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AGUA CON ARSÉNICO II: Cómo cerrar el “círculo infinito” en los pueblos de Lambayeque

Escribe: Larcery Díaz Suárez *
Edición N° 1364

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Esta es la segunda parte del reportaje en el que se cuenta cómo cinco poblaciones vecinas, por las que cruza la antigua Panamericana, que hoy va al Nororiente, se vieron afectadas al consumir agua con arsénico. De ellas, solo Pacora logró menguar el grave problema que había ya envenenado a parte de sus 8 mil habitantes. Lo hizo gracias a la supervisión de la Red de Integridad y a la labor de un alcalde empeñado en rescatar del envenenamiento a sus 8 mil habitantes.

El problema del agua con arsénico se solucionó en parte en Pacora, al encontrar la municipalidad un pozo de agua limpia en Huaca Rivera y ejecutarse un proyecto para dotar del líquido a la población urbana. Allí, pese a que el trayecto e instalación de tuberías ya habían sido ejecutados, la obra se paralizó por varios meses. La Red de Integridad de Lambayeque, con representantes de la sociedad civil, realizó un seguimiento y encontró deficiencias en el expediente de compra por parte del Gobierno Regional de Lambayeque. Se había colocado una marca determinada, que resultaba un problema de direccionamiento. El seguimiento continuó hasta ingresar la bomba al Gore. La Red buscaba verificar el cumplimiento de los estándares de integridad 1 y 11; referidos al cierre de brechas y de interés público; y a la supervisión de obra, respectivamente”, según explicó José Carlos Sánchez, coordinador del Proyecto de USAID Perú Inversión Pública Transparente-TPI. Se incidió en la supervisión, porque esta informa qué falta, cuáles son las deficiencias, qué problemas hay en el expediente técnico, etc.; y por eso se logró ejecutar la obra, añade.

Población expuesta

Cabe señalar que, si bien el problema se ha solucionado para la zona urbana, aún las zonas rurales y de varios distritos lambayecanos lo padecen. Piden la solución integral, como lo señalaron para este reportaje Milagros Sandoval Inoñán y Milagros Coronado Paz, pobladoras del caserío Pueblo Viejo, a quienes el agua con arsénico les llegaba por las cañerías. Se les alertó a no consumirla y ahora les abastecen del líquido en cisternas cada quince días.

A los hijos de la primera, de 16 y 12 años, se les diagnosticó con el 70% y 89% del metal en la sangre. A dos de los cinco hijos de Milagros Coronado, les detectaron arsénico cuando la niña tenía 10 años y el menor 5. Milagros Sandoval recuerda que en el 2020-2021 se tomaron nuevos análisis y otros niños salieron contaminados. “Los doctores de Salud no dieron solución. Solo nos dijeron que comiéramos espinaca, culantro y frutos verdes; que eso eliminaría el arsénico”.

A Milagros Coronado encontramos en la puerta de su casa, con dos grandes tinas de ropa. Lavaba con agua de cañería. Confirmó que el agua limpia les llega en cisternas y la depositan en un tanque de almacenamiento. Rubén Barba Inoñán, su esposo, solicita les hagan llegar agua limpia por las cañerías. El subprefecto, Fernando Rivera, gestiona el pedido.

Primeros monitoreos

En agosto de 2019, Juan Ordinola Falla, entonces director ejecutivo de Salud Ambiental, en la “Evaluación de resultados del monitoreo de la calidad del agua para consumo humano de los sistemas de abastecimiento de agua de Pacora, Íllimo, Mochumí y Jayanca, que administra Epsel”, reveló parámetros que excedían los límites permisibles: En Pacora, arsénico, sodio, conductividad, del pozo 2. En Íllimo, sodio y conductividad, del reservorio 2. Y, en Mochumí, arsénico, aluminio, sodio, conductividad, de los pozos 1 y 2. En Jayanca, se dio con el parámetro conductividad.

Ordinola reveló la probabilidad de un presupuesto del Fondo Estímulo para el desempeño, para comprar un equipo de espectrometría de absorción atómica, específicamente para determinar la existencia de metales pesados. Informó que ya se había coordinado con la oficina de Metales pesados de Salud. La compra nunca se dio. También señaló la urgencia de un laboratorio ambiental en la región para el análisis frecuente y gratuito a los municipios. Se tenía un perfil del proyecto de laboratorio, de 15 millones de soles. Faltaba elevarlo a expediente técnico y buscar el financiamiento. Todo quedó en el tintero.

Los agroquímicos

Como secretaria técnica de la Mesa de Concertación de Lambayeque, Sonia Arteaga recuerda una reunión del comité ejecutivo regional para contemplar la presencia de arsénico en el agua de Pacora. Participaron gerentes regionales, alcaldes distritales y consejero regional. Se planteó determinar la relación entre el cultivo del arroz en la parte media y alta del río, ya que las aguas residuales (con agroquímicos), desaguan al río La Leche y podrían contaminar el caudal y donde no se cuenta con sistema de drenaje y se deja que el agua residual se filtre al subsuelo. “Ello constituiría una afectación del medio ambiente que sería necesario paralizar (cambio de cultivos o prácticas agrícolas) pues estaría yendo contra el daño a la salud y la vida de miles de lambayecanos”, se dijo.

Al respecto, el ingeniero hidrotécnico Damián Vásquez Bernal, quien fuera especialista en aguas subterráneas del Proyecto Ejecutivo Olmos Tinajones-PEOT (hoy jubilado), afirmó para este reportaje, que todo se resume a que durante años, hasta hoy, se ha sembrado arroz, caña de azúcar y otros cultivos, con alta masa anual de agua y se han usado agroquímicos con altísimo contenido de arsénico. “Estamos condenados, desde Reque hasta Pacora, a tener este problema. Ahí está la concentración de metales pesados. Pero, el problema no es los sembríos en sí mismos. Es el método de riego, que para el caso dado se utiliza por gravedad, combinado con el uso de agroquímicos, que mayormente contienen arseniatos y metales pesados”. Recalca que, de no cambiar el riego, el contenido de metales en el agua subterránea seguirá incrementando. Añadió que el arroz se siembra desde la cota 260–270 msnm, “por lo que el impacto negativo de la contaminación del agua subterránea en algunos sectores puede alcanzar los estratos acuíferos que yacen hasta los 60-70 m de profundidad; siendo mayor la contaminación en los estratos acuíferos que yacen hasta los 25–40 m de profundidad”.

Según el ingeniero Vásquez, la solución es perforar pozos profundos, de 200 metros, para los que se debe hacer estudios de geoeléctrica. “Pero solo el costo de cada pozo asciende de 250 a 300 mil, libre de equipamiento. Además, el PEOT ya ha hecho este trabajo y se han elegido los lugares a perforar, sobre la base del estudio hidrogeológico de los rusos para sustentar el sistema de riego del proyecto Olmos en la zona sur (Valle de Motupe)”.

Esta grave situación la confirmaron el doctor Luis Montenegro, coordinador de la Mesa de concertación de Lambayeque y además químico farmacéutico; el ingeniero Carlos Balarezo, ahora secretario técnico del TPI y el exalcalde de Pacora, Virgilio Vidal Arboleda, quienes pidieron que las autoridades regionales y nacionales asuman esta preocupación “antes que sea demasiado tarde”.

¿De dónde viene el arsénico?, se preguntó Montenegro. Responde que el arroz es capturador del metal del aire (arsénico orgánico). Hay otro arsénico, de los insecticidas en el tiempo. Muchos eran compuestos de arseniato de plomo. De esa forma, el arsénico encuentra un lugar en la tierra y aflora en todos los conductos por donde pasa el agua de la superficie. Recuerda el estudio del PEOT de que solo no había arsénico debajo de 100 metros; pero, cavar un pozo de más de 100 metros costaba 8 millones. La solución es que el agua potable de Lambayeque se traslade de alguna forma a esos distritos, porque todos tienen arsénico. “No le estamos poniendo atención a este grave problema”, enfatiza, al recordar que desde el momento en que se conoció del agua con arsénico en Pacora, el mismo alcalde lideró el caso y se puso en agenda”. Ahora, el presidente de la Mesa de concertación, lamenta que, a las reuniones en Pacora, no acuda el alcalde, o funcionario municipal. Ello, dice, a pesar de que el problema sigue pendiente en esa zona.

Un escenario futuro

José Luis Dávila, responsable de Metaxénicas y Zoonosis, coordinador del estudio de metales pesados, de Salud Lambayeque, expresó su preocupación por que no se soluciona el problema. Lo señala en un documento de abril último, que remitió a César Iván Guerrero, director ejecutivo de Salud Integral a las personas, sobre niños contaminados con arsénico. “Siendo este el escenario que se proyecta a futuro, tendremos el circulo infinito que año tras año se solicitará información sobre temas de salud, se brindará la información solicitada y al final no se tendrán soluciones reales a la problemática de la población”, sentencia. Dávila recordó que el arsénico está entre los veinte químicos más abundantes sobre la tierra. Y, sobre el plomo, dice que su exposición puede tener graves consecuencias. Es identificado por la OMS como uno de los diez químicos más graves para la salud pública.

También revela dificultades para el monitoreo del 100% de la población afectada, cuya atención -dice- debe ser asumida por el primer nivel de atención de acuerdo a la correspondencia de sus asegurados por SIS. Pero, “se cuenta con una brecha de recurso humano que no permite cumplir lo encomendado”. Además, “la mayor cantidad de personal está bajo la modalidad de Serums, que cumple funciones durante un año, luego del cual ingresa personal nuevo; lo que significa la capacitación constante al personal recién ingresado para que se familiarice con la estrategia de metales pesados…”.

Remoción del metal

El 2019, para optar el título de ingeniero químico, los bachilleres María Alejandra Caicedo y Víctor Manuel Fuentes desarrollaron la tesis: “Remoción de arsénico de aguas subterráneas del distrito de Pacora para uso y consumo humano mediante adsorción”. La investigación se realizó en la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Pedro Ruiz Gallo. El objetivo fue remover el arsénico con dosis de óxido de hierro.

Según los resultados, el tratamiento T1 (filtro con 100 % de Óxido de Hierro), logró remover un 87.5% del arsénico contenido en el agua subterránea y disminuir el contenido de Arsénico inicial de 0.012 mg/L hasta los 0.0015 mg/L, considerando para consumo humano un límite máximo permitido de arsénico en el agua de 0.01 mg/L según la OMS. Finalmente, se recomienda el uso del filtro con 100% de Óxido de Hierro para tratar el agua subterránea del distrito de Pacora, en conjunto con semillas de moringa y zumo de limón para disminuir la turbidez y pH del agua.

Como vemos, ya se dio una primera solución. Y, de todo esto, las autoridades municipales, regionales y nacionales tienen la palabra, para no seguir envenenando a más de 100 mil pobladores de esa zona lambayecana.

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* Portal de noticias www.miraporellos.pe

 

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