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EN CIUDAD ETEN: Comienza un año de bendición papal por 375 años del Milagro Eucarístico

Escribe: Jesús León Ángeles *
Edición N° 1361

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Miles de peregrinos participaron presencial y virtualmente en el inició el Año Jubilar por los 375 años del único Milagro Eucarístico del Perú ocurrido en Ciudad Eten. El obispo de la Diócesis de Chiclayo, monseñor Edinson Farfán Córdova, ofició la Santa Misa e impartió la Bendición Papal con Indulgencia Plenaria.

“Agradecemos al sucesor de Pedro, el Papa Francisco, por concedernos esta indulgencia plenaria”, dijo el obispo, afirmando que “Eten se convierte en una fuente de espiritualidad para todos los fieles peregrinos y devotos, que se acercan a ganar la indulgencia; a la vez que pidió al pueblo de Eten cuidar mucho este tesoro y riqueza de nuestros pueblos.

Durante la homilía, en la misa que celebró junto a 20 sacerdotes en el atrio de la parroquia de Santa María Magdalena, en el parque principal del distrito, monseñor Edinson señaló la necesidad de caminar unidos, en comunión con el sucesor de Pedro, con el obispo, con el presbiterio, con la vida religiosa y con la vida laical.

Con las lecturas de la fiesta que se celebraba, recordó la vida de Santa María Magdalena, patrona de Ciudad Eten; concluyendo que es un camino arduo de peregrinación; de una experiencia de pecado, a la conversión; de una experiencia de enfermedad, a la sanación; y de una experiencia de parálisis y estancamiento, a la misión de una iglesia en salida. “Es decir, todos hemos tenido fragilidades, debilidades y pecados; en algún momento nos hemos alejado del sumo bien; de Dios; nos hemos lastimado; y, más aún, hemos lastimado a las personas que están a nuestro lado; pero, también hemos tenido la linda experiencia de haber sido perdonados por el Señor a través del sacramento de la confesión y hemos iniciado nuestro camino de conversión que nos llevó siempre a un cambio de vida”.

Por eso, dijo, la eucaristía es el milagro de amor, el sacramento de piedad, el signo de unidad y el vínculo de caridad para los seres humanos y remarcó la importancia en dar testimonio de la comunión, del perdón y del amor al prójimo y que nunca nos olvidemos de los pobres y los más sencillos.

Recordó la primera vez que ocurrió el milagro eucarístico en Eten, el 2 de junio de 1649, vísperas de la solemnidad del Corpus Christi, donde se le vio al Niño Jesús en la hostia santa. “Son 375 años de aquel 1649. Este milagro eucarístico nos recuerda algo que nunca debemos olvidar: Nos recuerda que Jesús nunca nos ha dejado solos, que cada eucaristía celebrada es un milagro de amor; nos recuerda que en cada templo hay un sagrario; y ahí está Jesús para adorarle, alabarle y hablar con él. Este milagro eucarístico nos recuerda que la eucaristía es comunión perfecta; nos recuerda que los pobres son los preferidos del Señor. Jesús es el pan partido, el alimento espiritual que se parte y se reparte para que entendamos su mandamiento; que nos amemos los unos a los otros como Él nos amó", finalizó.

Indulgencia plenaria

Desde el 22 de julio del 2024 al 22 de julio del 2025, el papa Francisco concederá una indulgencia plenaria a quienes peregrinen durante un Año Jubilar al templo parroquial de Ciudad Eten “Santa María Magdalena”, ubicado en el parque principal.

El obispo de Chiclayo, ha recibido las facultades, mediante el decreto 1771 de la Penitenciaría Apostólica. Lo decretado por el Papa Francisco es para fomentar la piedad de los feligreses y la salvación de las almas.

Cabe recordar que, una indulgencia, de acuerdo al Catecismo de la Iglesia Católica, es “la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa”. Es decir, se exime de pena los pecados cometidos, ya confesados y perdonados por Dios, siempre y cuando se cumplan los criterios establecidos.

La historia

El primer Milagro Eucarístico de las Américas en 1649, es un testimonio histórico inmaterial religioso que lo convierte en excelsa joya cultural, única en el país. En los últimos años -con mucho esfuerzo- se está ganando importantes espacios en los medios de comunicación, haciendo posible la labor de evangelización y fomento de amor a la Eucaristía.

A inicios de la Colonia se formaron las Doctrinas, regentadas por dominicos y franciscanos. En Eten -inicialmente una reducción de indios- el templo doctrinal de Santa Magdalena de Eten se construyó entre 1550 a 1561, cuando los pobladores se habían asentado en ese lugar y nombraron a Magdalena como su patrona. El culto a Santa María Magdalena es muy antiguo. La Iglesia siempre veneró de modo especial a los personajes evangélicos más cercanos a Jesús. El 22 de julio como su fiesta ya existía antes del siglo X en Oriente. La enseñanza de la doctrina cristiana y de los servicios estaban a cargo de los padres franciscanos, quienes inculcaron en Eten ese fervor que se tradujo en celebraciones especiales cada 22 de julio, para rendir homenaje a su patrona.

En Perú, Jesús sacramentado fue una de las principales devociones durante el virreinato. La presencia real de Cristo en la Eucaristía era asumida como un elemento indiscutible de la fe. Además, en aquel período se tenía en el Cuerpo de Cristo al mejor referente de la sociedad, asumida en esos días en función de la trascendencia, y que era representada bajo la forma de un organismo humano, al que los juristas y teólogos llamaban “cuerpo místico de república”.

Todo nació en Quito

En Quito el 20 de enero de 1649 en la iglesia del convento de Santa Clara, unos sujetos desfondaron el sagrario, tomaron el cáliz y dejaron las hostias regadas por el piso. Narra fray Diego de Córdoba y Salinas que Quito entero lloró la afrenta y que: “[…] todos sus vecinos se vistieron de luto, haciendo muchas plegarias y oraciones y una procesión de sangre, en que todos los religiosos, el clero y la nobleza del pueblo fueron descalzos para aplacar la ira de Dios justamente indignado por el agravio tan atroz hecho a nuestra cabeza, Christo Sacramentado [sic]”. Dos meses después, el 25 de marzo, los habitantes de Lima dejaron mostrar su pesar por el acontecimiento de Quito a través de un homenaje al Santísimo con la exposición de la hostia durante todo el día, una misa pontifical y una procesión por las calles, que se ornamentaron con esmero.

En el Perú de esos años, la festividad de la Eucaristía era la del Corpus Christi, conocida también como Corpus Domini. Las misas de desagravio se oficiaron en todo el país y Ciudad Eten, conducido por los Padres Franciscanos, organizó diversas celebraciones.

Según folio 856 del libro de bautismos de Eten, la primera aparición del Niño del Milagro Eucarístico en Ciudad Eten, ocurrió el 2 de junio de 1649 -mientras se celebraba la víspera de la Fiesta de Corpus Christi- a la vista de Fray Jerónimo de Silva Manrique y todo el pueblo reunido en el tempo doctrinal. En el momento en que era alzada la hostia, en el fondo mismo de ella, apareció el niño Dios. Según la documentación, vestía túnica color granate y se veía la hostia de blanco. Los cabellos eran rubios y llegaban cerca de los hombros, retorcidas las puntas, graciosamente los tenía partidos por la frente. La cara y las partes que no cubrían la túnica eran de cuerpo humano, que se distinguía de la hostia. Ante la mirada atónita de padres franciscanos, allí estaba un pequeño. “…Todo el pueblo repitió ¡Milagro! ¡Milagro!, tocaron las chirimías, clarín, trompetas y repicaron las campanas…”.

La segunda aparición ocurrió el 22 de julio, durante la misa oficiada en honor a la patrona de Ciudad Eten, Santa María Magdalena. Cuatro sacerdotes de la Orden franciscana vieron al pequeño con túnica morada por espacio de 15 minutos. Tocaba la reserva del Santísimo y una tercera aparición emocionó a los asistentes “…Eran tres corazones entrelazados entre sí, cuyos remates acababan en uno, y que uno de los corazones caía en medio y los otros a los lados…” La interpretación es que simbolizan el amor del Padre con su Hijo, bajo la inspiración del Espíritu Santo.

El cielo quiso participar de aquel regocijo. El 22 de julio, al medio día, se vieron juntos el sol, la luna y las estrellas, tres elementos, así como se habían juntado los tres corazones también acompañando al portentoso milagro.

La investigación de lo acontecido fue inmediata. Concluyó el 25 de junio y el 21 de setiembre de ese mismo año. La Iglesia designó especialmente al Juez eclesial Fernando de la Carrera, clérigo secular, y autenticado por el notario Juan Carrillo. El resultado son los Autos o manuscrito de 82 folios. La conclusión: “Que las apariciones que el Señor se dignó a hacer milagrosamente en la hostia, mostrándose en forma humana fueron reales y verdaderas y como tales se deben creer dándoles entera fe, como certifican los testigos en sus juradas declaraciones, por ser como son personas de todo crédito, particularmente el señor cura Vicario Dr. Jerónimo de Silva Manrique, a quienes se debe dar entera fe y creencia por su virtud, religión y calidad de persona”.

Estos milagros fueron certificados por el Papa Inocencio X, a quien se le atribuye la siguiente expresión: “¡Oh dichosa Ciudad Eten!”. El expediente original se encuentra en la biblioteca del Vaticano, en Roma; en el Archivo General de Indias, de Sevilla, España; y en la biblioteca o archivo del Convento de los Franciscanos Descalzos del Rímac, Lima.

Desde 1649 hasta hoy

La historia del milagro se ha transmitido de generación en generación, consolidando a Ciudad Eten como lugar de peregrinación y devoción. El milagro tuvo impacto significativo con el incremento de actividades litúrgicas y devocionales, atrayendo a miles de peregrinos cada año. Desde 1649 hasta 1928 la conmemoración tuvo diversas formas de celebración, con cuadros que representaban al Niño Jesús aparecido en la hostia.

En 1929 llegó a Perú una imagen donada por el padre español Jesús Zaragoza, quien presidió la primera Hermandad y fue primer mayordomo de la festividad. Es una escultura de 50 cm de altura, que representa al Niño Jesús con túnica de manga larga, suelta, que deja libre el brazo izquierdo que sostiene la custodia. Es de color morado con decoración dorada y un cordón dorado a la altura de la cintura. El Niño luce una cabellera larga que va hacia atrás y con raya al centro, ensortijada, color negro. Para propósitos de la procesión y el culto en la iglesia, la imagen se coloca en una estructura que representa la Custodia. El conjunto es de 24 rayos compuestos y 23 simples. En la parte central y superior se representa la imagen de la cruz como una proyección del rayo simple central, en cuya base se ha representado un círculo.

Desde Ciudad Eten se ha dado pasos agigantados en relación a la presencia en medios de comunicación internacionales.

La difusión del Niño del Milagro ha cobrado mayor relevancia desde enero del 2018 con la llegada del Papa Francisco a Huanchaco (La Libertad). La imagen del Divino Niño del Milagro Eucarístico de Eten, fue una de las más ovacionadas por tratarse del único suceso eucarístico en el Perú. Al año siguiente el prefecto para el Dicasterio, cardenal Robert Prevost (entonces obispo de Chiclayo) llevó 20 mil testimonios de fe al Vaticano, que encierran el sentir espiritual de los peruanos.

En menos de 10 años ha producido, sobre este hecho histórico: rompecabezas, historieta, libros, página web, agenda, documental, piezas musicales, concursos, y desarrollado peregrinaciones como la del 2 de junio, que desde el 2019 cuenta con un decreto papal para ganar indulgencias plenarias.

Medios de comunicación internacionales como Eternal Word Television Network (EWTN), ACI Prensa, Cadena de Oración por la Paz y Emprendimiento (COPE), Aleteia, Vatican News, entre otros, han tomado interés en este hecho ocurrido en Perú. En nuestro país, se ha contado con el soporte de la Agencia de Noticias de la Conferencia Episcopal Peruana, el Portal Perú Católico, entre otros importantes medios.

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Periodista

 respuesta de Carlos Eduardo el 2020-12-11.

Muy interesante el tema, podrían mandarme algunas de las sentencias a mi correo por terminación anticipada para analizarlas y poder debatir mejor sobre la la pena impuesta, reparación civil y las reglas de conducta

 respuesta de Rafael Chinchay el 2019-12-12.

Deberian, incluir la sentencia de la Juez Celia Grandez Rojas

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