up

TIEMPO DE PREPARACIÓN: La memoria de la navidad en adviento

Escribe: José Luis Estela (*)
Edición N° 1332

  comentarios   

La fiesta cristiana de la navidad nos ayuda a recordar, el camino que hemos recorrido hasta el último día de este último mes del pronto pasado año 2023. Asimismo, lo que los cristianos llaman el adviento, fiesta reflexiva previa a las fiestas navideñas, puede transformarse en una ocasión propicia para que toda familia -creyente o no- recupere el ardor del corazón de todos quienes la integran. El tiempo de adviento y la celebración de la navidad son dos tiempos, en uno, propicios para repasar lo hasta hoy vivido. O sea, para que nuestro interior reviva lo más importante. Es una ocasión de fe. Es ocasión para aclarar la visión. Para concluir quizá que, el Dios de Jesús de los cristianos, no es un hecho pasado histórico, sino una presencia real e íntima y presente en la vida de la humanidad. Quizá, si nuestra memoria pusiera en el centro de nuestro corazón el valor de este tiempo, quizá nos ayudaría a leer que el sentido de nuestra vida no se ubica sólo desde lo temporal, sino desde lo eterno del corazón del Dios de Jesús, vale decir, desde el bien del amor.

Fray Luís de Granada en una frase muy similar a la de Ignacio de Loyola (fundador y patrono de nuestros amigos jesuitas) afirmó que, “la memoria nos transforma en hombres agradecidos”. La memoria no sólo hace referencia al típico almacenamiento de información, sino también es la toma de conciencia de un algo de alguien que un día, en un lugar, hemos recibido, quizá incluso sin haberlo pedido. Por ello, es hermoso, sentirse obligado en la ejercitación diaria de la memoria. Y este tiempo final de año, de fiestas celebrativas, y de recibir detalles, e incontables regalos, nos puede ayudar a activar esa facultad humana valiosa de recordar, de hacer memoria -delante del Dios de Jesús- de lo más valioso para todos.

Memoria y gratitud

Gracias a esta capacidad innata de poder activar nuestra memoria, jamás dejarán de existir personas agradecidas. Por eso, usualmente, los desmemoriados son los ingratos. Por ejemplo, gracias al recuerdo del adviento, son los celebrantes cristianos los que nos ayudan a revivir un poco más el sentido de la misericordia, también el valor de la esperanza, recordándonos que nuestra vida no culmina en este mundo. Asimismo, por ejemplo, el adviento católico quiere dinamizarnos, venciendo el miedo y quebrando la pereza, recordándonos que, quizá, hoy podría ser un día de salvación. Adviento, se nos dice que, es celebrar una nueva vida, un nacimiento. Es volver a nacer. Por eso, los cristianos nos animan a todos a que nazca pronto la esperanza que ya habita entre nosotros. Adviento, insisten, es agradecer por tanto bien que gratis hemos recibido, en especial de parte del Niño Dios. Por eso, afirman que, en navidad deben recordar todos que, sólo el amor vence la desesperanza, que sólo el amor, como el de un niño, llena la existencia de suma alegría e insufla de vida -una vez más- a todo corazón agotado, desanimado y cansado.

Gracias al adviento, nuestra memoria recuerda y contempla todo el amor que este 2023 hemos recibido, incluso sin merecerlo. A una semana de la celebración navideña, en esta 3era semana de adviento, a la luz del testimonio de los discípulos de Emaús, preguntémonos: ¿cómo hizo Jesús para recuperar el ardor del corazón desesperanzado de sus amigos, que, con su presencia, los consuela y los llena de alegría? Jesús mientras habla con sus dos amigos, mientras dialoga con ellos, y mientras caminan, los dos amigos sin esperanza le abren su corazón, le cuentan a Jesús, su dolor, su tristeza y su decepción, pero Jesús, nos cuenta el evangelio de los cristianos, les invita a que recuerden. Los anima a hacer memoria juntos de cada uno de los momentos compartidos y de cada una de las alegrías compartidas, logrando en ellos que sientan y vuelvan a gustar aquel primer amor cuando se conocieron. El amigo Jesús de los católicos, dicen que, les hace recordar para que “entiendan” (¡porque son cortos y lentos en su entendimiento!) para que no se encierren en la tentación de la tristeza, en la decepción, en el dolor, el abatimiento, ni en el escándalo de la cruz, ni en la crisis que les haya traído soledad o los haya encerrado en el miedo, en el temor, en el desgano o en el olvido. Recuerden, dicen, que el verdadero amor sana.

Momentos compartidos

Sólo los amigos agradecidos jamás olvidan los buenos momentos compartidos, aquellos en los que sintieron tantas gracias recibidas: ¿cuántas innumerables veces durante este año 2023 hemos sido resucitados con alegría extrema?, ¿cuántas innumerables veces hemos vuelto a nacer?, ¿cuántas oportunidades para revivir la alegría de sentirnos amados?, pero que, quizá, a raíz de toda típica soberbia que nos ciega, nos hemos arrogado la conclusión terminal de que todo lo bueno sucedió no por mérito del Dios cristiano, sino por mérito propio, por la propia fuerza de nuestro magno esfuerzo.

Gracias a la memoria se nos activa una nueva oportunidad para recordar de cara a la vida, qué es lo más importante para nosotros, para recordar quién es quien lleva las riendas del hilo de nuestra existencia, para recordar que no somos nosotros, sino el amor. Vale preguntarnos en este adviento, como lo hacen los cristianos: ¿de dónde venimos?, y, ¿hacia dónde vamos? Que la memoria del corazón sea un canto de alabanza, un canto agradecido, que sepa dar gracias de tantos favores concedidos y que sepa agradecer de habernos donado la alegría de volver a abrazar.

Que nos acordemos todos de todo del camino recorrido, que traigamos a la memoria todos los días pasados, pero no para angustiarnos, sino para no perder jamás ni la confianza ni la esperanza. Por eso, les propongo que hagamos memoria de todo lo vivido este 2023 para que nuestro corazón exprese la razón de sus razones, el sentir de sus sentires, y la gracia de todas las gracias concedidas, a lo largo de todos los meses de este año que ya termina. Que este adviento y esta navidad cristiana, nos motive a todos y todas a devolver siempre amor por amor sin condiciones.

Leer más


El aporte de la filosofía a la generación del conocimiento

Escribe: Mg. Henrry Chiclayo Vega y Mg. Marabet Carrera Abanto.
Edición N° 1332

  comentarios   

El conocimiento adquirido por medio del método científico se ha convertido en un instrumento de poder político, social y económico de las sociedades plenas sobre las emergentes, pues genera resultados que proporciona al hombre las herramientas necesarias, como la tecnología, para consolidar su hegemonía.  Es necesario revertir la situación desigualitaria y mejore la existencia del hombre, lo que es factible lograr incidiendo en el binomio aprendizaje-innovación, para estar a la par y gozar de las bondades del desarrollo. El asunto es, ¿qué hacer desde la filosofía para que este fenómeno cultural, como lo llama Lorenzano, sea aprovechado por la humanidad?

Es imposible desligar filosofía y ciencia, pues toda investigación sistematizada parte de una reflexión y análisis filosófico para detectar las causas y describir, coherente y consistentemente, una situación problemática, lo que facilita la determinación de los objetivos, plasmados de una visión amplia para producir soluciones a toda escala, que sólo se puede alcanzar a través de la profundidad del pensamiento. Entonces, si la gestación del conocimiento científico tiene la génesis en el discernimiento totalista, es de entender el rol y la trascendencia de la filosofía en el logro de una mejor calidad de vida, que también es menester, como afirman Stiglitz y Greewald, de las políticas gubernamentales, puesta en práctica por imaginativos pensadores.

En ese camino por construir las bases para una vida digna, desde la filosofía, donde se comprenda y asuma al conocimiento como instrumento para nutrir las mentes hacia la trasformación positiva de la sociedad y no, de dominación, es necesario repensar y desaprender lo que desde la clase política y de dirección educativa se está haciendo en países llamados en desarrollo, que no logran superar las barreras propias, de sus más cercanos entornos y más allá, en cuanto a la urgencia de actuar responsablemente frente a la involución de la sociedad; pues, se teme admitir el fracaso, por afectación a la autoestima, la sanción, el desprestigio y el castigo social. Reconocer el error, es el resultado de una profunda reflexión, que asegura tomar mejores decisiones hacia el progreso, tal como lo afirma el Banco Interamericano de Desarrollo, en una de sus principales conclusiones del seminario “Semana del conocimiento”, realizado en noviembre.                

Mejor actuación social        

Tales reflexiones, nos llevan a asumir que la ciencia y la filosofía deben contribuir con una mejor actuación de la sociedad; no obstante, es decisión de cada integrante asumir el rol protagónico, poniendo en práctica –sugerimos- los principios de vida, explicados por Rizo, en el 2012, como una orientación, un motivo de reflexión, o quizás una manera de recuperar el camino perdido. Estos principios son: la coherencia como forma de vida (practicar lo que se predica), ocuparse de sí mismo, la tranquilidad del alma, la autosuficiencia del sabio y vivir conforme a la naturaleza. Todos, comparables con las normas de vida que se exponen en la Biblia y hasta podrían generar una discusión dialéctica y metafísica, lo que no es nuestra intención, por ahora.       

Brevemente, nos ocuparemos de algunos de los principios, suficientes para entender qué es lo que debe primar como cambio en la conducta individual para la transformación colectiva. En el primero, rescatamos una premisa de coherencia de vida “no me digas que es la sabiduría, no me hables de cómo vivir bien: ¡muéstramelo!”. Es decir, es importante relucir que en ocasiones las palabras sobran y; por el contrario, se debe dejar notar una sabiduría silenciosa (callar y observar), porque la persona que es íntegra internamente, es coherente en su comportamiento, es lo que algunos podrían llamar prudencia.

En el segundo principio, el autor antes citado, detalla cómo se da lo que llama “el adormecimiento del alma”, una total automatización del cerebro humano, donde lo cognitivo y lo emocional se quedan estáticos, por adaptarnos con mucha facilidad -pensamos- a lo que el sistema socioeconómico nos impone, que es la producción de una fuerza productiva operativa y una sociedad netamente consumidora; ya que es más fácil dejar que nos invada el pensamiento light, conformista, y no hacemos el esfuerzo por efectuar una reflexión crítica de la realidad, ni cuestionadora, ni contestataria.        

Aplicación de la filosofía

En tal sentido, se propone la aplicación de lo que son las funciones de la filosofía para la vida, en la sociedad y en la ciencia, en los siguientes aspectos:

Propiciar la introspección de la persona para descubrir el porqué de su existencia en el mundo, determinar nuestro rol en la sociedad y cómo podemos aplicar los conocimientos para una mejor calidad de vida propia, en interacción con los demás.       

 

Generar una visión amplia de la conducta de las personas para entender las razones por las cuales el mundo sufre una involución de valores y virtudes, hacer un diagnóstico integral del retroceso de la humanidad en contrapartida al avance tecnológico, para proponer y ejecutar las acciones urgentes y pertinentes.

 

Ayudar a la práctica reflexiva sobre la diversidad de información para cuestionarla y encontrar la verosimilitud con la realidad, que permita un mejor entendimiento por parte de los integrantes de la sociedad, y se tomen mejores decisiones frente a las distintas situaciones que surgen como parte de las transformaciones comunitarias.   

En suma, los conocimientos adquiridos por medio de la ciencia, debe encontrar a un ser dotado de esos cuatro puntos cardinales que planteó Platón (1962): Sabiduría para discernir sobre lo bueno y lo malo hacia la toma de mejores decisiones, fortaleza para reaccionar adecuadamente ante la adversidad, templanza para no sucumbir a la sensualidad y los placeres de la vida que generan un ser adormitado, y la justicia para actuar con probidad en nuestra cotidianeidad. Todo ello, como parte de políticas del “gobierno por excelencia”, mencionado por Aristóteles, que den la debida importancia a la filosofía y se retome su estudio serio en las escuelas y universidades.    

Leer más


Apuntes sobre Juan Pardo y Miguel: Pionero de la aviación civil en el Perú

Escribe: Martín Cabrejos Fernández (*)
Edición N° 1332

  comentarios   

El señor Juan Pardo y Miguel, relacionado con la antigua prosperidad de la ex Hacienda Pátapo, fue pionero de la aviación civil en el Perú y, según la Revista Variedades de Lima de febrero de 1937, “propulsor del desarrollo y empleo de la aviación en el norte del país… fue propietario de cuatro máquinas: un Travelair, en el que realizó su aprendizaje; un Bird; la Bellanca, que compró al capitán Martínez de Pinillos y en que puede decirse prácticamente estableció un servicio aéreo entre Chiclayo y Bellavista (Jaén), llegando en una oportunidad a Iquitos; y, un anfibio marca Ireland”; tal anfibio adquirido en 1936, fue bendecido en una ceremonia celebrada por un fraile franciscano en diciembre del mismo año siendo el acto apadrinado por el Tnte. Cdte. Ergasto Silva, jefe del escuadrón de aviación N°01 de Chiclayo y la señora esposa del piloto civil, María Emilia Vargas Izaga. El señor Pardo y Miguel se dedicó a la exploración de las rutas aéreas en la zona del Marañón, logró tener más de mil horas de vuelo y construyó con su propio peculio un aeropuerto (campo de aterrizaje) en Bellavista de 1000 metros de largo, 104 metros de ancho y con línea telefónica permanente.

En febrero de 1936, la Revista Aviación de Lima realizó una larga entrevista al destacado aviador civil. La entrevista biográfica (como principal característica) aporta información de primera fuente sobre la vida y afición de Pardo y Miguel. El aviador afirmó que su afición por la aviación civil surge en Pátapo el año 1931 a bordo de la nave de un piloto de la empresa PANAGRA (Calvin Rousse) con quien realizó sus primeros vuelos acompañado, hasta el 26 de agosto de 1932 en que obtuvo su brevete después de formarse en la Escuela de Aviación Jorge Chávez de Lima y realizó su primer vuelo en solitario. Reconoció el impulso que la aviación civil dio a sus negocios y el haber influido en otros pilotos y compañías, como la Faucett, para llegar a Chiclayo y algunos otros lugares, aunque ello implicara una inversión económica personal.

En febrero de 1937, mientras realizaba un vuelo a Iquitos en compañía de su esposa y un fotógrafo, sufrió un accidente debido a una falla en el tren de aterrizaje del cual pudo salir bien librado junto a los ocupantes de la nave (que sufrió graves desperfectos) gracias a su pericia, temple y experiencia como piloto de aviación. Fue tal la pericia mostrada por Pardo y Miguel, que la revista especializada “Aviación” de Lima dedicó en sus páginas un reportaje y entrevista al piloto.

Reconocimiento a sus proezas

Según el periódico “La Patria”, de Chiclayo del 23 de mayo de 1937; el 29 de abril del mismo año, el señor Genaro Escajadillo, en representación del pueblo de Monsefú, premió al aviador y hacendado con una cruz de oro en reconocimiento a sus continuos viajes de exploración al oriente peruano.

Según el medio, “el señor Pardo y Miguel vivamente emocionado agradeció tal distinción hecha a su persona por el pueblo de Monsefú. Es así como los pueblos comprensivos de sus deberes saben premiar las grandes acciones como las practicadas por el señor Pardo y Miguel cuya contribución en beneficio de la nacionalidad le han hecho grandemente meritorio y digno del aplauso general”.

En la hacienda Pátapo

Otra faceta de Pardo y Miguel fue la de administrador de Pátapo. En 1931. el periódico “El Trabajador” de Chiclayo del 30 de mayo de 1931, informó de un juicio del hacendado Juan Pardo y Miguel contra los directores del periódico por difamación al divulgar información aparentemente falsa sobre maltratos a trabajadores de la hacienda. El "delito" no fue comprobado y los redactores del periódico fueron expulsados.

En la monografía de Pátapo de Abigail Díaz Poma, sobre Pardo y Miguel, se refiere “Durante el conflicto con Ecuador, sirvió en la reserva de la aviación cumpliendo valiosa labor. Fue condecorado con la Orden del Sol. También ha recibido condecoración del Vaticano y del gobierno de España. Murió Juan Pardo y Miguel, a la edad de 64 años, el 18 de junio de 1954, en una pavorosa tragedia de aviación en Bolivia, mientras se dirigía como delegado del Perú al Primer Congreso de Aeronáutica, que debía realizarse en Sao Paulo, Brasil”.

------

(*) Historiador y docente.

Leer más


Espíritu Infantil y Navidad

Escribe: Luis Rolando Alarcón Llontop (*)
Edición N° 1332

  comentarios   

  • “Cuento de Navidad”, novela de Dickens; “El Tamborillero”, villancico; y “Mi pobre Angelito”, comedia fílmica, exploran la relación de la niñez con las fiestas navideñas.

Aunque la trama no centra en un niño, “Un cuento de Navidad” (A Christmas Carol, 1843), novela corta británica de Charles Dickens, transversaliza excelentemente el espíritu infantil de las fiestas navideñas. Lo hace a partir del sobrino del viejo, tacaño y amargado Mr. Ebenezer Scrooge, Fred, a quien rechaza inicialmente para pasar Nochebuena en familia; del hijo de su escribiente Bob Cratchit, Tim, un niño sencillamente feliz, pese a vivir en una familia bien pobre; y hasta en el muchacho fugaz que el protagonista, una vez reformado, capta en una calle londinense para que comprara un pavo de los más grandes para su empleado Cratchit.

Incluso al margen del rol de los niños coprotagonistas o extras, la novela explora bien lo infantil que “debe” prevalecer como sentido de la Navidad -y la vida misma- al confrontar los demonios del rico empresario Scrooge, a través de la visita de los tres espíritus que -uno por noche- le llevan a una introspección por las navidades pasadas, presentes y futuras. Finalmente, el viejo recupera su corazón de niño y pasa de la amargura a la bondad plena: lección de Navidad redonda.

***

“El pequeño tamborilero”, “El niño del tambor” o simplemente “El tamborilero”, es una popular canción de Navidad cuyos orígenes se pierden en el tiempo: se desconoce a ciencia cierta cuándo y en qué lugar de Europa se gestó, si bien la versión norteamericana, “Carol of the Drum”, aparecida en 1941, fuera escrita por Davis, Onorati y Simeone. En Hispanoamérica la pieza es bien conocida gracias al impulso que le dio Raphael, quien la grabó en español para lanzarla en 1965.

El tamborillero narra en sus escasos tres minutos la imaginaria historia de un niño que se gana la vida con un vetusto tambor. Para Nochebuena, no teniendo nada con que obsequiar al Niño Dios, sólo atina a ofrecerle una serenata con su viejo instrumento cuyo distintivo sonido no solo retumba en la música del villancico, sino también en la letra: “Yo quisiera poner a tus pies / Algún presente que te agrade, Señor / Mas tú ya sabes que soy pobre también / Y no poseo más que un viejo tambor / Ropoponpon, ropoponponpon “. La historia cierra genial: el tamborillero recibe del Niño Dios una sonrisa.

***

Como filmes para volver a ver en Navidad, destaca la comedia “Mi Pobre angelito” (“Home Alone”, 1990). Lejos de adentrar en los valores cristianos que supone la Navidad, la película explota la picardía infantil natural al extremo de un precoz Macaulay Culki. Encarnando al hiperactivo Kevin McCallis, Culkin en medio de un caos de confusión familiar, es olvidado en casa en tanto la familia emprende un viaje; y así solo e indefenso (¿?) sortea a un par de improbables ladrones de casas interpretados por Joe Pesci y Daniel Stern. La película tuvo en 1992 segunda parte, aun con Culkin; y en 1997, una tercera, ya sin él.

“Cuento de Navidad”, novela de Charles Dickens; “El Tamborillero”, villancico de autor incierto; y “Mi pobre Angelito”, comedia fílmica, exploran indirecta o directamente la relación de la niñez con las fiestas navideñas. Lo hacen desde la reflexión del niño que debe habitar en uno aun siendo mayores, desde el mensaje de humildad y amor sin más de los niños, o festejando la picardía infantil en su máxima potencia.

 ------------

(*) Colaborador y articulista.

Leer más