Uno de los dos estudios que presenté públicamente en el IV Conferencia Internacional en Comunicación y Tecnologías Aplicadas 2024 (ICOMTA, por sus siglas en inglés), celebrado hace dos semanas en Lima se tituló -traduciendo del inglés- “Ciudadanía digital en jóvenes universitarios peruanos”. Se trata de la segunda investigación que empecé con pares extranjeros el año pasado y cuyo primer producto -que tuvo a los países andinos como escenario- vio la luz en marzo pasado en la revista científica Frontiers in Communication.
Este estudio, que hoy me ocupa, y del que solo damos un adelanto (esperamos aún se publique el paper en unos meses), se ubica en Perú y hace foco como sujetos informantes en las juventudes que estudian en superior. Me acompañaron, esta vez, tres colegas de UPN, UPAO Y UCV, incluso una alumna de UPN. El resultado del trabajo dará algunas luces sobre un perfil del “deber ser” de los jóvenes aprovechando su espacio natural en que de hecho se mueven: la era Digital.
Dahlgren (2009) ha sentado que en su tránsito al escenario tecnológico, la ciudadanía digital surge con la emergencia de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), transformando cómo interactuamos, nos informamos y participamos en sociedad. Otros autores abordan la necesidad de disponer de habilidades técnicas y otros advierten que estas no son suficientes sino se disponen en su uso activo, crítico y ético en el marco de los ámbitos que suponen la vida ciudadana.
Justificamos -se insiste- en vincular el objeto de estudio -la ciudadanía digital- con unos sujetos específicos -jóvenes universitarios- en mérito a estas consideraciones: 1) los jóvenes de hoy manejan TIC y se mueven en las esferas de la digitalidad; 2) los jóvenes de hoy son tanto ciudadanos reconocidos de derechos como de deberes, independientemente de su edad; 3) hay data sobre cómo los jóvenes de hoy usan en general los recursos digitales a mano, pero no con foco en su ejercicio ciudadano.
Algo de la metodología
La investigación acudió a las técnicas de la encuesta y la entrevista. Para el primer caso, se usó otra vez la propuesta de cinco dimensiones y 26 indicadores trabajada y validada por Choi y otros (2018). Para la entrevista, usamos la planteada en nuestro estudio anterior que consta de cuatro preguntas abiertas (Suing y otros, 2024).
Muestras suficientemente exhaustivas y variadas se precisaron para responder el cuestionario de encuesta (en línea) y la guía de entrevista (por zoom), los instrumentos con los que operamos las técnicas. Aunque las respuestas para la una y la otra se ordenaron separadamente, se integran de alguna manera por un hilo transversal que nos llevó a la discusión y a las conclusiones.
¿Qué arrojó finalmente el estudio sobre lo que supone un perfil de los jóvenes ciudadanos digitales en su variante universitaria? ¿En qué nivel y ámbitos ejercen su ciudadanía digital? ¿Qué distancias hay entre las conceptualizaciones sobre el tema y su praxis efectiva?
Entenderá, apreciado lector, que debemos esperar para ofrecer esas respuestas, la publicación oficial de la investigación.
(*) Colaborador y articulista.
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