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UNA REALIDAD URGENTE: El impacto devastador del trabajo infantil en Lambayeque

Escribe: Ricardo Urpeque García (*)
Edición N° 1369

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El trabajo infantil sigue siendo una crisis persistente en Lambayeque, afectando a miles de niños que, en lugar de estudiar y jugar, deben trabajar en condiciones precarias para contribuir al sustento de sus familias. Este fenómeno no solo atenta contra su educación y desarrollo, sino que perpetúa un ciclo de pobreza y exclusión social que afecta a toda la comunidad.

De acuerdo con el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la OIT, el trabajo infantil es definido como todo aquel trabajo todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico (Silva, 2010).

Según la Resolución de Dirección Ejecutiva n.° RDE-069-2021-INABIF/DE, se define como trabajo infantil en situación de calle a toda actividad de índole económica que realizan los NNA que oscilan entre las edades de 5 a 17 años en la calle de forma independiente o al servicio de un tercero.

En este sentido, se evidencia la presencia de las siguientes características: las actividades económicas que ejecutan en la calle se producen de manera informal y fluctúan en horarios de mañana, tarde, noche e inclusive de madrugada, asimismo, suelen mantener una vinculación con su familia y tienen un hogar de retorno. Siguiendo la misma línea, los NNA provienen de entornos familiares caracterizados por una multiplicidad de dificultades, donde la estructura y función de los roles familiares se ven comprometidos y/o distorsionados, lo cual resulta en una tolerancia hacia el trabajo infantil y, en consecuencia, se permite (y en algunos casos hasta se obliga) a trabajar a los NNA, trayendo consigo consecuencias en ellos principalmente a nivel psicológico y educativo.

Principales actividades

En la Encuesta Nacional Especializada de Trabajo Infantil elaborada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2015), se evidenció que las principales actividades que realizan los NNA que trabajan son actividades agrícolas y/o pecuarias, comercio por menor, vendedor ambulante, limpieza de establecimientos, cobrador de servicio de transporte, etc. Ahmaday (2023) señala que desde los 4 años se puede evidenciar cómo los niños empiezan a ingresar en esta línea de trabajo en la que el primer acercamiento a la vida laboral se produce a través de un miembro de la familia.

Datos recientes del CDRPETI (2024) revelan que más de 78 mil niños y adolescentes se encuentran en condición de calle, y el trabajo infantil en la región ha aumentado un 18% en comparación con 2023. Los derechos más vulnerados son la educación, la salud y la identidad. A nivel nacional, 1 de cada 3 niños trabaja, con más del 50% asociado a la pobreza y la marginación social (Save the Children, 2022).

En Lambayeque, es común ver a menores trabajando como lustrabotas, limpiaparabrisas y vendedores informales, reflejando un deterioro social alarmante. La mendicidad, a menudo dirigida por redes criminales, expone a los niños a situaciones donde la agresividad y la manipulación se convierten en herramientas para obtener dinero. Estas conductas no son innatas, sino inculcadas desde temprana edad, donde la supervivencia anula la libertad, los sueños y el juego.

Salud y educación

El origen de esta problemática radica, en gran parte, en la deserción escolar y la falta de apoyo en salud mental para los padres. Aunque las políticas públicas exigen la intervención de psicólogos, la realidad es que la carga recae mayormente en los maestros, quienes no siempre cuentan con las herramientas necesarias para abordar estos casos.

Los NNA, en su búsqueda por subsistir, se ven obligados a trabajar en las calles y muchos de ellos terminan viviendo en estas circunstancias. Estos dos fenómenos son parte de un proceso conocido como "callejerización", que tiene un impacto variable dependiendo del género (Díaz, 2022). La callejerización involucra una serie de complejas redes de relaciones que abarcan desde la división de roles de género en el trabajo hasta el desempeño escolar, las experiencias en espacios públicos, conflictos en el seno familiar, así como el funcionamiento de las instituciones estatales, sus políticas públicas, la pobreza, la migración, la estructura laboral y las dinámicas económicas, entre otros factores (Díaz, 2022).

La constante presencia de estos factores en la vida NNA los impulsa a una temprana conexión con la vida en la calle, lo que a menudo resulta en que trabajen en este ambiente que su historia de vida se desarrolle en ese entorno. Cada uno de estos factores afecta a áreas sociales específicas, como el entorno urbano, la esfera personal, las instituciones educativas, el empleo y la sociedad en general. Estos ámbitos se ven moldeados por las normativas, estructuras organizativas y modelos de funcionamiento propios del mundo adulto que configuran la vida de los NNA (Díaz, 2022). Si alguno de estos ámbitos experimenta cambios negativos, esto puede acelerar el proceso de callejerización.

Existen programas de refuerzo escolar, campañas de sensibilización y redes de protección infantil intentan revertir esta preocupante tendencia. Sin embargo, los desafíos persisten, especialmente en la identificación oportuna de discapacidades intelectuales y en romper el ciclo del sicariato juvenil, que ha afectado a empresarios de la región por décadas, siendo el trabajo infantil, el inicio de la línea base de la criminalidad (Mera, 2022)

El trabajo infantil en Lambayeque exige una respuesta urgente y concertada de todos los sectores de la sociedad. Solo mediante una educación inclusiva, protección social efectiva y oportunidades económicas para las familias, se podrá romper este ciclo y ofrecer a los niños de la región un futuro digno.

(*) Psicólogo y gestor cultural.

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