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EN CHICLAYO: Seguimos mereciendo vivir mejor

Escribe: Roger Santa Cruz Carranza (*)
Edición N° 1336

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Luego de muchos gobiernos corruptos y un desfile de personajes mediocres, en la ‘Ciudad de Amistad’, esperábamos con esperanza el gobierno de la primera alcaldesa elegida por voto popular. Aunque para vencer no superó la tradicional barrera de los 100 mil votos, existía mucha expectativa entre los chiclayanos, respecto de lo que un cuadro con perfil técnico pueda llegar a hacer en una de las municipalidades más críticas del norte del país.

Todo el mundo, incluida la alcaldesa, estuvimos siempre al tanto el grado de dificultad que representa afrontar la Municipalidad Provincial de Chiclayo, que, a pesar del incendio de 2006, nunca dejó de estar en llamas.

Siempre fue de público conocimiento, los juicios de los extrabajadores, las metidas de pata de los exalcaldes, las mafias dentro de la municipalidad, el enorme problema de Chiclayo con los residuos sólidos, las pistas y desagües rotos, el ornato en progresivo deterioro, un parque automotor desordenado y en constante, el abandono del arte, cultura y deporte, etc.

Nunca fue una novedad para nadie, que hace mucho que sacamos el pie del acelerador del crecimiento y que, salvo raras excepciones, no hemos logrado volver a estar a la vanguardia, a ser el piloto del norte que cantamos en el himno. Revertir eso, siempre fue el gran reto al que se enfrentaba esta gestión  , una batalla que lamentablemente está perdiendo por mucho.

Primer año

Durante su primer año de gobierno no hemos experimentado grandes cambios. Una ejecución presupuestal de tan solo el 73.7 %  (MEF), es realmente insuficiente para una ciudad con necesidades tan numerosas. Situación similar se vive en cuanto a la gestión de Residuos Sólidos, donde si bien en 2021 se instaló la celda transitoria, esta sufrió un incendio en junio del año pasado, afectando severamente dichas instalaciones, del cual no ha terminado de recuperarse. Sumémosle a eso que el servicio de recojo de basura ha sido insuficiente en múltiples sectores y momentos del año, y tenemos que esta meta tampoco ha podido cumplir en el año 2023, siendo, en palabras de la propia burgomaestre, ésta una deuda pendiente con la ciudadanía.

Otra de sus medidas iniciales fue retirar la mayoría de ciclovías de la ciudad para “reubicarlas”; un año después ninguna ha sido repuesta y Chiclayo es una ciudad bastante insegura para andar en bicicleta, una de sus promesas de campaña.

Oposición

Sin embargo, más allá de los pobres resultados obtenidos la gestión enfrenta un problema aún mayor, la supervivencia. Por primera vez, durante su gobierno, se ha consolidado la oposición por parte de 7 de 15 regidores de la comuna chiclayana, quienes han interpuesto un pedido de suspensión por 90 días ante el concejo municipal, producto de no convocar a sesión de concejo para reglamentar,  a través de una ordenanza, la regulación de los paneles publicitarios que se encuentran en la vía pública, cuya empresa líder en el sector se encuentra aparentemente  cuestionada por generar un conflicto de intereses entre actores políticos relacionados al entorno  municipal.

Aunque es muy poco probable que la medida prospere (debido a que se necesitan 10 de los 15 votos), esta representa el primer encaramiento directo de parte de un buen número de regidores, involucrando inclusive a concejales de la misma lista que la llevó al gobierno, quedando a uno o dos votos de poder vetar cualquier iniciativa que parta del ejecutivo. Para ser más ilustrativos, este representa el primer jaque mate a la alcaldesa de Chiclayo, que aunque aún tiene margen de movimiento, ve cada vez más disminuido el apoyo político con el que cuenta.

Sin embargo, existe otro peligro latente para la gestión Cubas y es de naturaleza económica.

Una de las pocas labores en las que parece haberse enfocado la edil, ha sido la fiscalización, principalmente de negocios en los diversos rubros (entretenimiento, gastronómico, etc); muchos de ellos total o parcialmente clausurados. Lo cual ha generado para los mismos, en mayor o menor medida pérdidas económicas. Pérdidas que para el sector empresarial, con cierto nivel de poder adquisitivo, no van a pasar desapercibidas y pueden traducirse en una férrea oposición, incluso en términos financieros para eventuales iniciativas políticas en su contra.

Una de las variables principales de elaboración de una política pública es el momento político, es decir el cálculo en términos de tiempo-espacio que se realiza para llevar a cabo una iniciativa considerando las propias circunstancias en las que se encuentra como gobierno, midiendo y analizando sus fuerzas y sus respaldos. Es muy difícil ganar una guerra abriéndose flancos por todos lados.

La mayor prueba de que la alcaldesa no está teniendo una mirada política del panorama que tiene al frente es que su mayor respuesta debería ser la gente. Cualquier iniciativa que pretenda implementar necesitará bajo cualquier circunstancia de un apoyo colectivo, algo que solo logrará mostrando resultados tangibles, aun cuando sean pequeños, cuando la ciudadanía nota que la voluntad política se acompaña con capacidad de gestión, el respaldo es inevitable. Pero para eso se requieren acciones concretas y sobre todo las personas claves que puedan llevarlas a cabo, no se puede aspirar a resultados distintos haciendo más de lo mismo.

Es momento, señora Janet, de ponerse a hacer política de una vez por todas. No podemos seguir mereciendo de vivir mejor de por vida.  

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(*) Politólogo - santacruzcarranza@gmail.com

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