Este 12 de julio, en el marco del décimo aniversario del ‘Círculo de Mujeres: Ser de amor’, la reconocida psicóloga y coach Giuliana Cañola dirigirá una nueva edición de las ‘Sesiones Vitamina’ junto a dos facilitadoras más: la terapeuta holística Cris Sáenz y la arquitecta y artista Kathy Vásquez. Al respecto, Expresión conversó con la profesional en salud mental para conocer más de estas actividades y el empoderamiento femenino.
¿Cómo nace la iniciativa de estos talleres de empoderamiento femenino?
Desde hace diez años, el 4 de julio del 2015, decidimos hacer nuestra primera ‘Sesión Vitamina’. Así le llamamos a los talleres grupales que realizamos para mujeres con la finalidad de empoderarlas a través de temas que engloban la psicología y el coaching profesional. Lo interesante de estos temas es que nos permiten dar una mirada interior, pero a la vez compartir con otras mujeres que están en una situación similar a la nuestra y aprender de todas. Y esto es lo nutritivo de nuestro círculo de mujeres: realizamos diferentes temas como autoestima, inteligencia emocional y trabajamos todas las emociones para entenderlas e interiorizarlas.
Trabajamos proyectos de vida, marca personal, habilidades blandas, habilidades sociales, y somos una comunidad que nos acompañamos y escuchamos. No solo hacemos las ‘Sesiones Vitamina’, sino también actividades en pro de la sociedad. Por ejemplo, hemos hecho caminatas de ‘plogging’ para el recojo de basura en la ciudad y a la vez ir ejercitándonos; hemos hecho actividades con comunidades vulnerables de niñas y mujeres a quienes hemos tenido la posibilidad de llevarles vestimenta, alimentos de primera necesidad. Es un aprendizaje constante desde la mente, alma y corazón.
¿Cómo se pueden ir midiendo los resultados de este acompañamiento, teniendo en cuenta que las mujeres están permanentemente expuestas al escrutinio público?
Eso va a ser en la conversión de cada una de las mujeres en una mejor versión. Tenemos mujeres que nos acompañan hace diez años, desde la primera ‘Sesión Vitamina’ son parte del círculo, y no solamente son parte desde un rol pasivo de adquirir información, sino que pasan a ser líderes de sus comunidades, se empoderan, logran más seguridad, y eso les permite crear sus propios grupos, desenvolverse mejor en sus trabajos y las comunidades donde conviven.
Vivimos en una sociedad que constantemente nos está criticando, nos exige muchísimo y nuestra voz interior -que desde niña se ha activado- muchas veces es negativa, es limitante. Es un trabajo muy importante, donde no solamente vamos al círculo, a las sesiones, y nos nutrimos, sino también las mujeres participantes se comprometen a sostener estas vivencias, experiencias, conocimientos. Es una nueva mirada que me regala el círculo en mi día a día.
Es un trabajo compartido. Por parte del círculo está la facilitadora, que en la mayor parte de las sesiones que soy yo, pero hay un trabajo mucho más importante que es el de la mujer que se lleva a su casa toda esta vivencia para luego comenzarla exteriorizar.
Lo interesante de esta dinámica es que, al ser un grupo compacto, las demás integrantes se van acoplando a esta familia. Es aprender a partir de la experiencia, pero donde los aportes de las nuevas integrantes les ayuda a saber cómo reaccionar ante nuevas situaciones…
Así es. En nuestro círculo de mujeres nadie es juzgada y todas venimos sin la etiqueta de la profesión, de lo que hacemos, todas somos mujeres lineales. Seguro nos diferenciará la experiencia de vida por nuestras edades, pero eso también es interesante porque ves a una joven conversando con una señora y cómo las experiencias de ambas les ayudan mutuamente. Eso es maravilloso. Al principio una puede llegar y decir qué me puede enseñar una persona más joven, o de repente la señora más grande está en otra perspectiva a la mía, pero luego terminamos dándonos cuenta de que nada es coincidencia y que siempre podemos aprender algo de las demás.
Y me gustaría mencionarte nuestros tres principios. Tenemos tres principios importantes que todas las chicas de nuestro círculo de mujeres los conocen: respeto por las opiniones de las demás; empatía para poder conectar y ponernos en el lugar de la otra (a pesar de que yo pueda estar mirando lo que sucede desde un lugar diferente, entiendo, valido a ese ser humano); y, finalmente, la sororidad, que me parece muy vital. Es dejar de vernos como competencia, que si ella brilla entonces me opaca a mí, para mirarnos desde un lugar distinto, donde todas nos apoyamos, todas crecemos en armonía. Si a una le está yendo bien, eso es motivo de alegrarnos todas porque significa que está abriendo camino para las demás, y las demás también podemos acompañar y seguir creciendo entre todas, porque una puede ser especialista en un tema y le enseña a la otra y la otra le enseña a ella y se hace un aprendizaje mucho más fuerte e importante.
Por tu experiencia como psicóloga, ¿desde qué edad un individuo debe empezar a formar este tipo de capacidades que le permitan desarrollarse, no en el aspecto profesional, sino personal?
En líneas generales, hombres, y mujeres comenzamos a desarrollar este tipo de habilidades desde que somos niños, 4 o 5 años, desde esa edad los seres humanos podemos tener un nivel de conciencia y comprensión mucho más importante. Y mientras más pequeños comencemos a interiorizar estos temas, a trabajarlos y verlos como parte de la cotidianidad, las personas podemos madurar mucho más pronto y tener una reflexión distinta acerca de todo lo que nos ocurre y vincularnos de una forma más sana.
Mientras más pequeños somos, mejor, porque se hace un estilo de vida, porque cuando ya somos adultos y tenemos una congruencia enraizada en nuestra vida, se puede hacer más difícil dejar esas creencias o malos hábitos para adoptar unos nuevos. No quiere decir que no, pero es un poco más complejo.
Respecto a nuestro círculo, pueden participar siempre y cuando sean mayores de edad y tengan un nivel de madurez que les permita dejarse acompañar y a la vez interiorizar y aprender de estos temas, porque a veces podemos encontrar personas mucho más grandes, adultas, que no entienden mucho de estas vivencias y no les sirven o no las acoplan a sus vidas, por eso es que, más que una edad cronológica, nos basamos a la edad mental de la mujer. Y que haya, por supuesto, voluntad para poder participar.
¿Hay una evaluación diagnóstica para ingresar al círculo?
No hay una evaluación diagnóstica para ingresar al círculo, pero sí, conforme vamos avanzando, vamos a ir aplicando algunas encuestas, test, dependiendo de la necesidad que tengamos, pero no es que haya una entrevista o preselección por decirlo así, lo más importante es que haya el deseo de querer sanar algo, aprender y dejarse acompañar. Ya luego sobre la marcha vamos conversando, en oportunidades vienen a terapia conmigo de forma individual; pero todas son bienvenidas, a pesar de que el círculo no es para todas las mujeres, porque hay que tener esa conexión y deseo de ‘necesito hacer esto’, ‘necesito cambiar’, decisión que a veces puede tomar mucho tiempo.
Qué buena la idea de empezar desde niños para que en un futuro no muy lejano la sociedad asuma con normalidad estos grupos de empoderamiento, habilidades blandas, consultas al psicólogo. ¿Cuándo se realizarán los talleres?
Estoy muy contenta porque ya hemos tenido una sesión y pronto tendremos la siguiente. La primera fue el sábado 21 de junio con la temática ‘Cómo dejar de procrastinar y ordenar nuestra mente’. Nuestros talleres son 100 % vivenciales. De hecho, incluye un poco de teoría para explicar desde la ciencia, desde la psicología, y poder alinearnos todas, porque a veces venimos con conceptos que no son los correctos y luego ya pasamos a la experiencia, las dinámicas individuales, grupales, en pareja, con la finalidad de conocer, interiorizar y llevarnos técnicas efectivas que podamos poner en práctica. Los espacios son súper limitados porque siempre nos gusta trabajar de manera casi personalizada y tener el tiempo pertinente de escucharnos entre todas.
Y la segunda ‘Sesión Vitamina’ será el sábado 12 de julio porque es nuestra sesión de aniversario. Vamos a cumplir diez años al servicio de otras mujeres y esta ‘Sesión Vitamina’ es una muy especial, donde no solo estaré yo como facilitadora, sino que me van a acompañar dos mujeres maravillosas que son parte de nuestro Círculo de Mujeres. Ellas ya están creciendo en su labor, ya se dedican a trabajar con talleres para mujeres y nos hemos unido para poder acompañar a las mujeres que vengan para nuestra sesión de aniversario que será de 3:30 p.m. a 7:30 p.m. en el local del Colegio de Periodistas. El tema es ‘Reconstruyéndonos juntas’. Vamos a hablar de inteligencia emocional, meditaciones y vamos a interiorizar estos conceptos a través del arte y la pintura. Tendremos diferentes técnicas para poner en práctica y luego salir a nuestras actividades mucho más fortalecidas, completas y con una perspectiva diferente y sana.
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