo más cercano a una obra teatral sería una cantata, donde se mezcla el canto a cuatro voces, música pentatónica que combine instrumentos prehispánicos y modernos, y un poco de actuación.

Nace la obra

Tras revisar la información y encontrar el punto de inspiración necesario, dio forma a los 120 versos, algunos decasílabos, otros endecasílabos y también alejandrinos.

“¿Por qué decasílabos? Porque el Señor de Sipán tiene diez maníes de oro a la derecha y diez de plata a la izquierda, todo en él era una dualidad y así se simbolizaba. Yo tuve la suerte de haber sido alumno del gran poeta Alfredo José Delgado Bravo, así que de él aprendí”, comenta.

Compuesta la obra, la sometió a revisión de Alva y Meneses, quienes hicieron algunos aportes, sobre todo en cuanto a las palabras más precisas para explicar la historia de la civilización mochica. Luego empezó en la búsqueda de los artistas, grabándose el primer casete en Scala Musical, un estudio pequeño ubicado en Lambayeque.

Parte del proceso creativo consistió en escuchar el muchik hablado por viejos habitantes de Ciudad Eten, distrito en el que el autor vivió. Saavedra Zegarra guarda registros magnéticos de aquellos diálogos, que han quedado como testimonio de la lengua de los antiguos pobladores mochicas, que fue pasando de generación en generación.

El elenco

El primer Señor de Sipán fue interpretado por el reconocido orador y declamador Amado Tizoo, quien fue convocado dadas sus cualidades vocales, pues el concepto inicial de la cantata apuntaba a combinar únicamente la declamación con el canto.

“Estuvimos en una gira en el extranjero y recibió una propuesta para quedarse a trabajar como profesor en Colombia, así que al retornar le propuse la interpretación del Señor de Sipán a Alfonso Chocho Tello, quien encajó perfectamente y le dio otro dinamismo al personaje”, cuenta.

El marco musical ha estado integrado por Alberto Córdoba, quien por su formación como tecladista ayudó en la estructura armónica de la obra; Raúl Alberca en los vientos, con destreza para las zampoñas, quenas y charango, y el arqueólogo Marcelo Arroyo, hoy residente en Alemania, quien tocaba los ritmos. También se integró Marco Seclén.

Las giras

Con ese pequeño grupo la cantata emprendió su primera gira. Su última presentación en el extranjero fue en Estados Unidos, con una gira que duró seis meses, recibiendo una gran aceptación de la colonia peruana.

“Tuvimos la suerte de ganar el Desfile de la Hispanidad, quedando en segundo lugar Willy Colón. Fue un espectáculo maravilloso, con el Señor de Sipán por delante, y el sonido telúrico de las zampoñas y las quenas. Después de esa gira retorné a Chiclayo y fui nombrado prefecto del departamento, las giras fueron más cortas, pero logramos que el público de Europa, México, Colombia y otros países aprecien nuestra puesta en escena. En las redes sociales también se ha difundido mucho”, refiere.

En una de las tantas giras, cuando la cantante visitó Ecuador, el maestro de las artes plásticas Oswaldo Guayasamín, lloró al ver la puesta en escena.

La última presentación fue hace una semana en el XI Congreso Mundial de Oftalmología, en el Museo Tumbas Reales de Sipán, donde han recibido propuestas para visitar ciudades en el exterior.

Adaptaciones

Con el tiempo, la cantata fue recibiendo innovaciones. Aprovechando la capacidad interpretativa de Alfonso Tello, quien es actor y mimo de formación, se introdujo la presentación del campesino, el chamán y el baile de tondero lambayecano, dotando a la puesta en escena de un componente actual sobre la herencia de los pueblos ancestrales que habitaron estas tierras.

“Aprovechamos la versatilidad de Chocho Tello y como autor le propuse aquello, diciéndole que el objetivo también era que la gente del siglo XXI entienda que los mochicas siguen vivos, por lo que teniendo la virtud de la interpretación se introdujo lo del chamán. Yo me encargué de la música y Daniel Vizconde declamaba los textos. De él nació la idea de hacer de campesino. Todo esto no estaba inicialmente en la cantata, se adaptó posteriormente”, indica.  

Edgar Dante Saavedra menciona que la comunicación es fundamental para generar consciencia y más si esta va agregada al arte, convirtiéndose en un arma muy poderosa a nivel social.

“Nosotros, con la cantante, hemos desarrollado más de tres mil presentaciones en los 33 años que estamos vigentes y nuestro objetivo siempre son los más jóvenes, en quienes buscamos afirmar la identidad, que es una tarea pendiente en Lambayeque”, reflexiona.

Saavedra Zegarra confiesa sentirse orgulloso al haber logrado que sus tres hijos formen parte de la cantata: Aldo, el mayor, en el teclado; Issac, que hace la segunda voz y toca los ritmos, y Javier, en la guitarra, que actualmente cursa estudios de doctorado en la Universidad Complutense de Madrid.

“De los fundadores sólo quedamos cuatro: Chocho Tello, Marco Seclén y Herly de la Cruz, además de Daniel Vizconde. He solicitado a la alcaldesa de Chiclayo que se realice una presentación abierta de la Cantata del Señor de Sipán, porque la población necesidad alimentar el espíritu con arte e identidad. Espero que pueda dar una respuesta positiva y ojalá dicho espectáculo se realice en el marco del aniversario de la provincia, en abril”, enfatiza.

+NOTICIAS

  • Se han iniciado las coordinaciones para la presentación de la cantata en la Pampa de la Quinua, con ocasión del Bicentenario de la Batalla de Ayacucho, en diciembre próximo.
  • La Cantata del Señor de Sipán es la única obra latinoamericana que ha logrado mantenerse vigente por más de 30 años.

 respuesta de Alfredo Gonzales B el 2020-05-23.

Hay que persitir.

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