Este próximo 9 de diciembre del 2024 se cumplirían 100 años de la inauguración del monumento al 2° Comandante del Monitor “Huáscar”, el chiclayano Remigio Elías Aguirre Romero, caído en la guerra con Chile.
Tanto la plazuela que lleva su nombre como el monumento en sí están ligados; trataremos de dar a conocer la historia de ambos: Corría el año de 1894 y llega a Chiclayo como prefecto del departamento de Lambayeque durante el gobierno de don Andrés Avelino Cáceres, el Dr. Hildebrando Fuentes Núñez del Prado (Lima 1860/New York1917) quien se caracterizaba por ser una persona de inquietud por el progreso de los pueblos; ganándose la simpatía de los chiclayanos y de todo el que lo visitaba, era un orador de nota.
La construcción
En aquellos años las casas de los indígenas que vivían en la calle “Real” (Hoy Elías Aguirre) eran de pésima construcción (Hasta las puertas eran de cuero de res y de carrizo teniendo como cerradura una cuerda de cuero trenzado) al ver el Dr. Fuentes esto, además del muladar que había cerca a la Estación del F.C. de Eten, es que convoca a las autoridades locales y vecinos notables para formar un Comité para llevar a cabo la destrucción de la “Huaca de la Estación” como se le conocía para allí levantar una plazuela y colocar un busto de mármol del héroe chiclayano. Dicho comité denominado “Comité General para la erección del monumento a Elías Aguirre” estaría presidido por el señor prefecto, el alcalde, (teniente alcalde José Guillermo Polo), el presidente de la Beneficencia Pública (Eloy Arbulú) y cuatro personalidades representativas entre las que estarían dos súbditos italianos que tenían sus casas comerciales.
Días después se dieron comienzo a los trabajos de deshacer la “Huaca de la Estación” en la que tomaron parte los presos de la cárcel y los vagos y zafios que “caían” en las rondas nocturnas de los gendarmes y serenos. Los trabajos fueron dirigidos por el señor Enrique Donkelan y bajo el control de los miembros de dicho comité, quedando listo después de 32 días de trabajo para el trazo de la futura plazuela. Para reunir fondos se organizaron quincenalmente conciertos, veladas y recitaciones en el teatro Dos de Mayo. Los alarifes (albañiles de hoy) dieron un día de trabajo y el pueblo de Monsefú regaló árboles y plantas para los jardines y Eten regaló la piedra de canto rodado para el centro de la plazuela.
Ya casi para terminarse el embellecimiento de la plazuela y la erección del busto que se estaba cincelando en Lima se produjo la revolución contra el presidente Cáceres que capitanearon en el norte Teodoro Seminario y Juan Orozco; es allí que el prefecto Fuentes con sus tropas (Una pieza de artillería al mando del capitán Carlos Olivera, 70 hombres del Batallón “Junín” N°2 a mando del Tnte.Corl. Manuel Gallardo; 30 hombres de la Columna “Ferreñafe” al mando del Sargento Mayor Manuel Salazar Pinillos (Ferreñafano); 45 hombres de la de caballería de las facciones de “Cazadores del Desierto”- “Libres de Lambayeque” y un Piquete de gendarmes al mando todas del Teniente Coronel. de la G. N. don Roberto Barandiaran Cavero (Lambayecano), afronta la lucha contra los montoneros produciéndose en uno de esos encuentros, la batalla de “Palala” cerca de Chóchope donde las tropas del gobierno fueron derrotadas contándose entre los 17 heridos al mismo Prefecto quien volvió a Chiclayo a curar sus heridas. Con la entrada de Piérola a Lima en marzo de 1895 y la renuncia de Cáceres es que hubo destitución de las autoridades y tuvo que partir el Dr. Fuentes.
Tuvieron que pasar dos años para que el 28 de julio de 1897 se inaugurara la Plazuela “Elías Aguirre” y en cuyo centro en un pequeño jardín encerrado por una reja de fierro se levantaba el busto del héroe chiclayano (Fue el primero que se levantó en el Perú recordando a los marinos del “Huáscar”); tocándole dicho acto al Prefecto Sr. Don José María Rodríguez y Ramírez, siendo alcalde de la ciudad el Sr. Juan Manuel Maradiegue y Bullón ante una nutrida concurrencia habiendo luego por la noche vendimia, retreta, fuegos artificiales.
Remodelación
Es en 1906 que el Doctor Juan del Carmen Ugaz Maradiegue como Alcalde, realizó arreglos a la plazuela ya que su suelo no era apto para que crecieran plantas por ser salitroso, construyendo grandes noques aisladores de ladrillo y cemento rellenándolos luego de tierra de cultivo y sembrando cuatro variedades de palmeras que se mantenían en el Hospital de Las Mercedes traídas de Lima. Se tendieron veredas con piedra azul a las calzadas que rodeaban la plazuela. Pero no solo se realizó eso; dejemos que el Dr. Ugaz nos cuente: “En la sección de la calle comprendida entre la estación del ferrocarril de Eten y la fábrica de Luz Eléctrica se han construido también pequeños noques con sardinel de granito, para plantar en ellas ficus y llenar ese espacio con una alameda. La impresión que causa al viajero que por primera vez llega en ferrocarril a nuestra metrópoli departamental, debe de ser poco agradable, por falta de estética en esos edificios y a subsanar en parte este defecto, viene la alameda que se proyecta, con cuyo fin, hay acodadas cerca de 300 ramas de ficus entre los árboles de la plaza principal”. (Para el año 1918 ya había desaparecido la Alameda de la que habla el Alcalde Juan del Carmen Ugaz Maradiegue).
Nuevo monumento
Es en 1915 a iniciativa del mismo Dr. Fuentes, sin ser ya autoridad pero deseaba la remodelación de la plazuela y que lleve ahora un monumento de bronce, con la colaboración de las autoridades locales se fue madurando la idea y luego en especial con la colaboración de Don José Francisco Cabrera, quien posteriormente fuera Diputado por Chiclayo, se consiguió en el año de 1923 que en el Presupuesto de la República del siguiente año, una partida necesaria para llevar a cabo tan patriótico proyecto (S/35 000).
En 1924 se obtuvo del Erario Nacional dicho dinero, dándose inicio a los trabajos, realizándose un nuevo trazo de la plazuela el que corrió a cargo del Ing. Luis Antonio Noya Ferré (Chiclayo 1891 /Lima 1967 – Casó en Chiclayo en 1927 con Luisa Blanca Larco Ferrari) en donde se colocaron 40 bancas de madera y fierro, se colocó además piso de mosaicos, se puso buena iluminación y se arreglaron los jardines.
El monumento de bronce lo realizó en Lima el Sr. David Lozano Lobatón (Lima 1865/1936) y el pedestal de granito fue trabajado por el obrero limeño señor Palma. El busto de mármol fue trasladado a la casa donde nació el héroe (En los bajos de la Sociedad Obreros de la Unión de la calle Elías Aguirre).
La inauguración que se realizó el 9 de diciembre de 1924 estuvo a cargo del prefecto don Vicente Manuel Russo Fry y el alcalde Adán Wenceslao Grillo Núñez.
La Plazuela ha sido escenario de muchas ceremonias y actividades cívicas, punto de reunión de los aspirantes a escritores o el lugar de cita de los enamorados y hasta el reposo de ancianos (Como el poeta Arturo Schutt y Saco), o como también de manifestaciones políticas.
Además, se notaba concurrencia a la plazuela para ingresar por un callejón al tendido de sombra y palcos de la Plaza de Toros que estaba en la parte posterior de la plazuela, colindante con la calle San Pedro (hoy Vicente de la Vega). La Plaza de toros era una plaza rústica a dónde venían toreros extranjeros que se quedaban en Lima haciendo provincias y llegaban “caleteando” a Trujillo y Piura.
Esta fue una sucinta historia de la plazuela “Elías Aguirre” y su monumento centenario.
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(*) Investigador e historiador.
¿Estamos solos en el universo? Esta pregunta fundamental ha intrigado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. La paradoja de Fermi, formulada por el físico Enrico Fermi en la década de 1950, plantea una inquietante contradicción: si el universo es tan vasto y antiguo, ¿por qué no hemos encontrado evidencia de otras civilizaciones?
Cuando pensamos en vida extraterrestre, nuestra imaginación suele elaborar a seres inteligentes y tecnológicamente avanzados. Tal vez el cine se ha encargado de cultivar esa idea e impregnarla en nuestra mente. Sin embargo, la realidad científica sugiere que deberíamos ajustar nuestras expectativas. Si existe vida fuera de la tierra, lo más probable es que se aleje de los estándares normalmente esperados y más bien se asemeje a la vida microbiana. En este sentido, la disciplina de la biología, que se ocupa de este tema es la astrobiología, y aunque no es reciente, la tecnología con la que ahora disponemos podría hacer que nos otorgue grandes sorpresas más pronto de lo que esperamos.
La astrobiología es interdisciplinaria y fusiona conocimientos de astronomía, biología, química, geología y física. Es decir, esta se vale de muchas disciplinas de las ciencias naturales para elaborar no solo su marco teórico sino sus interesantes hipótesis tales como la Panspermia, que propone que los ingredientes necesarios para la vida llegaron a la Tierra desde el espacio y que las condiciones del planeta permitieron que se desarrollara. Así también la teoría de Oparin, quien propone que la vida se desarrolló a partir de moléculas inorgánicas, a través de un proceso de auto-ensamblaje.
Cabe mencionar que la astrobiología puede relacionarse con la exobiología que estudia la posibilidad de vida extraterrestre, y la cual es, en muchos aspectos, una rama de la astrobiología, centrada en el estudio de los organismos que podrían existir fuera de la Tierra, especialmente en condiciones extremas. Ambas disciplinas se basan en evidencia empírica y el método científico, lo que les otorga un enfoque riguroso y verificable, pero dista de la ufología, astrología, criptozoología entre otras que son consideradas como pseudociencias.
Como una ciencia basada en el método científico y las pruebas verificables, la astrobiología cuenta con líneas de investigación principales tales como: el estudio del origen de la vida terrestre, en la que los astrobiólogos estudian cómo surgió la vida en nuestro planeta para identificar procesos similares que podrían ocurrir en otros mundos; el desarrollo de organismos extremófilos, que se encarga del estudio de microorganismos que sobreviven en condiciones extremas en la Tierra (temperaturas extremas, alta presión, ausencia de luz) y que proporciona pistas sobre la posible vida en otros planetas y el estudio de mundos potencialmente habitables, cuya investigación se centra en planetas y lunas que reúnen condiciones básicas para la vida como presencia de agua líquida, fuentes de energía disponibles , elementos químicos esenciales, atmósfera protectora entre otros.
Un oasis en el desierto rojo
En la búsqueda de vida extraterrestre, Marte, el planeta rojo, sigue siendo un foco de fascinación y estudio. En noviembre de 2019, la conferencia "Vida actual en Marte: ¿qué sigue?", celebrada en Carlsbad, Nuevo México, marcó un punto de inflexión en la investigación astrobiológica sobre el planeta. Reuniendo a expertos en habitabilidad y astrobiología, este evento propuso un cambio significativo en la estrategia de búsqueda de vida marciana. En lugar de intentar detectar vida en todo el planeta, los científicos sugirieron enfocarse en "oasis" específicos: áreas más prometedoras donde las condiciones podrían ser adecuadas para sustentar vida, ya sea pasada o presente.
Estos "refugios" incluyen las cuevas marcianas, que actúan como escudos naturales contra la radiación; el subsuelo profundo, que podría albergar agua líquida y ofrecer protección contra condiciones extremas; las zonas de hielo, que podrían preservar evidencias biológicas y registrar la historia climática de Marte; y las regiones salinas, donde organismos extremófilos podrían haber prosperado en ambientes similares a los extremos de la Tierra. Los avances en la exploración de estos refugios no solo profundizarían nuestra comprensión científica, sino que también serían vitales para futuras misiones tripuladas a Marte, identificando recursos potenciales y estableciendo protocolos de seguridad biológica.
Pero, ¿Qué hacen los astrobiólogos cuando no están planificando ir a Marte o algún otro destino en el espacio? Se dedican a investigar la capacidad de supervivencia de la vida en entornos extremos, un campo que les permite comprender los límites de la vida misma. Para ello, estudian los extremófilos de la Tierra, organismos que viven en condiciones extremas, como la alta radiación o las temperaturas extremas. Ejemplos de estos organismos incluyen Deinococcus radiodurans y las arqueas termófilas. El estudio de estos organismos ofrece información valiosa sobre los mecanismos de reparación del ADN, que les permiten sobrevivir en ambientes tan hostiles. También aporta conocimiento sobre el papel del ADN extracelular en las biopelículas o tapetes microbianos, que actúan como una barrera protectora para las comunidades microbianas en entornos extremos.
El estudio de extremófilos también tiene implicaciones en la protección planetaria. Las misiones a Marte, Europa y otros cuerpos celestes requieren medidas rigurosas para evitar la contaminación de estos ambientes prístinos. Aquí, el análisis del ADN ambiental resulta crucial para detectar y monitorear posibles contaminantes terrestres y garantizar una diferenciación precisa entre las firmas de ADN originarias de la Tierra y las de posibles formas de vida extraterrestre.
El origen de la vida
El estudio del origen de la vida también ocupa una parte importante del trabajo de los astrobiólogos. Los estromatolitos, estructuras rocosas que se forman por la acumulación de capas de microorganismos y lodo, son considerados los testigos más antiguos de la vida en la Tierra. Estos proporcionan evidencia de ciclos biogeoquímicos primitivos, ya que los microbios fueron los primeros en reciclar elementos esenciales para la vida. Además, los estromatolitos son responsables de formar las primeras zonas arrecifales, lo que los convierte en una clave para comprender la evolución temprana de la vida.
En los últimos años, los avances tecnológicos han permitido profundizar en este campo. Técnicas como la espectrometría de masas miniaturizada, la secuenciación de ADN y la microscopía han facilitado el análisis in situ de biofirmas en muestras espaciales. Así, instrumentos como la espectroscopia Raman permiten identificar compuestos químicos y analizar estructuras moleculares sin destruir las muestras, lo que es esencial para la exploración astrobiológica. Además, la cromatografía de gases-espectrometría de masas (GCMS) permite identificar compuestos químicos mediante la separación de moléculas según su relación masa/carga, la microscopía holográfica, la microespectroscopía y los sistemas microfluídicos integrados junto con los secuenciadores de ADN portátiles permiten realizar análisis directos y rápidos en el campo y son capaces de operar en entornos extremos, con recursos limitados, lo que representa un avance clave para la investigación astrobiológica en misiones espaciales.
A medida que desarrollamos nuevas herramientas y métodos, uno de los enfoques más prometedores elaborados en los últimos años es el análisis del ADN extracelular (eDNA) e intracelular (iDNA) en muestras ambientales. Este procedimiento, que ya ha demostrado ser eficaz en el estudio de comunidades microbianas extremófilas en la Tierra, como en el Desierto de Atacama, podría ser clave para la astrobiología. Al separar el eDNA, que proviene de organismos muertos o liberados al medio ambiente, y el iDNA, que se encuentra dentro de las células vivas, los astrobiólogos pueden caracterizar con mayor precisión las comunidades microbianas, incluso en los ambientes más inhóspitos. Este enfoque no solo mejora nuestra comprensión de la biodiversidad microbiana terrestre, sino que también ofrece una nueva estrategia para detectar signos de vida microbiana en entornos extraterrestres, como en el suelo o hielo de Marte, las lunas heladas de Júpiter y Saturno, o incluso en las atmósferas de exoplanetas.
El futuro de la astrobiología se perfila cada vez más prometedor. Las misiones espaciales del mañana, equipadas con tecnologías de vanguardia, están en camino de ofrecer respuestas a preguntas fundamentales sobre nuestra soledad cósmica. Mientras tanto, la astrobiología nos recuerda que la vida, en su forma más sencilla, podría ser mucho más común en el universo de lo que imaginamos. Tal vez la paradoja de Fermi no se resuelva encontrando civilizaciones avanzadas, sino descubriendo que la vida microscópica es un fenómeno universal, presente en cada rincón del cosmos. Este campo nos invita a ampliar nuestra perspectiva y a reflexionar sobre la importancia de cualquier forma de vida, por simple que sea, como uno de los mayores descubrimientos que la humanidad podría hacer en su historia.
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(*) Decano del Colegio de Biólogos de Lambayeque.