Deambulan por las calles, pero nadie hace nada por ellos. La indiferencia de las autoridades es tal, que no existe ningún programa social dirigido para atenderlos. Del presupuesto destinado para su tratamiento, apenas se ha ejecutado menos del 2 % en lo que va del año.
El 30 de enero por la mañana, una mujer con alteraciones mentales utilizó la pileta del Parque Principal de Chiclayo para bañarse ante la vista y paciencia de los vecinos, pero sobre todo, de las autoridades. Este hecho no hizo más que corroborar la inexistencia de políticas públicas dirigidas a esta población vulnerable.
Expresión conversó con la gerente regional de Programas Sociales, obstetra Ángela María Zavaleta Gonzales, quien señala que dentro de la cartera de 12 programas sociales que maneja su despacho ninguno está dirigido a las personas con trastornos mentales y problemas psicosociales.
La funcionaria manifiesta que la administración de Humberto Acuña Peralta no dejó ningún proyecto en carpeta dirigido a esta población vulnerable, por lo que su oficina se encuentra trabajando en uno conjuntamente con la Gerencia Regional de Salud, supuestamente orientado a construir un albergue para estas personas.
Según la Ley N° 29889 - Ley que modifica el artículo 11 de la Ley N° 26842, Ley General de Salud, y garantiza los derechos de las personas con problemas de salud mental; las personas que padecen de discapacidad mental y no tienen habilidades para vivir en forma independiente ni cuentan con el apoyo de su familia deben pasar a hogares y residencias protegidas, los cuales son servicios médicos de apoyo que brindan residencia transitoria.
A pesar de esta problemática, este año el presupuesto destinado a la Gerencia Regional de Salud para el control y prevención de salud mental ha disminuido. En el 2018 el monto fue de dos millones 175 mil 613 soles, de los cuales se ejecutó solo un millón 719 mil 282 soles, es decir, el 79 % del total. Este año, el presupuesto es de dos millones 133 mil 754 soles, de los cuales hasta el momento se han ejecutado 97 mil 900 soles, es decir, el 4.6 %.
De este monto se tienen destinados 830 mil 600 soles para el tamizaje (detección) de estos trastornos, dinero del cual hasta ahora no se ha ejecutado nada. En tanto, para la atención oportuna de esta población vulnerable hay destinados 538 mil 981 soles, de los cuales se han ejecutado nueve mil 627 soles, el 1.8 %.
ROL DE LA BENEFICENCIA
Por su parte, el gerente general de la Sociedad de Beneficencia Pública de Chiclayo, Juan Carlos Grandez Orbegoso, señala que esta entidad también tiene como proyecto a largo plazo la construcción de un albergue que acoja a madres maltratadas, ancianos en estado de abandono, y personas discapacitadas, dentro de las cuales se incluya a aquellas con trastornos mentales y problemas psicosociales.
Grandez Orbegoso señala que actualmente la beneficencia solo administra una casa refugio, la cual no está dirigida a esta población vulnerable, sino solo a mujeres maltratadas, madres y niños. No obstante, el funcionario manifiesta que su gestión ha encontrado esta casa con una infraestructura y logística “venida a menos”, por lo que actualmente solo alberga a ocho personas.
“La beneficencia trabaja amparada en el Decreto 411, el cual básicamente nos exhorta a trabajar estrictamente en programas sociales a largo plazo, pero como sabemos que el tema de las personas con trastornos mentales en las calles es álgido, estamos haciendo las coordinaciones para acogerlos en la casa refugio y brindarles un apoyo en cuanto a cuidado y alimentación”, asevera.
FALTA DE RECURSOS
Para hacer realidad la construcción de este albergue y mejorar las condiciones de la casa refugio hace falta recursos que actualmente – según el gerente – la beneficencia no tiene. Grandez Orbegoso señala que esta entidad no recibe ninguna subvención el Estado, salvo el dinero para el pago de los trabajadores nombrados.
En este sentido, refiere que una de las mayores fuentes de ingresos de esta entidad es la venta de nichos, actividad que se ha visto truncada por la falta de espacio en el cementerio El Carmen.
El Gobierno Regional de Lambayeque se comprometió a transferir 20 hectáreas de terreno a la beneficencia para la construcción de un nuevo cementerio, el cual iba a estar ubicado en las pampas de Pimentel, pero el ofrecimiento quedó en el aire. Explica que la intención de la actual gestión de la beneficencia, que preside Elar Vallejos Rojas, es la construcción de un nuevo cementerio en cuatro hectáreas de terreno que compró la gestión administración, ubicadas también carretera a Pimentel.
Mientras se realizan las gestiones para la construcción del nuevo camposanto, el gerente de la beneficencia manifiesta que emprenderán un proceso de reestructuración en el cementerio El Carmen, el cual consiste en el derrumbe de cuatro cuarteles que están por caerse, y así trasladar los restos que albergan a un osario, de modo que se habilite un espacio para la construcción de nuevos cuarteles.
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