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LA BENEFICENCIA DE CHICLAYO: LAS TANTAS VECES DE SU USO CON FINES ELECTORALES

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 955

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Inevitables han sido los cuestionamientos al candidato congresal de Alianza Para el Progreso Noé Cornejo Chinguel por la colocación de un panel que promocionaba su postulación en los altos del edificio Piedra Lora, propiedad de la Sociedad de Beneficencia Pública de Chiclayo, en la Avenida Luis González. Sin embargo, esta no es la primera vez que los recursos de la entidad se emplean con fines electorales. Antes ya pasó y todo hace indicar que, como van las cosas, seguirá sucediendo.

 

Expresión ha denunciado en repetidas veces el manejo irregular de los recursos y bienes de la Beneficencia de Chiclayo para favorecer a quienes han tentado algún cargo político. Uno de estos hechos se remonta a las elecciones municipales y regionales del 2010.

 

DONACIONES CON ESTRELLA

Fueron los propios trabajadores de la Beneficencia de Chiclayo quienes en agosto del 2010 denunciaron los presuntos malos manejos en la administración de la institución, precisando que el entonces integrante del Directorio y postulante a la alcaldía de Picsi por el Partido Aprista Peruano, Alfredo Díaz Barturén, habría aprovechado su condición para obtener enseres donados a la entidad benéfica a fin de distribuirlos entre sus potenciales electores.

 

El 6 de agosto de ese año Expresión entrevistó a Moisés Salazar Fernández, que por aquel entonces se desempeñaba como presidente del Directorio. El funcionario, también de militancia aprista, negó que la institución haya brindado apoyo a la postulación de Díaz Barturén, de quien dijo se encontraba ya de licencia. Sin embargo, ese mismo día, nuestro medio encontró la camioneta Nissan de placa TGK 523 en el área de parqueo de la beneficencia, propiedad del candidato, en cuyo interior había propaganda electoral y polos para regalar.

 

Según la denuncia de los trabajadores, a favor de Díaz Barturén se habían retirado de la Beneficencia de Chiclayo arroz, azúcar, listones de madera y carbón, insumos que eran donados a la institución por la SUNAT, Aduanas y el ex INRENA, obtenidos en los operativos de control.

 

El mismo candidato desmintió lo dicho por el presidente del Directorio, afirmando que cuando se produjo el hallazgo de la unidad vehicular en el estacionamiento de la institución aún se mantenía en funciones como director, habiendo programado su licencia un mes antes de las votaciones que se realizaron en octubre de ese año.

 

El asunto ameritó la intervención de otros integrantes del directorio como Manuel Huachillo González y Miguel Gonzales Saavedra, ambos representantes del Gobierno Regional de Lambayeque.

 

LAS PINTAS DE VALVERDE

Lo del presunto uso de donaciones a favor del candidato aprista a la alcaldía de Picsi en el 2010 no fue lo único que puso en cuestión el manejo de la Sociedad de Beneficencia de Chiclayo. En la misma campaña electoral uno de los inmuebles, el complejo Vicente de la Vega que se que ubica en la Urbanización Las Brisas, fue utilizado para la realización de pintas a favor del postulante a la presidencia regional por el mismo partido, Manuel Valverde Ancajima.

 

Días después la pinta fue borrada, aunque en la institución que por entonces presidía Moisés Salazar Fernández nunca se dio explicación de cómo es que se permitió tal infracción, tratándose de un bien público.

 

En marzo del 2011 el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social concretó la transferencia de funciones y competencias a las municipalidades, pasando estas a asumir mayor protagonismo en el manejo de los recursos de las entidades sociales, aun cuando los reglamentos vigentes demarcan su autonomía.

 

De acuerdo a las Disposiciones Generales del Reglamento del Directorio de la Sociedad de Beneficencia Pública de Chiclayo, en el inciso A de las Funciones y Responsabilidades, este “es la máxima autoridad de la institución y tiene por misión fundamental desarrollar actividades de apoyo social”. Sin embargo, el caso más saltante de la vulneración al reglamento se vería el segundo intento de reelección de Roberto Torres Gonzales.

 

LAS CAMPAÑAS MÉDICAS

En septiembre del 2014, Expresión recabó una serie de pruebas gráficas y documentales que demostraban cómo el entonces alcalde de Chiclayo, Roberto Torres Gonzales, no solo participaba activamente de las jornadas médicas que organiza la Beneficencia Pública de Chiclayo, donde se regalaban sillas de ruedas, medicinas y otros enseres médicos en las zonas de la periferia, sino también entregaba él mismo los productos. Las gráficas que eran captadas por la Oficina de Imagen Institucional de la entidad eran las mismas que explotaba el Movimiento de las Manos Limpias en la promoción de la candidatura reeleccionista del edil, evidenciando el aprovechamiento de los recursos de la institución en su campaña.

 

Junto a él siempre aparecía Misael Delgado Mendoza, que hasta julio de ese año fue presidente de la Beneficencia, antes asesor legal y gerente general de la Municipalidad de Chiclayo, quien además postulaba como primer regidor en la lista de Roberto Torres para ese proceso electoral. .

 

PRESUPUESTO AMARRADO

Al 31 de julio del 2014 solo se había ejecutado el 39.51 % del presupuesto asignado para Programas Sociales de la Beneficencia Pública de Chiclayo, monto que ascendía, para ese año, a tres millones 172 mil 798.94 soles.

 

La institución divide sus gastos de Programas Sociales – hasta hoy - en cinco rubros. El primero es el de Atención en Casas de Violencia Familiar y Sexual para el que en el 2014 presupuestó 108 mil 806.38 soles, de los cuales entre enero y julio se habían gastado 39 mil 627.78 soles. Es decir, se reservó una diferencia de 69 mil 178.6 soles para gastar entre agosto y diciembre.

 

El segundo rubro es el de Apoyo al Niño y el Adolescente, para cual se presupuestó un millón 246 mil 778.96 soles, habiéndose invertido en los siete primeros meses 590 mil 222.86 soles. Para cuando se realizó el informe había un saldo presupuestal de 656 mil 556.1 soles.

 

Para Apoyo al Ciudadano y a la Familia, la Beneficencia de Chiclayo aprobó la asignación presupuestal de 171 mil 600 soles, de los cuales gastó entre enero y julio del 2014 solo 47 mil 650.21. La diferencia por gastar era de 123 mil 949.79 soles.

 

El mayor presupuesto de este año lo llevaba el rubro de Brindar Asistencia Médica, que es justamente bajo el cual se organizaban las jornadas en las que participa el alcalde Roberto Torres. El monto total para el 2014 fue un millón 299 mil 599.60 soles, de los cuales se había gastado entre enero y julio 662 mil 744.82 soles, quedando pendientes de inversión un total de 636 mil 854.78 soles disponibles para más actividades como esas en lo que restaba de la campaña municipal.

 

En consecuencia, hubo un manejo intencionado del presupuesto social de la beneficencia para favorecer con sus actividades a la candidatura reeleccionista del exalcalde Torres Gonzales, quien finalmente no llegó al día de la elección, pues cinco días antes, el 30 de septiembre de ese año, se ordenó su captura por actos de corrupción.

 

EL CASO CORNEJO

El reciente caso del panel de Noé Cornejo Chinguel sobre el techo del edificio Piedra Lora, propiedad de la beneficencia desde 1962, pone nuevamente sobre el tapete el celo con el que se cuidan los recursos de la institución en época electoral.

 

En panel fue instalado sobre una estructura metálica que se alquila para anuncios publicitarios.

 

Aspecto grave en este caso es que la instalación de la propaganda del candidato de Alianza Para el Progreso – APP, se configura como una trasgresión a la Ordenanza Municipal N° 011-2003 que prohíbe la colocación de esta en el cuadrante central de la ciudad, dentro del cual se considera a la avenida Luis González.

 

La denuncia sobre este hecho fue presentada el lunes último, a través de las redes sociales, por el vocero de la Alianza Popular Bernardino Céspedes Paz, quien solicitó la intervención del Jurado Electoral Especial de Chiclayo. Al día siguiente la propaganda fue retirada.

 

Por su parte, el regidor Víctor Rojas Díaz indicó que se pedirá información a la beneficencia sobre la autorización para la instalación del panel.

 

Según se sabe, el candidato podría pagar hasta 50 Unidades Impositiva Tributaria – UIT, como multa por la infracción cometida.

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