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IGUALDAD DE GÉNERO: LA DIFERENCIA DEL SALARIO ENTRE HOMBRES Y MUJERES ES DEL 25 %

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 965

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La consultora sindical argentina Miriam Berlak Heumann, en su visita a Chiclayo, comenta sobre la igualdad de género en las políticas públicas y los estereotipos que dividen a la sociedad. Asimismo, compara el sindicalismo peruano con otras realidades de la región, destacando su compromiso con los trabajadores.

 

Tanto la discriminación como la desigualdad son problemas sociales que requieren acciones y políticas públicas para poder superarlos. Asimismo, los estereotipos se aprenden en la infancia como consecuencia de la socialización. Un claro ejemplo se refleja en la frase: “Esto es más propio para mujeres.”

 

Miriam Berlak ejemplifica los estereotipos cuando un hombre es considerado un “príncipe encantador” cuando está rodeado por mujeres. Sin embargo, si una mujer está rodeada por hombres es considerada “fácil” o “prostituta”.

 

CUESTIONES CULTURALES

Sin embargo, la experta reconoce que se ha avanzado en eliminar prejuicios y estereotipos sociales, por ejemplo cuando se considera que un hombre no puede realizar algunas labores por considerarse únicamente femeninas.

 

“No superamos estereotipos que señalan que solo las mujeres deben jugar con muñecas y los hombres con autos. La educación sigue dividiendo labores masculinas y femeninas. Sin embargo, está cambiando”, afirma.

 

Una diferencia en el esquema social, según Miriam Berlak, es que las mujeres realizan las labores del hogar, mientras que los hombres solo ayudan.

 

“A veces suponemos que los hombres son rudos, valientes y fuertes y, por otro lado, las mujeres son dulces, tiernas y delicadas. No es así para nada, menos ahora”, afirma.

 

IGUALDAD DE GÉNERO LABORAL

En el ámbito laboral, Miriam Berlak revela la existencia de algunos estereotipos como: “Una mujer no tiene la misma autoridad para dirigir a un grupo de trabajo que un hombre”, “Los hombres están más capacitados en la toma de decisiones al ser más racionales”, “Las mujeres temen ocupar espacios de poder” o “La maternidad impide a las mujeres centrarse en su trabajo”.

 

A pesar de eso, asegura que hay avances importantes en igualdad de género en Latinoamérica, por lo que anteriormente estaba totalmente naturalizada y ahora empezó a verse como un problema.

 

Asimismo, destaca la existencia de más mujeres en cargos políticos como el parlamento o presidencia, como ha ocurrido en Argentina, Brasil y Chile, y su presencia en sindicatos.

 

Por otro lado, expresa como un error que se exija de un solo golpe avanzar en la ejecución de políticas públicas de igualdad de género, toda vez que estas deben tener objetivos claros y ser mejoradas paso a paso.

 

“Desde el mundo laboral falta una valorización igualitaria de los trabajos masculinos y femeninos, porque, por ejemplo, se valoriza más la fuerza física que la habilidad manual, eso tendría que ser una meta a tener en cuenta. También, el tema de las oportunidades de ascenso para hombres y para mujeres”, señala.

 

Otra de las metas a corto plazo debería ser la creación de guarderías en lugares de trabajo. En caso no sea posible, las empresas igualmente deberían pagarle a las mujeres en el horario de cuidado de los niños. Sin embargo, para que esta meta no lleve a una posición en contra incitando al contrato de más hombres, se debería otorgar los mismo derechos a poner a sus hijos en las guarderías de las fábricas o lugares de trabajo.

 

MIRANDO AL FUTURO

Según afirma, un estudio de la consultora irlandesa Accenture, bajo las condiciones actuales se necesitarían 50 años para garantizar la igualdad de género en países desarrollados y 85 años para los países del tercer mundo.

 

“Los cambios de mentalidad social llevan mucho tiempo. En los países con mayor equidad de género, que son los escandinavos, sigue habiendo una diferencia salarial entre hombres y mujeres de 17 %, en la Argentina tenemos 25 %, más o menos lo mismo que en Perú. Es un tema que llevará tiempo pero se está avanzando”, revela Miriam Berlak.

 

Por otro lado, asegura que la presencia de mujeres en puestos de decisión política no representa una garantía para la obtención de la igualdad de género.

 

“Una garantía es que las mujeres sigamos luchando y que exijamos igualdad, igual que el hecho de ser hombre no te hace machista o ser mujer no hace que seas maravillosa y comprometida. La cosa es ir tomando conciencia y empezando a exigir”, insiste.

 

SINDICATOS EN EL PERÚ Y DEMÁS PAÍSES

“Creo que el sindicalismo en el Perú quizá tiene menos reconocimiento y estructuras legales, casi no hay licencias gremiales. Sin embargo, lo que veo en Perú en comparación con Argentina es un sindicalismo combativo y absolutamente comprometido, sin mucha corrupción y nadie lo toma como para incrementar sus intereses económicos, es un tema de militancia, dedicación y filosofía. Yo realmente tengo mucha admiración por el sindicalismo peruano, es un ejemplo a seguir”, señala.

 

Menciona, por ejemplo, que en Argentina existe el sindicato por rama de actividad que ayuda mucho. En Perú, a excepción de la construcción, no hay sindicatos por ramas. Sin embargo, la corrupción sindical en Argentina es gran cosa. “Acá solo tiene licencia gremial el secretario general, lo cual dificulta mucho el compromiso, porque sin la existencia de esta licencia pueden quedar muchas cosas en manos de los técnicos”, asevera.

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