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PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE SEMBRADORES DE CAÑA DE AZÚCAR: “Estamos quebrados”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1338

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  • Alberto Salinas Barba solicita apoyo del Estado por que no son sujetos de crédito, lo que es aprovechado por los acopiadores que llevan cosechas a ingenios del Grupo Gloria y por la cual solamente pagan 80 soles por tonelada, cuando debería ser 180.

De preocupante, describió el presidente de la Asociación de Sembradores de Caña de Azúcar de la provincia de Ferreñafe y Presidente de la Asociación Nacional de Defensa del Agricultor Peruano, Alberto Salinas Barba, la situación económica de más de 800 cañicultores en la región, especialmente cuando se ven obligados a recurrir a prestamistas que les cobran hasta en un 36 % de interés anual por préstamos dinerarios que se ven obligados a solicitar para producir sus campos de cultivo, debido a que la banca les ha cerrado las puertas.

Dijo que los cañicultores invierten entre 90 y 100 nuevos soles para producir una tonelada de caña de azúcar, pero sólo reciben 80 soles por tonelada al estar obligados a vender su producción a los prestamistas y acopiadores. Esta disparidad en los pagos hace que la situación sea insostenible, ya que no les permite cubrir los costos de producción ni saldar sus deudas, a pesar del arduo trabajo de todo un año.

Sostiene que es comprensible que reclamen un pago justo de al menos 180 soles por tonelada de azúcar, ya que los 80 soles que reciben por parte de los acopiadores que venden las producciones de siembra al Grupo Gloria no les cubre ni el costo de producción; más aún, las condiciones financieras abusivas que les imponen.

“Estoy sacando la cara por la necesidad que atraviesan mis hermanos agricultores y es menester preocuparnos por todos los hombres de campo no solo locales, sino también nacionales”, dijo el dirigente.

Déficit de molienda

Alberto Salinas Barba hizo conocer la existencia de un total de 800 sembradores de caña de azúcar en el Valle Chancay Lambayeque y ante el déficit de empresas para molienda, se ven obligados a vender a los acopiadores y estos llevan las cosechas a las azucareras Agro Olmos, en Lambayeque; así como a los ingenios de Casagrande y Laredo, en la región la Libertad, los que pertenecen al Grupo Gloria.

“El Lambayeque no podemos moler en forma directa. La empresa Tumán se encuentra paralizada desde hace 10 años por problemas judiciales; Pucalá tampoco está activa por tener problemas sociales. Fala, en la carretera a Ferreñafe, no tiene capacidad de molienda, pues sólo procesa 600 toneladas por día.

Amarrados con acopiadores

Afirma que los cañicultores no venden en forma directa a las empresas, sino a los acopiadores y es el que les dan el dinero para sembrar, en calidad de préstamo, teniendo que pagar un interés del 3 % mensual, lo que al año significa un pago de 36 %. Además, tienen el compromiso de vender su producción.

El dirigente señala que ellos deben estar vendiendo a razón de 180 soles la tonelada. Una tonelada arroja más de dos bolsas de azúcar; es decir, entre 110 a 115 kilos. “Con el costo de una bolsa de azúcar nos pagarían la tonelada de venta y la otra bolsa sería utilidad para las empresas y los acopiadores, pero la realidad es como la vengo narrando”, precisó.

Afirma que a la actualidad los cañicultores pasan una crisis terrible. Todos están viendo la necesidad de cambiar de intención de siembra, si es que el Estado no hace caso a sus reclamos, interviniendo y reflotando las empresas azucareras paralizadas en Lambayeque.

Están analizando – dijo- cambiar de tipo de cultivo y dedicarse a la siembra de arroz, maíz o pan llevar, porque la caña ya no les es rentable.

Aquellos tiempos

Recuerda que cuando las empresas privadas estaban operativas en Lambayeque todo iba bien, pero la situación cambió ante los problemas y los ingresos y salidas de las administraciones judiciales, teniendo como principales responsables al Poder Judicial y al Ministerio Público, lo que ha llevado a que las azucareras sean desmanteladas.

En las empresas de Lambayeque – señala - por tonelada se les entregaba 80 kilos de azúcar, así como 14 kilos de melaza. Es decir, 60 % de la producción era para el cañicultor y el 40% era para a empresa.

Señala que en alguna oportunidad han tratado de consensuar con la empresa Pomalca, pero no tiene capacidad suficiente para atender la producción de los 800 cañicultores.

“No podemos moler en Pomalca. Somos 800 sembradores del Chancay Lambayeque, con una capacidad de siembra de 30 mil hectáreas. Cada hectárea arroja entre 150 a 180 toneladas, variando por la calidad de la caña. Es decir, hablamos de 3 millones 600 mil toneladas anuales que cosechamos y se van fuera de la región Lambayeque. Por esa cantidad, se nos paga 80 soles la tonelada lo que equivale a 288 millones de soles, pero si lo ajustamos al precio real de 180 soles, se nos debería pagar 648 millones de soles”, sostuvo el dirigente.

No cubre los costos

Indica que esa cantidad de dinero no cubre los costos de producción. “Esos 80 soles que nos pagan por tonelada no cubre los costos de inversión que nosotros hacemos. Se necesita maquinaria, el agua es más cara que el arroz y el maíz, insecticidas, herbicidas, fungicidas, abonos como urea y sulfato. Además, superfosfatos, potasio. Con este clima hay que utilizar hasta abonos foliares para dar vida a la planta”, recalcó.

Destaca que otro grave problema que atraviesan es que no son sujetos de crédito por parte de la banca privada y la estatal. Además, no reciben apoyo del Estado.

“Estamos quebrados. Para sembrar recurrimos al acopiador, quien nos presta el dinero para sembrar a razón de un interés del 3 %, pero estamos obligados a pagar la deuda para no perder nuestros terrenos y encima tenemos que vender nuestro producto al mismo acopiador que nos presta el dinero. El 3 % es caro, pero la necesidad nos lleva a recibir el dinero”, recalca.

Además, se ven obligados a trabajar con caña de variedad brasilera por ser precoz y cosechable a los 11 meses, pero no es de buena calidad.

“Nos gustaría trabajar con caña de la variedad azul Casagrande que es una variedad antigua y es renovada después de 15 o 18 cortes, como también la H-32, que es una buena caña y que se renueva después de 14 o 15 cortes”, acotó.

A las autoridades

En un llamado a las autoridades, pide que el pago por sus cosechas sea justo para que les quede algo que les sirva paliar los gastos de inversión, pagar los préstamos e intereses; y, les quede capital para seguir trabajando.

“Nunca nos queda capital. Más bien quedamos en déficit y algunos cañicultores no pueden pagar sus deudas y pierden sus terrenos ante los acopiadores”, resaltó.

Hizo un llamado a la unidad de sus hermanos agricultores, para organizarse como ya lo han hecho en Ferreñafe y Capote, donde se han constituido en asociaciones de sembradores de caña para luchar por el justo pago de su trabajo y producción.

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