Sube!

Mamá: el ser más sublime de la tierra

Escrito Rosa Amelia Chambergo Montejo (*)
Edición N° 1300

Este segundo domingo de mayo los peruanos celebraremos jubilosos el Día de la Madre. Aquí reafirmamos que no hay madre mala, tal vez hay madre equivocada; no hay madre fea, todas las madres somos hermosas, hacendosas, guerreras, emprendedoras, inteligentes y resilientes.

Increíblemente una madre sin haber estudiado Derecho es la mejor abogada, es quien en el preciso momento se vuelve la mejor conciliadora cuando alguna desavenencia se presenta en la familia; se vuelve la mejor contadora al saber administrar los gastos de la casa y permite que el presupuesto familiar alcance los 30 o 31 días del mes; se vuelve la mejor médico, porque nunca se rinde en alguna enfermedad de sus hijos o de alguien en el hogar y sabe cómo manejar el estetoscopio, el termómetro y administrar las dosis de los principales medicamentos para aliviar la fiebre, tos, infección o cualquier dolencia.

Nada amilana la fuerza, el amor, la entrega y sacrificio de una madre. Si tiene que llorar esconde esas lágrimas para mostrarse fuerte, si tiene que usar el mismo vestido y zapatos para tener bien vestidos a sus hijos, para ella eso no significa sacrificio, significa amor, y si tiene que dejar de comer para saciar el hambre de los suyos, jamás lo piensa dos veces. Con sonrisa a flor de piel ella lo hace las veces que la vida la pone en esa circunstancia.

En esta oportunidad en las personas de las periodistas Lisseth Seminario Gordillo, Zoila Cabrejos Pita, Judith Muñoz Mendoza y nuestra querida Roxana Vásquez Llatas, rindo homenaje a las madres periodistas del Colegio de Periodistas de Lambayeque y de todo el país.

Liseth Seminario Gordillo, resume el ser madre como sinónimo de amor incondicional. Es darlo todo por el ser alojado en el vientre, es tener una conexión infinita. Desde curar las heridas con un beso y dar seguridad con un abrazo. “Conocer lo que pasa solo con mirar a nuestros tesoros y proteger como una leona a sus críos. Darlo todo, sin medir esfuerzos para que la vida de nuestras vidas no les falte nada, aunque a veces faltemos nosotras, por cosas laborales, siempre están en nuestra mente las 24 horas”, acota.

Roxana Vásquez Llatas, refiere: “Ser madre es lo más maravilloso del mundo, es la perfección humana, porque tiene la mano de Dios. Su explicación es solamente Divina. Es el amor verdadero, hecho por Dios, para nosotras las mujeres.

Es la consolidación de la naturaleza de una mujer para cristalizar en la cúspide de sus sueños y anhelos y sentirse completa. Es despertar con la felicidad cada mañana, al oír la tierna voz de mis hijos, su sonrisa perfecta, llena de inocencia; el arrullo de todos los sentimientos; el motor, motivo, la fortaleza para emprender el día a día.

Aprender día a día a ser fuerte por y para mis hijos, a olvidar todos los males y luchar por ellos; son el mejor medicamento para disipar cualquier disgusto con sus ocurrencias; la magia para secar lágrimas sólo con un beso.

Si tuviera que volver a vivir todo, todas las pruebas que experimenté y, sobre todo, el milagro de Dios, incluso dar la vida, por volver a ver sus caritas, lo haría una y mil veces, porque su amor inocente es perfecto.

Somos las artesanas de Dios, para dar vida y esa chispa de Dios que se da en la creación, es la divinidad celestial en nuestra humanidad; somos benditas hijas de Dios para la perfección del amor”, afirma.

Judith Muñoz Mendoza señala: “El amor materno está vinculado principalmente al instinto que tienen las mujeres y que se activa durante el embarazo, a través de los cambios hormonales que se experimentan. Es un tipo de amor vinculado a la emotividad y que crea un vínculo profundo con su hijo, incluso desde que el bebé está en nuestro vientre y nos hace madre. Ser mamá te hace más tenaz, más valiente, más constante. Te enseña a ser más flexible, más polivalente, a simplificar tus necesidades. A querer ser tu mejor versión, a pelear contra las adversidades con todas tus fuerzas para que el presente sea mucho mejor.

No olvidemos que la experiencia de la maternidad produce un cambio profundo en la mujer. Las madres suelen decir que durante un tiempo se sienten desorientadas, con muchos sentimientos intensos y contradictorios que a veces las desbordan, y que encuentran poco espacio para ser expresados. Agradezco a Dios ser madre de un joven de 20 años y tener a mi madre”.

Zoila Cabrejos Pita manifiesta: “Ser mamá es un aprendizaje que nunca se termina. Muchas veces ese aprendizaje va acompañado de sentimientos más intensos. El dolor y la felicidad cobran un despiadado y a veces fascinante significado, y en ese nuevo despertar va trascendiendo el ser para transformarse en un nuevo humano más maleable y bello, más cerca de la divinidad”, asevera.

Que esta fecha sirva para reafirmar nuestro amor, respeto y admiración a nuestra madre, los que aún tenemos la fortuna que nos acompañe nuestra progenitora, agradecer a Dios y a la Virgen Santísima por la bendición del regalo que ella nos siga acompañando, démosle siempre lo mejor y lo mejor es calidad de vida, tiempo, respeto y amor.

Esta oportunidad de celebración es también para decir que siendo esta una fecha muy importante en el calendario peruano, también es de preocupación y tristeza, porque todas las madres no tienen la oportunidad de celebrar y es que están siendo golpeadas por la falta de oportunidades en trabajo y emprender debido a la crisis económica de nuestro país. A ellas el Estado Peruano debe darles una mirada, no dejarlas de atender, ante la precariedad en la que están viviendo, porque lo que ellas quieren es trabajo y oportunidades para salir adelante.

Para los que no cuentan con sus mamitas una oración al cielo por ellas, para que descansen en paz, recordarlas en unión familiar, con amor y hablar del ejemplo que sentaron en cada hijo o familia. Desde aquí saludo a mi madre Manuelita Montejo Benitez Vda. de Chambergo, a mis hermanas Nelly Luz y Lena Manuela Chambergo Montejo, a mi Hija Angie Masiel Villena, a mi sobrina Brenda Barrantes, a mi tía Anita, a mi nuera Tarcy Gonzáles y a todas mamás de mi familia.

Saludo también a las mamás lectoras de Expresión y a las mamás de nuestros trabajadores y colaboradores. A ellas Dios las bendiga siempre.

 

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