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YANINA BARBOZA FERNANDEZ: “La base para reducir la informalidad tributaria es la educación”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1363

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  • Reconocida abogada tributarista considera que en el currículo escolar se deben implementar cursos relacionados a la tributación.
  • La especialista señala que los empresarios formales buscan el ahorro fiscal a través de figuras legales.

Con una informalidad que supera el 70 %, según INEI, hablar de cultura tributaria se ha vuelto una tarea pendiente para el Estado. La abogada tributarista Yanina Barboza Fernández ofrece una entrevista a Expresión y explica cómo desde la educación se puede superar esta brecha.

Uno de los principales problemas de la economía del país es la alta tasa de informalidad tributaria y empresarial. ¿Cómo reducir esa brecha?

La informalidad es un tema muy amplio, podríamos abordarla desde diversas esferas. No obstante, si la analizamos desde el punto de vista tributario, se atribuiría a factores tales como la falta de conciencia tributaria, complejidad de los sistemas, desconocimiento de la legislación tributaria, entre otros aspectos, por ello, es importante focalizar los sectores de informalidad para programar acciones concretas que la puedan contrarrestar, he allí la labor de conciencia, inductiva y de generación de riesgo que va a efectuar la Administración Tributaria, sin causar temor en los contribuyentes.

Considero que la base es la educación. Si implementamos en el currículo escolar un espacio dedicado a la tributación, empezaremos generando esa gran conciencia desde los primeros años, siendo una medida a largo plazo. Si hablamos de una estrategia a corto plazo, el empresario necesita acciones concretas que le permitan seguir fortaleciendo su fuente generadora de riqueza, pero hacerlo en el marco de la legalidad. Allí es recomendable siempre tener claros los esquemas de economía de opción o planificación fiscal permitidos por la norma para lograr un ahorro fiscal.

Hay tres figuras por las que se logra el ahorro fiscal: evasión, elusión o economía de opción. Solo la última está permitida, por tanto, es la elección de un sistema que la misma norma le permite al contribuyente. Estoy convencida de que las sanciones pecuniarias altas son un castigo que genera renuencia en el empresario, porque sencillamente crea otra empresa. La burocracia debe de desterrarse y facilitar el cumplimiento.

Yo analizo este tema desde una mirada de doble dimensión, como exfuncionaria de SUNAT y ahora como asesora tributaria independiente, y creo que si el empresario conociera y tuviera con inmediatez la respuesta de parte del Estado se le facilitarían muchos aspectos y no incurriría en costos altos. La sociedad también necesita ver con acciones concretas el destino o distribución de la riqueza en favor de la satisfacción de las necesidades sociales. Vemos mucho descontento porque previamente miramos nuestra imagen como país, y ello conlleva a una negación para tributar y no ver reflejado en obras sus tributos.

Como docente podría aseverar que la educación marca la pauta. Cuando converso con mis alumnos y ellos se van enterando las peculiaridades del derecho tributario y sus diversas relaciones, ellos -de manera crítica- valoran el principio de solidaridad sobre el que se sostiene la tributación, pero también analizan la arista de la distribución de la riqueza de parte del estado.

¿Cuáles son las principales trabas que perciben los emprendedores para formalizarse?

Considero que existe ese alto índice de informalidad porque el empresario ve con desconfianza y frustración el apoyo de parte del Estado y tampoco podemos dejar de lado el índice de corrupción que constituye una traba terrible para el avance de los proyectos. La dilación inicia desde los trámites de inscripción que son sumamente burocráticos, demoras en las inspecciones y/o autorizaciones, hasta la reiterada fiscalización a quienes sí cumplen o procuran tener reguladas sus obligaciones.

Muchas veces he escuchado de parte de los empresarios la interrogante ¿por qué somos objetivo de las fiscalizaciones tributarias todos los años? Es verdad, que constituye deber del administrado el tolerar un procedimiento de fiscalización, pero la Administración Tributaria sabe que el problema latente son los sujetos que perciben alguna de las manifestaciones de la capacidad contributiva y no tributan, y allí es a donde debe focalizar su atención y acciones.

Algunos empresarios sostienen que la administración tributaria ejerce una presión muy fuerte sobre ellos. ¿A qué cree que se debe esa percepción?

Respondo esta pregunta en doble dimensión. Cuando era funcionaria pública se verificaba el patrón conductual del contribuyente que suele ser repetitivo, entonces, si encontrabas facturas falsas en determinados períodos, la probabilidad de detectar en los siguientes períodos era alta. Y, pues, como hablamos de patrón conductual, efectivamente era objeto de reparo y se hacían evidentes las falencias a través de las infracciones.

Ahora que analizo como asesora independiente puedo aseverar que los empresarios formales buscan el ahorro fiscal, pero siempre lo quieren hacer a través de las figuras legítimas que la norma permite. Nadie en su sano juicio puede decir quiero delinquir con la probabilidad de hasta tener una pena efectiva de prisión, ya que el delito de defraudación tributaria se sanciona de esa forma, pero la falta de predictibilidad de parte de la SUNAT acarrea que los contribuyentes se vean fiscalizados por auditores que tienen diversos criterios y muchas veces estos son dejados sin efecto en la misma SUNAT, en el procedimiento contencioso tributario o el Tribunal Fiscal, pero ya le causaron gasto y distracción de su objeto empresarial.

Conozco muy de cerca empresas en cuya área de contabilidad hay personal exclusivamente para atender requerimientos de SUNAT sobre cruces de información o procedimientos de fiscalización, lo cual no debería de ser así. Considero que la empresa debería no sentir esa persecución, pero, claro, eso llegará a pasar cuando la brecha de informalidad se haya reducido en su máxima expresión y todos tributemos en la medida de nuestra capacidad contributiva.

¿Qué mejoras de la SUNAT podrías destacar en los tiempos más recientes?

La SUNAT es una de las entidades más sólidas y en la que están grandes profesionales. De acuerdo a su Plan Estratégico Institucional (PEI) 2024-2027, se han planteado objetivos estratégicos institucionales claves para los contribuyentes vinculados al fortalecimiento del cumplimiento tributario de parte del contribuyente, facilitar las operaciones a través de medios telemáticos, orientación a través de redes y con diverso soporte.

Por los medios tomamos conocimiento que la SUNAT está realizando diversos operativos para recuperar deuda tributaria generada por los contribuyentes, deducción para personas naturales, sujeto sin capacidad operativa, y eso es bien recibido, pero el empresario necesita tener una cercanía con la SUNAT que no todo debe iniciar con la presunción de culpabilidad.

¿Qué reformas son las que considerar necesarias e inaplazables?

Del derecho tributario me emociona el derecho penal tributario, vinculado al delito fiscal, y mi análisis de mejora que debería implementar la SUNAT viene por ese rubro. Por ejemplo, tenemos una ley penal tributaria que debería estar acorde con el código tributario. Esa falta de sincronización permite que muchas veces se obtengan pronunciamientos contradictorios. Un tema puntual a trabajar, y que debería ser de urgente atención, es el vinculado a la regularización tributaria, prescripción tributaria penal y administrativa. Si tuviéramos una adecuada conceptualización de dichas figuras creo que la SUNAT lograría ganar un amplio terreno. 

¿Cuánto podría crecer la recaudación si se aplican dichos cambios?

La recaudación está creciendo con las diversas medidas que ha implementado y viene haciendo la SUNAT. Por ejemplo, según lo que ha reportado, los ingresos tributarios de julio se incrementaron en 11.8 %, y alcanzaron los S/ 11 mil 858 millones: Los ingresos por Impuesto a la Renta aumentaron en 17.5 % (S/ 4 mil 750 millones), mientras que por concepto del IGV el aumento fue del 11.1 % (S/ 7 mil 685 millones). No podría dar una cifra si propongo el tema penal tributario, pero la SUNAT tiene bases de datos de contribuyentes con posible incidencia penal, implementando adecuadamente tales figuras obtendría un buen resultado. 

¿La cultura y educación financiera es una tarea pendiente en la sociedad peruana?

Creo que nadie recibe en su malla educativa esa formación, pero es momento que el Estado lo identifique y priorice como tema de agenda con proyección a mediano o largo plazo para obtener un resultado adecuado y de satisfacción para los empresarios.

¿Puede la situación económica del país seguir complicándose?

Sin ánimo de ser alarmista, creo que nuestro país está sosteniéndose, pero no sabemos por cuánto tiempo será, los temas convergentes de Estado nos conllevan a generar una inestabilidad que repercute en la mirada e inversión extranjera. Los precios de la canasta básica, empleabilidad, tenacidad estatal a través de fiscalizaciones provenientes de SUNAT, SUNAFIL, OEFA, SENASA, otras, las infracciones son elevadas. En lugar de generar un efecto de modificación de conducta, están generando que las empresas se desarticulen.   Estoy convencida que es la educación la que debe primar. Primero hay que educar al empresario, advertirle las consecuencias pecuniarias en las que puede incurrir ante un incumplimiento de forma, pero no sancionar drásticamente.

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