Sube!

BAJO NIVEL: Solo el 10 % de las exportaciones en el Per煤 son manufactureras

Escribe: Semanario Expresi贸n
Edición N° 1375

  comentarios   

  • En los países miembros del OCDE, el 67 % de sus exportaciones corresponden a productos manufacturados.
  • Lambayeque tiene un gran potencial para hacer industria con valor agregado, asegura Jesús Salazar Nishi, past presidente de la SNI.

Desde hace más de una década, el Perú intenta formar parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico? – OCDE, organismo de cooperación internacional que agrupa a 38 países, de los cuales solo Chile y Colombia representan a Sudamérica. Si bien la estabilidad monetaria de los últimos años ha hecho que se inicie un proceso de adhesión, hace falta que la industria manufacturera crezca, tal como señala Jesús Salazar Nishi, past presidente de la Sociedad Nacional de Industrias – SNI, quien recientemente estuvo en Lambayeque para participar de la presentación en sociedad de la Asociación de Empresarios Industriales de Lambayeque - Aseilam. 

Salazar Nishi, quien es presidente del Instituto de Desarrollo Industrial Sostenible – IDIS, sostiene que solo el 10 % de las exportaciones en el Perú son manufactureras, cifra lejana del promedio en América Latina y el Caribe que es del 47 % y mucho más distante del 67 % de los países de la OCDE. El panorama es aún más desolador cuando se habla de exportaciones manufactureras de alta tecnología, pues en el Perú es solo el 5 %, en América Latina y el Caribe el 12 % y en los estados de la OCDE el 18 %.

“El 90 % de lo que exportamos son productos primarios: minería y agroexportación, pero sin valor agregado (…) ¿Dónde quedan más recursos de valor agregado que mejoran su PBI? ¿No es cierto que la manufactura genera riqueza en el país? ¿Esto no lo ven los políticos?”, sostiene el empresario.

Potencialidades

El líder industrial señala que Lambayeque tiene una gran variedad de productos que podría exportar con valor agregado. Por ejemplo, menciona a la caña de azúcar, de la cual se podrían producir bioplásticos y biomateriales, desarrollar edulcorantes especializados o hacer bioetanol de segunda generación.

Del mango señala que se podrían exportar productos gourmet y purés, mientras que de las menestras se podrían fabricar harinas funcionales. En cuanto a los productos pesqueros, refiere que se podría elaborar colágeno marino, extraer aceites de Omega-3 purificados o desarrollar hidrolizados proteicos especializados.

Respecto a la industria textil, propone que se desarrollen tejidos técnicos especializados, que se implementen procesos avanzados de acabados o fibras modificadas para usos específicos.

De la biotecnología resalta que se podrían desarrollar biopesticidas naturales, enzimas industriales u obtener principios activos para la industria cosmética. En tanto, de la bioenergía se podría generar energía eléctrica y térmica aprovechando la abundante biomasa agrícola y los residuos de la industria agroalimentaria.

También subraya que se podría dar un valor agregado al oro, la plata y el cobre con producción de joyería, componentes electrónicos o aleaciones especiales.

Contribución de la industria

Sin embargo, lejos de incrementarse, en los últimos años la contribución de la industria al Producto Bruto Interno (PBI) nacional ha disminuido. Su pico más alto se dio a inicio de la década de 1970, cuando alcanzó el 18.5 %, pero a la fecha es de solo el 12.2 %.

“El Perú se está desindustrializando, cada vez pesamos menos dentro de la economía nacional porque somos menos los industriales, nos estamos achicando. Muchos han liquidado sus plantas, vendido sus máquinas, los de plástico, sobre todo, porque es más fácil importar plástico de China que llega a unos precios ridículos. Y uno acá matándose comprando materia prima, maquinaria, haciendo todo el proceso, teniendo mermas, peleándose con todas las instituciones para ganar 1 % o 2 % de utilidad, mientras que, si uno compra, trae y vende gana el 10 %”, explica Jesús Salazar.

El ingeniero sostiene que existe una intrínseca relación entre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el desarrollo industrial. En una escala del 0 al 1, que es como se mide el IDH, Lima alcanza el 0.71, es decir, su población obtiene un nivel medio alto de desarrollo, lo cual se correlaciona con el aporte que da la ciudad capital al PBI industrial, que es del 60 %.

Le siguen Moquegua con 0.66 de IDH y 6.63 % de aporte al PBI industrial, Arequipa con 0.64 y 4.74 % e Ica con 0.6 y 6.9 %. La diferencia en el caso de Arequipa e Ica obedece a que el cálculo del IDH también considera, aparte del ingreso promedio de los peruanos, otras variables como acceso a la salud y educación. En el caso de Lambayeque, el IDH es de 0.53, mientras que su aporte al PBI industrial es de 1.5 %.

“Hay regiones como Huancavelica que tiene el 0.38 de desarrollo humano, es decir su calidad de vida es muy baja, mientras que la mejor es Lima. Lambayeque no está mal, va a la media tabla. Es una estadística que nos reta a mejorar”, menciona.

Marco jurídico

De otro lado, Jesús Salazar refiere que hoy son más de 100 economías en el mundo las que aplican estrategias industriales, las cuales concentran el 90 % del PBI global.

“En el Perú hay un proyecto de ley de industrias que viene durmiendo hace un par de años, lo hice cuando estuve al frente de la SNI, ya está en comisiones para dictaminarse, pero hasta ahora no sale. El Perú necesita un marco jurídico para impulsar la industria”, apunta.

Salazar Nishi explica el caso de Costa Rica, país que hoy exporta semiconductores producidos por la empresa transnacional Intel. Cuenta que la nación centroamericana puso una zona industrial y la declaró como zona económica especial, donde todo el que invirtiera gran capital se le exonerara de impuestos. Intel llegó a Costa Rica y hoy contrata a técnicos de dicho país para que realicen esta labor, por lo que en los próximos años serán los mismos costarricenses los que exporten por cuenta propia.

“Intel primero tocó la puerta del Perú, preguntó qué beneficios les podían dar para invertir en el país y lo que les dijeron fue que les cobrarían el 30 % de impuestos. Eso pasa en el Perú, eso nos está llevando cada vez a estar más postergados del desarrollo. Uruguay lo ha hecho a través de la industria forestal, tienen la planta de celulosa más grande del mundo y lo decidieron al hacer una zona franca que liberaron de impuestos. Los capitales llegaron y hoy son una gran potencia en la industria forestal. El mundo lo está haciendo y el Perú sigue pensando en cobrar su 30 % de impuestos y, lo que es peor, es 30 % de solo el 20 % de la formalidad, porque el 80 % de los negocios en el Perú son informales”, describe.

Para el past presidente de la Sociedad Nacional de Industrias no es tan cierto que el libre mercado regula todo, pues el libre mercado no se encarga de corregir las distorsiones que el mercado genera, por lo que sí se necesita un marco legal.

Esta ley -señala- debe contemplar una política sectorial con los clústeres en las regiones que permita focalizar esfuerzos en sectores con ventajas y posibilidades de ser competitivos. Así, se impulsaría el crecimiento generalizado en el país, se fortalecerían las relaciones intergubernamentales y se activarían mercados regionales con economías de escala, rendimientos crecientes y un mayor flujo de inversiones.

“Da coraje que tengamos un país con tanta riqueza y tan mal gerenciado. Si el país fuera una empresa ese gerente general hace tiempo hubiera sido removido”, concluye.

Deja tu Comentario