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“LA HORA FINAL”: OBRA RECUERDA LA CAÍDA DEL CABECILLA DE SENDERO LUMINOSO

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1088

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  • Libro expone la verdad sobre la captura de Abimael Guzmán.

 

“La hora final”, del periodista Carlos Paredes, reconstruye la historia del Grupo Especial de Inteligencia - GEIN, que ante las acciones terroristas de Sendero Luminoso – SL, opuso civilidad y estrategia policial que permitieron la captura del líder de la organización criminal, Abimael Guzmán Reynoso.

 

Asesinatos de forma selectiva e indiscriminada a través de atentados en los que generalmente se empleaban cochesbomba y diversas operaciones policiales se describen en el libro del periodista, quien ejerce la profesión desde 1990.

 

A lo largo de su carrera ha publicado trabajos de investigación periodística en televisión y prensa escrita. Fue reportero en programas como Panorama y Contra Punto. Además, jefe del Servicio de Noticias de Latina y director del noticiario 90 Central.

 

“La ambición de este libro es que se conozca la historia fratricida que vivió el Perú cuando Sendero Luminoso le declaró la guerra a todos los peruanos para que no se repita más”, dice.

 

SIGNIFICADO

El autor menciona que Sendero Luminoso marcó la vida de todos los peruanos, sobre todo la de quienes vivieron en carne propia los asesinatos y el clima de inseguridad y de violencia en los años 80.

 

“En esa época el grupo terrorista inicia acciones armadas, pero para eso se preparó por lo menos 20 años antes en base a un trabajo ideológico que se gestó en la Universidad San Cristóbal de Huamanga, en Ayacucho”, explica.

 

“Para quienes éramos niños en ese momento, Sendero Luminoso siempre representó lo que no entendíamos: la guerra interna entre peruanos, por qué unos mataban a otros, por qué asesinaban a un policía en la esquina de una ciudad o por qué ponían bombas en las municipalidades y centros comerciales”, menciona.

Carlos Paredes sostiene que Sendero Luminoso no fue una guerrilla tradicional inspirada, como muchas otras, en Latinoamérica por la Revolución Cubana en el año 59.

 

Aclara que Sendero Luminoso fue un grupo maoísta y fundamentalista muy violento que pretendía tomar el poder a través de la violencia extrema; regenerar a la sociedad y reinventarla a través de la Nueva República Popular del Perú.

 

HISTORIA

“La hora final” cuenta cómo un grupo de policías que combatió contra Sendero Luminoso entendió de a pocos su actuar, situación que les cuesta muchas vidas. Sin embargo, aprendió de sus errores, porque al principio cuando se creó la comisión antiterrorista que después se convierte en la DIRCOTE, se usaban las técnicas de investigación tradicional para enfrentar un fenómeno de distinto actuar.

 

 “La DIRCOTE detenía a sospechosos de terrorismo y trataba de sacarles información torturándolos, pero ese método no funcionaba porque Sendero Luminoso era un grupo clandestino, con una ideología muy arraigada, a tal punto que Abimael Guzmán se convirtió en un personaje omnipresente y en torno a él gira toda una teoría. Algunos decían que estaba escondido en los andes o en algún punto inimaginable del Perú, otros decían que estaba en el extranjero, pero nadie sabía nada”, afirma.

 

El periodista recuerda que el año 1988 fue el más violento. En esa ápoca, el Perú salía de un primer gobierno de Alan García y estuvo al borde del colapso, pues primaban los asesinatos y otros problemas más.

 

“La DIRCOTE tenía claro que si detenía al líder senderista, la estructura iba a caer. Abimael Guzmán se consideraba un dios y todo lo que decía se acataba sin ponerlo en tela de juicio. Llegó a convencer de tal modo a sus seguidores al punto que gente preparada seguía sus pasos”, expone.

 

CONFUSIONES

“La dogmática senderista habla de lo que se conoció como la guerra de baja intensidad, llamaba así porque no era un grupo de gente vestida de verde olivo que conseguía armas en el mercado negro, sino que asesinaban policías para abastecerse. Por tal motivo, los peruanos no tenían muy en claro qué pretendía Sendero Luminoso inicialmente”, refiere.

 

El escritor menciona que durante el proceso de investigación encontró dos opiniones radicalmente opuestas. Por un lado, existía un postulado que consideraba a la actividad de Sendero como una maniobra de la Unión Soviética en combinación con Cuba a fin de boicotear la democracia que el Perú había conseguido.

 

“La otra postura era que SL realizaba la típica maniobra para desacreditar a la izquierda peruana que estaba avanzando democráticamente porque ya se había elegido a un primer alcalde izquierdista en Lima mediante un proceso electoral”, informa.

 

Carlos Paredes sostiene que ambas opiniones estaban erradas, pues el actuar del grupo terrorista solo se entendió pasada una década.

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