El número de fallecidos por dengue en la región Lambayeque se incrementó a 16, según el último reporte de la Gerencia Regional de Salud. El número de casos totales superan los 5600, mientras que 135 personas aún permanecen hospitalizadas y 13 de ellas con diagnóstico grave. La situación se ha salido de control, pese a los esfuerzos -de última hora- que despliega el sector para tratar de controlar la enfermedad.
Experto en Salud Pública, Omar Neyra, precisa que es evidente que estamos en una crisis por el dengue, que no se debió llegar a estas instancias porque este mal está presente por décadas en el país, donde hay zonas endémicas, y era previsible que haya un brote porque se presentaron lluvias, aumento de temperaturas. “No se actuó adecuadamente, hace cuatro o cinco meses no hay una política de previsión importante y por eso estamos en una crisis bastante fuerte, como en Lambayeque”.
Manifestó que la cifra de pacientes con la enfermedad es bastante abultada, por ello se requiere fortalecer el primer nivel de atención para no colapsar los hospitales, aunque ello ya es inevitable desde hace un par de semanas. “Es clave fortalecer el primer nivel, con atención rápida, ágil, digna de los pacientes, porque es allí donde se maneja a la mayoría de pacientes que tienen síntomas leves y moderados. Si no se hace esto, el sistema hospitalario colapsa y quienes realmente lo necesitan no acceden y terminan falleciendo”.
Dijo que a la par de fortalecer el primer nivel de atención, urge seguir trabajando en prevención y promoción de la salud, educando a la población; pero también ir a las zonas donde hay mayor número de contagios (cerco epidemiológico) con personal sanitario especializado, que permita ir controlando de a pocos para que no crezca el número de enfermos.
Equipos miran de costado el asunto
Neyra expresó que en este tema hay mucha responsabilidad operativa del Gobierno Regional (Gore) de Lambayeque, que tiene a cargo el sistema de salud en su territorio. “Si bien hay una rectoría del Minsa a nivel nacional, la operatividad está a cargo de los gobiernos regionales, un trabajo en conjunto podría ser clave, pero veo que los gobernadores y sus equipos miran de costado el asunto”.
Refirió que el Minsa intenta hacer algo, pero la situación ya está desbordada, finalmente seguimos sufriendo otra catástrofe sanitaria después de tres años de la covid-19, no hemos aprendido nada. “Nos complicamos por no hacer una planificación adecuada y una reacción ante estos problemas que son permanentes”.
El experto en Salud Pública subrayó que en todo esto hay una mezcla de desidia e ineptitud en los diversos gobiernos, que no permite hacer estas coordinaciones que son básicas, para responder rápida y adecuadamente. “No necesitas cambios de normas o leyes para que esto funcione bien, es un tema de voluntad y gestión de las personas que toman decisiones. Tenemos una estructura elefantiásica en el sector que no permite usar innovación, tecnología, datos, por eso es que terminamos así”.
Neyra reiteró que desde la covid-19 no hemos aprendido nada, y en dengue existen protocolos, experiencia, manejo, el tema es claro, pero los burócratas tratan de inventar la pólvora cuando la información está allí, pero no lo quieren usar correctamente, “y por eso me reafirmo en decir que hay ineptitud y desidia que no permite atender adecuadamente estos casos”.
Asegurar infraestructura hospitalaria
Explicó que no hemos sido capaces de reestructurar la salud, teníamos todo para hacerlo después de la pandemia y no lo hicimos; y ahora nos sorprende otro virus. “Ello tiene que ver con la gestión y las personas; pero el gobierno insiste con funcionarios que no tuvieron un manejo adecuado en la covid-19 y ese es uno de los grandes errores, que hoy lo estamos viviendo con el dengue”.
Aseveró que en este momento no deberíamos estar trabajando por el dengue, que no ha debido ser un problema, sino tratando de asegurar (y no planificar) la infraestructura hospitalaria que permita soportar el anunciado fenómeno de El Niño. “Los hospitales están detenidos, hay mucha corrupción, empresas chinas que paralizan obras, la ARCC no funciona, y mientras se constituye la Autoridad Nacional de Infraestructura, va a llegar El Niño y nos va a coger desprevenidos”.
Omar Neyra puntualizó que es inconcebible que al 2023 el Perú no tenga agua potable en su totalidad, cuando ha habido recursos para invertir en ello; pero como sociedad no somos capaces de asegurar un servicio tan básico como el agua.
Sin embargo, recalo que aquí hay una responsabilidad de los ciudadanos que no sabemos elegir a nuestras autoridades, que son los que manejan el Estado. “Los Castillos (en relación al expresidente de la República) se reproducirán en la medida que no seamos conscientes y responsables por quien votamos”.
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