En el mundo, la mayor tasa de mortalidad se presenta por enfermedades cardiovasculares. Dentro de estas, las de mayor incidencia son la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la insuficiencia cardiaca y el infarto de miocardio. En el Perú, según refiere el cardiólogo Gonzalo Díaz Fuentes, a raíz de la pandemia por el COVID-19 las consultas para la especialidad de cardiología se han incrementado en 50 %, sobre todo porque los pacientes que superan la enfermedad luego presentan palpitaciones.
“Los pacientes que tuvieron COVID-19 tienen más tendencia a tener palpitaciones y dolores precordiales. La gente se cansa, ya no camina como antes, ni duerme como antes, porque esta enfermedad produce angustia, ansiedad y hace que el corazón lata mucho más rápido y segregue una mayor cantidad de adrenalina, lo que ocasiona la obstrucción de los vasos”, explica.
Indica que la palpitación es la sensación de la aceleración de los latidos del corazón, lo cual ocurre porque el COVID-19 no solo ataca a los pulmones, sino que afectan a todo el organismo, llegando al corazón. Cuando esto ocurre se inflaman los tejidos cardiacos, produciéndose pequeñas cicatrices que disparan los movimientos de este órgano vital. En casos graves, se pueden generar taquicardias que conlleven a la muerte.
Indica que a los pacientes con palpitaciones se les recetan ansiolíticos para que puedan descansar. Si tienen el pulso por encima de 85 o 90 (pequeñas taquicardias) se le medica para evitarlas y evitar que lleguen a una insuficiencia cardiaca.
“Tengo pacientes que antes de contagiarse de COVID-19 tenían bien su corazón, pero como este se inflama por el virus se producen pequeñas cicatrices y eso hace que el corazón se dilate, y al dilatarse el paciente se cansa, haciendo una insuficiencia cardiaca”, grafica.
Hipertensión arterial
Por otro lado, el especialista exhorta a la población a cuidarse de la hipertensión arterial, pues cerca de dos mil millones de personas en el mundo la padecen, lo cual disminuye la calidad de vida. Explica que esta enfermedad consiste en el aumento de la presión sanguínea en las arterias, debido a la estrechez de las mismas, lo que obliga al corazón a latir con más fuerza.
Para evitar esta enfermedad recomienda que se disminuyan las comidas con sal como los embutidos, así como caminar y dormir bien. “La gente ahora va para todo lado en taxi, en el centro hay un estrés tremendo. La calidad de vida ha cambiado mucho. La presión arterial va minando al ser humano, se obstruyen los vasos, se irriga menos sangre al cerebro y la capacidad de cognitiva disminuye”, señala.
Indica que la presión alta puede conllevar a otras enfermedades como el envejecimiento prematuro, la demencia senil, insuficiencia renal, entre otras patologías. Además, la obstrucción de los vasos sanguíneos puede ocasionar un infarto de miocardio, ya que el corazón se engrosa, pudiendo ocurrir una arritmia ventricular y con ello una muerte súbita.
Diabetes
Respecto a la diabetes, indica que esta enfermedad afecta a un promedio de 500 millones de personas en el mundo, teniendo una mayor prevalencia los últimos años en jóvenes. Explica que si un paciente en cuatro o cinco exámenes presenta la glucosa por encima de 110 o 115, esa persona es diabética.
“Hoy se comen muchos enlatados, muchas gaseosas. Uno no debe tomar gaseosa, es más, debe suspenderse su consumo porque la cantidad de azúcar que contienen es bastante elevada. Yo diría que el 25 % del volumen de la gaseosa es azúcar. Además, hoy se comen muchas hamburguesas, harinas, comida rápida, mucho carbohidrato. Eso hace que la diabetes se presente ya no a los 60 o 70 años, sino a los 40”, sostiene.
Apunta que el 80 % de los pacientes diabéticos fallecen por enfermedades cardiovasculares, en virtud de lo cual resalta que no el tratamiento no consiste solo en el mejoramiento de la dieta, sino en un soporte médico cardiovascular. De allí que se les recomiende tomar aspirinas, atorvastatinas y enalapril en dosis bajas.
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