En Lambayeque las lluvias registradas entre el 1 y el 3 de febrero dejaron como saldo dos mil 132 viviendas colapsadas, cuatro mil 115 inhabitables y 17 mil 224 afectadas. El número de familias damnificadas llega a seis mil 247, que representan en total a 31 mil 235 personas. Los afectados fueron más de 86 mil pobladores.
Este es el resultado de la Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades – Consolidado, que maneja el Centro de Operaciones de Emergencia Regional – COER, desde donde se monitorean las acciones de ayuda para las personas que han perdido todo o resultaron perjudicadas parcialmente por las precipitaciones pluviales.
“Hemos entregado hasta el momento más de 400 toneladas de ayuda humanitaria, 340 corresponden al stock que el Gobierno Regional de Lambayeque tenía en los almacenes del COER desde el año 2012. El Instituto Nacional de Defensa Civil – INDECI, ha trasferido hasta el momento 120 toneladas en el marco de la declaratoria de emergencia”, comenta el jefe del COER, Carlos Balarezo Mesones.
Para el caso de Chiclayo el COER ha entregado de manera constante ayuda humanitaria a la municipalidad, que es la que de acuerdo a los procedimientos vigentes debe alcanzar sus informes, a través de las fichas de Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades – EDAN, para canalizar los materiales e insumos de manera controlada a los damnificados.
El sábado último, por ejemplo, se le entregaron a la comuna provincial cuatro mil planchas de triplay y a inicios de semana seis mil planchas de calaminas.
“Con eso hemos cerrado todo lo que la municipalidad de Chiclayo ha requerido de acuerdo a los informes alcanzados. Debe quedar claro que la ayuda se entrega en función de las EDAN que alcanzan los municipios, a veces se cree que a unos se les ha apoyado más que a otros, pero no omiten la cantidad de damnificados reportados por las municipalidades. Nosotros no podemos dar mayor cantidad a la que ellos reportan”, explica.
A Chiclayo se le ha entregado aproximadamente cuatro mil colchones de espuma, cuatro mil sacos terreros y demás herramientas.
“Si se requeriría más ayuda estamos a la espera de más reportes de damnificados. Debe quedar claro que se está a la espera que se entreguen los padrones de damnificados, como lo está exigiendo la Contraloría”, indica.
LOS MÁS AFECTADOS
La provincia más afectada con las lluvias de inicios de mes es Lambayeque. En la jurisdicción colapsaron mil 121 viviendas y mil 720 quedaron inhabilitadas.
El distrito con mayor cantidad de casa derruidas es Lambayeque pueblo, seguido de Mórrope con 200 inmuebles y Túcume con 130, la mayoría ubicados en la zona rural.
En Mórrope se concentra el mayor número de familias damnificadas (600), distrito donde también resultaron afectadas 11 mil 800 personas.
“Muchas personas no entienden cómo funcionan los almacenes. No por el hecho de tenerlos llenos estos deben vaciarse. Miremos lo que ha pasado en Piura, donde se ha entregado la ayuda sin previa evaluación de daños y hoy se sabe que casi el 70 % de los que la recibieron no eran damnificados”, acota.
CHICLAYO
Las cifras en Chiclayo provincia no son muy distantes de las de Lambayeque. En Chiclayo capital se derrumbaron 450 viviendas, principalmente ubicadas en pueblos jóvenes y asentamientos humanos, y se contabilizó 800 casas en estado ruinoso con peligro de colapso.
La mayor cantidad de viviendas afectadas se concentró en José Leonardo Ortiz (dos mil 300), Chongoyape (dos mil 150) y Cayaltí (mil 235).
En Pimentel se cayeron 130 casas, 95 en Leonardo Ortiz y 70 en La Victoria, en tanto en Chiclayo distrito se ha registrado como damnificadas a seis 250 personas.
Del reporte general que tiene el COER solo se conoce de una víctima mortal el José Leonardo Ortiz.
“La mayoría de viviendas colapsadas se ubican en zonas urbano-marginales, invasiones y rurales, principalmente en el Valle La Leche. Entre Chiclayo y Pimentel hemos tenido que resolver una controversia de responsabilidad en una parte de La Pradera, donde se ha dispuesto que sea el municipio pimenteleño el que asista a la población afectada”, refiere.
FERREÑAFE
Según el COER, para el caso de Ferreñafe el impacto de las lluvias fue menor. A nivel de provincia hubo 61 casas destruidas, 186 inhabitables y mil 379 afectadas.
Respecto a familias, 247 quedaron damnificadas, mil 379 afectadas y el número de personas afectadas fue de seis mil 895.
PRIMERAS ACCIONES
“Ocurridas las lluvias nosotros atendimos de manera inmediata a los primeros damnificados que se ubicaron en Túcume, Íllimo, Pacora y Jayanca, y simultáneamente empezamos a distribuir nuestras motobombas”, comenta Carlos Balarezo.
El COER administró el trabajo de un total de 78 motobombas adquiridas por el Gobierno Regional de Lambayeque, las mismas que fueron distribuidas en base al requerimiento de los municipios.
“Hasta el momento estamos atendiendo con ayuda humanitaria y equipos a 33 municipalidades de las 38 en el departamento. Las de las zonas altoandina no han solicitado apoyo porque la presencia de lluvias no ha generado mayor perjuicio”, explica.
Carlos Balarezo destaca los resultados que han tenido las reuniones realizadas en el COER desde que se presentó la emergencia, en las que han participado los representantes de diferentes instituciones de carácter local, regional y nacional y que han permitido el diseño de estrategias y planes de acciones.
“Se ha asignado tareas específicas y así se ha coordinado el trabajo con el Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea, las gerencias regionales y los programas y ministerios. Nosotros requeríamos de manera urgente la presencia de EPSEL. Lamentablemente sus representantes no acudieron a las primeras reuniones lo que hubiera posibilitado que se actúe de mejor manera frente al colapso del alcantarillado”, sostiene.
El funcionario destaca el trabajo que han realizado las Fuerzas Armadas en el manejo de los equipos y la distribución de la ayuda humanitaria, permaneciendo en permanente coordinación con el COER.
EL ALCANTARILLADO
“Considero que el principal problema que se presentó a raíz de las lluvias fue el colapso del alcantarillado. La ciudad de Chiclayo y José Leonardo Ortiz, que congregan casi el 40 % de la población de Lambayeque tienen el problema de alcantarillado en pésimas condiciones de manera permanente. Esto se agudizó con las lluvias y las consecuencias hoy todos las conocemos”, manifiesta, poniendo énfasis en que las precipitaciones que se registraron sobre el departamento fueron de mediana intensidad.
“De acuerdo a los informes que manejamos ya no hay ningún lugar donde haya agua pluvial. En algunos lugares se ha demorado más por el nivel topográfico de las zonas, en las que a veces ni las motobombas servían. Otro problema que hemos tenido es que pese a haber distribuido motobombas de succión y de descarga, estas no eran suficiente, e incluso había inconvenientes para encontrar lugar o puntos dónde derivar las aguas evacuadas. Por ejemplo, hay motobombas que han funcionado con hasta 800 metros de manguera de descarga”, detalla.
En los lugares donde fue posible el uso de motobombas se dispuso la intervención de camiones cisterna. “Por eso hubo desesperación justificada de diversas familias porque hubo problemas para evacuar el agua. Hemos recibido apoyo del Ministerio de Vivienda, de empresas privadas y desde Lima se enviaron 50 motobombas y camiones de SEDAPAL que fueron traídos por Vivienda y el Ministerio de Defensa”, explica.
CONTINUIDAD DE LLUVIAS
El jefe del Centro de Operaciones de Emergencia Regional – COER, indica que la altera de lluvias no está desactivada para Lambayeque, más porque de manera permanente el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología – SENAMHI, emite sus informes respecto a la presencia de lluvias, incluso de nivel 4 que es el más intenso.
Sin embargo, Carlos Balarezo menciona que condiciones del viento están favoreciendo a que la carga de nubles se desplace hacia el norte, por lo que en los últimos días se han registrado copiosas precipitaciones entre Tumbes y Piura. Esta situación – advierte – no debe tomarse con ligereza, porque en cualquier momento Lambayeque puede recibir descargas de mediana o gran magnitud.
“Tenemos varias alertas y hay que estar atentos a ellas. El sistema meteorológico ha señalado que a inicios de marzo podrían volver las precipitaciones y estar generar afectación, sobre todo porque aún hay tremenda vulnerabilidad”, asevera.
Finalmente, el funcionario pone énfasis en el desorden del crecimiento de las ciudades, sobre todo por la habilitación de nuevos espacios urbanos o habitacionales en terrenos que antes tuvieron uso agrícola, representando alta vulnerabilidad para las familias.
“En 1998 había menos población, hoy tenemos mucha población en las zonas urbano marginales, en lugares donde no debería haber construcciones y que no solo son de material rústico, sino también zonas residenciales y edificios, sobre zonas topográficamente bajas, donde no se ha debido construir”, afirma.
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