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ESTE 10 DE ABRIL, CADA VOTO DECIDIRÁ EL DESTINO DEL PERÚ

Escrito Rosa Amelia Chambergo Montejo
Edición N° 953

Entramos en la recta final del proceso electoral. Somos un total de  22 millones 901 mil 954 los peruanos hábiles para ir a las urnas el próximo 10 de abril, según el padrón electoral aprobado por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).

 

Como se sabe, las próximas elecciones generales se han fijado para el domingo 10 de abril del 2016, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 16 de la Ley Orgánica de Elecciones que indica que las elecciones en el Perú se realizan cada cinco años, el segundo domingo del mes de abril.

 

Y nuestra obligación es mucha, porque pesa sobre los hombros de cada peruano la enorme responsabilidad de elegir –de forma meditada y consciente- al próximo Presidente de la República para el quinquenio 2016-2021, así como a los dos vicepresidentes, los 130 congresistas y demás 5 representantes peruanos ante el Parlamento Andino.

 

En Lambayeque tenemos una población electoral 889,335 votantes, de los cuales 4998,513 son hombres y 511,262 son mujeres. Aunque son elecciones nacionales, el peso de cada región es decisivo a la hora del conteo final, porque cada voto cuenta en el resultado decisivo. A pesar de que –según los datos del Reniec, en Lima se encuentra la mayor población electoral (7 millones 580 mil 758 votantes), hay varios departamentos que poseen una importante cantidad de votantes, superando el millón de electores, como es el caso de Piura, La Libertad, Arequipa y Cajamarca. Los departamentos con menor población electoral son Madre de Dios, Moquegua, Tumbes, Pasco y Tacna.

 

Lambeyeque está en un lugar intermedio, pero es sabido que somos una región a la que los candidatos miran siempre con interés, porque tiene un caudal de votos importante. Pero no solo hablamos de cantidad de votos sino de calidad, ya que es importante que el voto sea reflexivo, racional, analítico. No debemos votar por consigna, mucho menos por emoción o por simple simpatía. O peor aún, no se debe votar por el carisma o los ofrecimientos, sino por planes de gobierno.

 

Es importante precisar que tan importante como elegir a los miembros del Poder Ejecutivo (representado por el Presidente de la República y por los ministros de confianza que él designe) sino que está en juego también la conformación del Congreso de la República, que es parte del Poder Legislativo, cuya función más importante es la promulgación de las leyes que el país requiere, que siempre deben ser leyes justas.

 

Se habla también de una función fiscalizadora del Congreso, pero hay quienes critican el hecho de que las famosas “comisiones investigadoras” solo terminan en procesos acusatorios, que se pierden en el camino, porque no tienen poder coactivo ni de sanción penal.

 

Pero más allá de estos factores, incluso la mala imagen que tienen muchos congresistas ante la opinión pública (por actos de corrupción, escándalos o presuntos delitos que han cometido algunos), más allá de todo eso, no podemos negar la importancia que tiene la labor del Congreso para la vida democrática, porque juega un rol en el equilibrio de poderes que es tan importante para el país, donde la oposición y la voz del gobierno debaten sobre temas de interés nacional.

 

Por eso, desde Expresión creemos que es importante hacer un llamado al electorado lambayecano para que realicen un análisis profundo de las alternativas y emitan un voto consciente. Sabemos que estas elecciones son las más singulares, por los cambios que ha habido en el escenario electoral (dos candidatos, César Acuña y Julio Guzmán fueron dejados fuera de carrera, entre otros casos), así como por la enorme cantidad de postulantes: catorce a la presidencia de la República y más de 2 mil candidatos al Congreso en un total de 405 listas, cifra que deja mucho que decir, sobre todo si pensamos (como el pueblo lo hace) que este afán de llegar al poder “no es amor al chancho sino a los chicharrones”, es decir: muchos quieren ocupar estos cargos no para servir al pueblo que los eligió sino para sacar provecho personal.

 

Derroche de dinero, campañas electorales millonarias, propaganda en prensa escrita, radio, televisión, Internet y redes sociales, marketing electoral, mítines, paseos, encuentros con las “organizaciones de base”, debates públicos… todo esto es parte de la campaña, sazonada además con denuncias, ataques e insultos de todo calibre. Pero también se está viendo candidatos decentes, alturados, que exponen sus planes con serenidad, aunque estos candidatos son excepcionales.

 

Algunas preguntas de fondo son: ¿qué tipo de congresistas necesita el país? ¿qué leyes son más urgentes? ¿cómo tener un Congreso eficiente? ¿Es posible la reforma del Estado peruano? Estas interrogantes marcan la pauta de una aspiración de fondo: el desarrollo del Perú, la modernización y eficiencia del Estado, con el fin de lograr el bienestar de cada ciudadano, porque todos somos iguales ante la ley, no hay ciudadanos de segunda clase. En suma, se trata de promulgar normas jurídicas que regulen la conducta de todos y cada uno de los ciudadanos.

 

También es frecuente que muchos congresistas prometan leyes para cada región, pero lo cierto es que las leyes se deben promulgar con un sentido general, para atender a todos los peruanos, aunque hay normas y decretos especiales para encaminar proyectos en cada zona geográfica, tenemos que mirar el fondo: la nación.

 

Sabido es que el Perú existen miles de leyes, y muchos consideran que se legisla en exceso. Según un informe de la Gaceta Jurídica existen en el Perú cerca de 600 mil normas jurídicas vigentes. Cada seis minutos se produce una norma (240 normas diarias). Solo en el 2014 se emitieron 20 mil y además ese año se produjeron 10% más leyes que las que se crearon en el 2013. Y todo esto muy por encima del porcentaje de crecimiento económico del país. ¿No es acaso aterrador?

 

Estos indicadores señalan que en el Perú no solo se necesitan elegir buenos congresistas sino que hace falta una reforma total del Estado. Sin embargo, así está el sistema y por el momento tenemos el deber de escoger las mejores opciones. Me animo a decir que el perfil ideal de un parlamentario tiene como bases la ética, la honestidad, la modestia, la capacidad profesional, la vocación de servicio, el conocimiento del Perú y sus problemas.

 

Este 10 de abril la responsabilidad es de todos los peruanos. 

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